4 de febrero, año 1D.K.
En medio de las turbulentas aguas del mar del norte un último barco de flota imperial era liderado por Iroh quien hacía esfuerzos inhumanos para resistir los constantes asedios de la última embarcación rival que los abordaba, pero la desventaja numérica era evidente. La furia de la tormenta se reflejaba en el fragor de la batalla naval en el Mar del Norte.
Los navíos chocaban entre olas turbulentas, y la cubierta estaba empapada por la lluvia que caía como látigos del cielo. Iroh, recién ascendido a general, se encontraba en el epicentro de la lucha. Su mosquete disparaba con precisión mientras daba órdenes en medio del caos. La tormenta parecía conjurar un escenario apocalíptico.
En el fragor de la batalla, una voz áspera gritaba por encima del rugido del viento y el choque de las espadas. "¡Prepárense para el abordaje!" resonaba como un trueno distante. Cientos de guerreros enemigos escalaban por los costados del barco imperial, desatando el caos en su camino.
Iroh, con mirada fiera, luchaba con determinación para mantener la cohesión entre sus hombres. "¡Hacia el fondo, repliegue!" exclamaba, su voz ahogada por la tempestad. Cada disparo de su mosquete encontraba su blanco, pero la marea de invasores parecía imparable.
El joven general luchaba contra la marejada de enemigos, su mirada reflejando la gravedad de la situación. En ese momento crítico, una detonación resonó desde su mosquete, abatiendo a uno de los invasores dispuestos a saltar hacia su barco, el hombre sostenía un barril de aceite sobre sí, y al desplomarse lo dejó caer derramado aquel líquido en el centro del barco hostil avispando los sentidos de Iroh. Aun en medio de la tormenta, Iroh mostraba una calma férrea, liderando con valentía y estrategia en la desesperación del abordaje.
La fecha marcada por aquellos eventos turbulentos en el Mar del Norte quedaria grabada en la memoria de Iroh como el día en que enfrentó la furia de la tormenta y emergió como un líder audaz en la lucha por mantener su vida y más aún, ese día se ganaría aquel nombre que lo acompañaría de ahí en más.