[Común] Se mi primera vez |Priv Aiko|

Zona Comercial Costera

Hora: 22:00

 

Los muelles de Kirigakure eran famosos por los fines de semanas poseer un ambiente bastante relajado y alegre, los bares, burdeles y otros sitios de mala muerte se volvían muy llamativos en esas horas nocturnas, despertando el interés de todos los habitantes que deseaban un lugar para descansar o simplemente relajarse con un par de bebidas. En mi caso había decidido dejar temporalmente todo lo que tenía que ver con mi vida militar, dedicarme únicamente a relajarme, tomar, comer, coquetear, cualquier cosa que me permitiera sentirme vida sin importar las circunstancias, por esa razón mi primer punto de parada esa noche sería un pequeño bar al lado de una zona pesquera donde algunos barcos estaban preparándose para zarpar.

 

Ingresé al Bar con tranquilidad, dirigiéndome hacía la barra donde había diez taburetes de madera, donde cinco estaban vacíos, tomaría entonces asiento en el costado derecho, en el último de la fila, dejando de por medio uno vacío entre una persona y yo, — Me gustaría un trago de Whisky a las rocas por favor. — exclamé mirando al bartender encargado, dejaría entonces sobre la mesa un par de monedas que servirían para pagar la bebida que acababa de ordenar. Me giré entonces sobre el Taburete para mirar lo animado que estaba el lugar, apoye mis codos sobre la barra y con el cuerpo inclinado hacia atrás usando la barra como un espaldar apreciaría todo.

 

Al ser una noche de festividad, relajación, llevaba una chaqueta negra de cuero abierta en el torso, donde solo se notaba la parte superior de un bikini negro, mi pantalón negro y esta vez llevaba solo unas sandalias de madera, en ese momento dejaría salir un leve suspiro, el ambiente, aunque estaba bueno, todas las femeninas que estaban trabajando como mesera parecían estar lo suficientemente ocupadas o bien acompañadas como para tener que involucrarme en alguna clase de problema innecesario.

 

La madera resonó y giré la vista para ubicar el trago que me acababan de preparar, lo tomé con la palma de mi mano derecha y lo alcé hacía el tejado como si fuera a brindar con muchas personas, pero no era más que una imitación para mí misma, — Salud, por una hermosa noche llena de aventuras. — dije soltando una carcajada, aparentemente me había vuelto loca al hablarme a mi misma como una tercera persona, tomaría entonces de un solo trago aquella bebida para dejar salir una bocanada de aire por el difícil sabor de la bebida, aunque bueno, después del primer trago la lengua se me dormiría, así que pedí el siguiente en la misma ubicación, aguardando pacientemente alguna presa que pudiera deleitarme esa noche.

Un barco de carga llegó al puerto de Kirigakure bajo su ancla, realizó los amarres y bajo el puente para conectar con el muelle, un grupo muy escandaloso bajo de la nave con su carga al ir a explorar una isla aledaña pero usando un brazo mecánico bajaron un cocodrilo gigante de diez metros de largo siendo uno de los ejemplares más grandes de la región y del cuál se sentían más orgullosos.

Una joven de muchacha de un metro setenta y dos que bajo al final del barco junto con su capitán ella parecía ser alguien fría no mostraba alguna emoción a comparación de los marineros solo abrazaba su libro como si fuera su único tesoro, rápidamente entraron al bar el grupo de marineros se adueñaron de una mesa y empezaron a pedir bebida, el capitán le pagó a la joven por sus servicios y le encargó la preservación de su cocodrilo a lo que ella respondió con un si.

La kunoichi camino a la barra para sentarse había diez taburetes ella se sentó en medio entre otra joven pelirroja y un caballero, Aiko vestía un pantalón negro algo desgastado, una playera gris con un corte en V y una chamarra negra con líneas rosas como sus características gafas. Ella sacó un fajo de dinero de entre sus exuberante escote y llamó al bartender -Quisiera un poco de Ron por favor, de cualquier marca- después de recibir su bebida rápidamente la paso por su garganta para luego pedir otra nuevamente, parecía que trataba de ahogar sus penas porque no le duró mucho su segundo trago y para acabar pidió un tercero.

