Era bueno regresar a Kiri, tierra donde nací, o al menos donde pasé mi niñez desde que mis padres me abandonaron ahí.
Era bueno regresar para las festividades, pues la niebla y los eventos de temporada eran algo que me gustaba recordar y revivir.
También, regresar de vez en cuando a mi antiguo laboratorio, escondido bajo tierra en una cabaña abandonada, era algo que me llamaba la atención.
Lleno de nostalgia, regresé a las puertas de la aldea e ingresé mis documentos. Aunque no era un shinobi afiliado, debían reconocerme como ciudadano (mis primeros post fueron ahí, pero eso sólo el narrador lo sabe, shhhh) y no debía haber problemas para entrar.
Entregué mis documentos, declaré mis intenciones de pasar las festividades y quizás saludar a viejos amigos, como Saito Yamamoto. Esperaría a que me dejaran entrar.
Era bueno regresar para las festividades, pues la niebla y los eventos de temporada eran algo que me gustaba recordar y revivir.
También, regresar de vez en cuando a mi antiguo laboratorio, escondido bajo tierra en una cabaña abandonada, era algo que me llamaba la atención.
Lleno de nostalgia, regresé a las puertas de la aldea e ingresé mis documentos. Aunque no era un shinobi afiliado, debían reconocerme como ciudadano (mis primeros post fueron ahí, pero eso sólo el narrador lo sabe, shhhh) y no debía haber problemas para entrar.
Entregué mis documentos, declaré mis intenciones de pasar las festividades y quizás saludar a viejos amigos, como Saito Yamamoto. Esperaría a que me dejaran entrar.