(Auto-narrada) Misión C: Los Jalibato
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En lo profundo de las montañas, se encontraba la tranquila aldea de Sakura. Los aldeanos vivían en armonía con la naturaleza, cultivando sus tierras y comerciando con los viajeros que atravesaban los caminos. Sin embargo, últimamente una sombra se había cernido sobre el lugar. Una plaga de jabalís gigantescos y muy violentos se había establecido en la zona en busca de tomar el territorio en las montañas expulsando a los humanos, casi parecían inteligentes los animales.

La noticia llegó a oídos de Yuta, en forma de una misión urgente. Seria la misión más difícil a la que se había enfrentado hasta el momento pero se sentía preparada para tal labor. Yuta había sido entrenada por su maestra con mucho esfuerzo desde que dejo la academia shinobi, lo cual le daba cierta capacidad para enfrentar una situación como esa y mucho peores. Aunque estaba consciente de que su misión principal era defender y proteger a su aldea, sabía que no podía ignorar el llamado de aquellos que la necesitaban.

Decidida, se preparó para partir hacia la aldea de Sakura. Se armó con kunais afilados, shurikens y bombas de humo. Yuta también llevaba consigo su arma favorita, una kanabo, un pesado palo de metal con pinchos en un extremo, perfecto para enfrentar criaturas tan perversas como los jabalís gigantes. El arma insignia de su clan y un simbolo tan liagado a ellos como los propios cuernos que la joven lucia, sin duda unos demonios.

Cuando llegó a la aldea, Yuta se encontró con un pueblo sumido en la tristeza y la desesperanza. Los aldeanos habían sido acorralados por las bestias, temerosos de salir de sus casas y angustiados por la falta de alimentos. Las casas estaban marcadas por los arañazos de los jabalís y los campos de trigo habían sido destrozados.

Sin perder tiempo, Yuta convocó una reunión con los aldeanos y les explicó su plan para eliminar a las bestias. Todos escucharon atentamente, llenos de esperanza al ver a alguien dispuesto a enfrentar el peligro que los acechaba. Evidentemente su plan implicaba actuar sola para no poner en peligro a los aldeanos. Pero les pidió que esa noche se atrincheraran todos juntos en un sitio en el que se pudieran proteger por si acaso algún jabalí se escapaba asustando y confundido de la batalla. No quería ningún héroe que acabara siendo un mártir en el cementerio.

Al caer la noche, Yuta se adentró en el bosque con sigilo y determinación. A medida que avanzaba, el silencio era roto solo por el crujido de las hojas bajo sus pies. De repente, escuchó un ruido a su izquierda y percibió el ataque de los jabalís. Saltando con agilidad, Yuta esquivó sus colmillos y, en un rápido movimiento, lanzó kunais para distraer a las bestias mientras se abría paso hacia ellas.

La batalla fue feroz y despiadada. Los jabalís eran rápidos y feroces, pero Yuta demostró ser una habilidosa shinobi. Utilizó sus bombas de humo para confundir a las bestias y lanzó shurikens con precisión mortal. Sin embargo, los jabalís no se rendían fácilmente y la joven shinobi comenzó a verse acorralada por el gran numero de animales considerablemente más grandes que ella.

En ese momento, Yuta sacó su arma favorita, la kanabo. Golpeando el suelo con fuerza, hizo temblar la tierra y los jabalís perdieron por unos momentos su estabilidad. Aprovechando la oportunidad, Yuta lanzó kunais a sus cuerpos y los dejó inmovilizados. Con determinación en sus ojos, se acercó a cada uno de ellos y les clavó una bomba de humo entre sus colmillos, eliminando su poder de ataque.

Con los jabalís neutralizados, Yuta regresó triunfante a la aldea de Sakura. Los aldeanos la recibieron con vítores y aplausos, agradecidos por haberse librado de la amenaza que los acosaba. A partir de ese momento, comenzaron a reconstruir sus hogares, replantar sus cosechas y recuperar la paz perdida.

Yuta se convirtió en una heroína para los aldeanos, pero ella sabía que su misión aún no había terminado. Aunque los jabalís gigantes habían desaparecido, su origen seguía siendo un misterio. Puesto que no era normal que una manada tan grande y violenta de jabalís apareciera de la nada y fueran tan territoriales. Claramente algo los debía haber impulsado a unificarse para hacerse más fuertes y bajar de las montañas. Pero eso no era su trabajo por ahora, así que tendría que reportar a la aldea sobre la situación para que se mandara una investigación a la zona antes de que más aldeas se pudieran ver afectadas.

Pero eso seria otro día. En la jornada actual el trabajo estaba listo. Yuta tenia una curiosidad innata por investigar y casi la impulsa a ir a las montañas. Pero había gastado casi todo su arsenal, por no decir que todo enfrentando a los jabalís. Pero sentía más confianza usando sus armas que dependiendo de sus técnicas por ahora.
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MISIÓN FINALIZADA
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