Salida hacia la Isla del Norte [Misión]

Última modificación: 20-10-2023, 03:17 PM por Dante. Razón: Corrección de fecha acorde al registro de misiones

Enero 2, 15 D.K.

Puertas de la Aldea Escondida entre la Neblina

04:00 a.m.

Habían transcurrido varios meses desde la última vez que participé en una misión en solitario. Parecía que era hora de desvanecer el óxido de mi cuerpo y prepararme para una nueva jornada de actividades de mi temple. Y aquello lo había deducido ante la notificación que recibí en la alfombra de mi casa. Se trataba de un pergamino donde solicitaban mi presencia lo antes posible a las oficinas del consejo de la aldea, lugar donde los ninjas eran despachados a distintas misiones. No dudé en cerrar el pergamino en un santiamén al entender el pedido ni tampoco era de esos que dejaban esperar mucho tiempo. Al final del día, si mi aldea me necesitaba, era justo y necesario prepararme sin importar lo cuán difícil o enrevesado que pudiese llegar ser un encargo o una misión: al final del día, simplemente era un shinobi de la Aldea entre la Neblina y velar por los intereses de ésta simplemente era mi único objetivo como tal.

 

Antes de tocar a la puerta del despacho, me había asegurado de que estaba completamente listo para embarcar cual fuese la misión que me encargaran. Mi bandana se mostraba esbelta, a lo alto de mi frente, rodeada de una tela absolutamente negra. Estaba prolija y brillosa ante la luz que alumbraban las lámparas del lugar. Mi indumentaria sólo se rebajaba a lo más básico por el momento, pero manteniendo aún esa elegancia que le daba ese color negro a toda la capa que me cubría ¡Y sí! llevaba una capa que me ayudaba contra el sereno y el frío. Aún era invierno y las temperaturas por las latitudes del País del Agua no bromeaban para nada─ Ya es hora . . . ─Susurré con el tono más inaudible posible en aquel momento. Mi diestra se levantó levemente y procedió a tocar la puerta un par de veces. Había recibido una respuesta casi al instante y sin pensarlo tanto, decidí finalmente entrar. Al adentrarme, caminé unos pocos pasos hacia adelante, asegurándome que la puerta se cerrara y antes de que cualquiera hubiese pronunciado una palabra, mi respeto hizo acto de presencia en forma de una pequeña reverencia que acostumbraba a hacer a los encargados del despacho de misiones─ Dante Terumi. Genin de la séptima graduación. Me reúno con ustedes como respuesta al pergamino que me enviaron. Estoy listo para encargarme de las necesidades de la aldea con lo que se me pida . . . ─Los encargados se sintieron bastante halagados ante aquella impresión que había causado casi al borde de querer replicar la misma reverencia, pero éstos se abstuvieron de repente y sólo agradecieron para después explicar la razón por la que me convocaban─ El Hospital de la aldea necesita de varios ingredientes que sólo se pueden encontrar en la Isla del Norte en estas épocas del año. Los ninjas médicos han tenido que posponer varias intervenciones quirúrgicas debido a la escasez de estos productos. Necesitamos que recolectes ginseng, salvia y tomillo. Cada cosa tendrá que ir separado por contenedor. Sólo basta que traigas una buena muestra de estas tres plantas. Te otorgaremos el permiso de salida, por lo que no tienes que preocuparte económicamente por el viaje en mar ─Aquel señor de barba blanca hizo una leve pausa mientras que sus homólogos sólo lo escuchaban atentamente. Yo simplemente escuchaba todos los detalles y acataba a todo lo que se me pedía. Al terminar de escuchar los detalles de la misión, decidí retirarme haciendo una pequeña reverencia para después de abandonar la oficina y comenzar a caminar hacia la salida principal de la aldea. El viaje no iba a ser tan largo, estaba preparado con suministros para tres días y dos noches. Aparte de los frascos estériles para las muestras, llevaba otros equipamientos ninjas para la supervivencia o encuentros inesperados.

 

La noche estaba por terminar en unas horas, pero no desaproveché el beneficio que la misma me entregaba para partir sin dejar sombras de mi presencia. Había salido de forma pacífica hacia el puerto de la aldea en donde encontraría el navío que me llevaría hasta la Isla del Norte.

Enero 5, 15 D.K.

Puertas de la Aldea Escondida entre la Neblina

(Entrada)

17:00

He de decir que el viaje de regreso fue bastante agotador y aunque sí es cierto que pude descansar en ciertas ocasiones durante mi misión, la verdad que fueron pocas las horas que pude cerrar mis ojos para hacerlo de forma adecuada. Estaba más atento al llamado del peligro que a mi propio descanso. Pero aquello era de esperarse, puesto que si quería sobrevivir, debía de estar consciente de todo lo que me rodeaba sin importar los obstáculos que se encontraran.

 

Al regresar, estaba completamente aliviado. La aldea estaba de la misma forma como la había dejado. Esta vez, quizás debido a la hora, estaba un tanto concurrida por aldeanos y otros ninjas de ésta, pero era la misma Kirigakure de siempre: gélida y borrosa. La entrada estaba custodiada por unos guardias y éstos no dudaron en retrasar mi caminata hacia el despacho de misiones de la aldea una vez me vieron. Me hicieron un pequeño ademán para indicarme que querían hacerme algunas preguntas ya que debían de registrar cada salida y llegada que se hacía dentro de la villa. Obviamente, sin mostrar signos de desaprobación, no dudé en acercarme a ellos y responder a sus preguntas, puesto que al final del día eran sus trabajos. Lo bueno es que ellos estaban al tanto de mi llegada, ya que se les había pedido recolectar las muestras para hacerlas llegar al centro médico de la aldea.

 

─ Excelente trabajo. Tomaremos las muestras y las depositaremos en el hospital central. Muchas gracias por tu servicio. Tu pago será enviado una vez notifiquemos de tu llegada al despacho principal. Sin más que decir, puedes retirarte . . . ─

 

Al escuchar aquello último, sólo hice una leve reverencia como muestra de respeto y apreciación. Después, decidí caminar hacia mi hogar para poder descansar como correspondía.