-No hay mejor Ron que el de Kirigakure pero me doy cuenta que el mundo es más grande de lo que pensé- comentó la joven al aire -Llegó aquí y mis problemas desaparecen pero al mismo tiempo estoy en mi propia prisión- la joven tenía una postura recta al estar sentada pero lentamente se iba tambaleando al parecer el ron le empezó a afectar, al escuchar a la joven que tenía al lado le respondió -La vida es una aventura siempre hay algo nuevo en otros puertos como otras bebidas y otros hombres jaja- un gran pesar estaba sobre la kunoichi y estando ebria era libre de sus cadenas.

El grupo de marineros que también festejaban hacían un gran escándalo pero también les sobre abundaba el dinero así ellos por ahora podían hacer su relajo.

Narro/ Pienso/ Hablo

Parecía ser una noche de esas tranquilas, donde la bebida y la diversión se mezclaban, yo continuaba con mi trago en la mano, visualizando como una muchacha se incorporaba al lugar, bastante llamativa y lo más sorprendente fue como saco aquel tajo de dinero como si nada para pedir una bebida, realmente parecía un poco apresurada para tomarse aquellos tragos como si fueran agua, decidí no opinar pero si disfrutar de mi segundo trago, sería entonces que escuche como añadía a mi brindis un comentario, sus palabras me resultaron chistosas las ultimas, aunque sus primeros murmuros llamaron mi atención. — Hmm… —  deje salir para tomarme lo restante del trago y girarme sobre le taburete para quedar en dirección a la barra pero mirando hacía la Kunoichi.

 

— Cantinero, deme dos botellas de ron, una para la dama y uno para mí. — comenté levantándome y pasándome al Taburete de al lado de la femenina, — Permítame invitarle este trago, evité por favor sacar el dinero de esa forma, se convertirá en presa fácil para los mal vivientes de la zona. — sugerí encogiéndome de hombros con delicadeza, solo era una pequeña sugerencia para que no intentaran robarle y aquellas penas que parecía que estaba desahogando con la bebida no se convirtieran en quejas.

 

El cantinero no tardaría en colocar par de botellas sobre la barra una frente a la Kunocihi y una frente a mí, serviría un poco en el mismo vaso donde estaba tomando el ron, para alzarlo en dirección a la muchacha, — De lo que dijo, solo comparto lo de el mejor ron es de Kirigakure. — expliqué para soltar una carcajada, — Los hombres son aventuras y diversión de muy poco tiempo, dos minutos y se acaba esa aventura. Tal vez menos. — diría entre carcajadas aun sosteniendo el vaso en su dirección, — Salud, porque esta noche pueda romper las paredes de esa prisión. — finalicé sonriendo en dirección de la muchacha.

 

Mientras el cantinero y el otro sujeto que estaba en la zona de bebidas al escuchar mi comentario se sintieron un poco molestos por la clara indirecta que les había lanzado en termino generales a todo el genero masculino, pero aun así, no les había dicho nada directamente así que no habría porque causar males mayores, sin embargo, en una esquina del Bar un par de personas estaban interesadas en la faja de dinero mostrada por la Kunoichi en su momento, tratando de mantener la discreción yacían ocultas al asecho.

Última modificación: 19-10-2023, 06:58 PM por Aiko Yamamoto.

El ron pasaba por la garganta de la joven Onmyōji como si de agua se tratará, la única persona que parecía disfrutar del lugar además de los marineros era aquella joven de cabellera intensa quien dejó aquel taburete atrás para ir directo a la barra para conversar.

Parecía tener más dinero que Aiko porque no dudó en comparar dos botellas de ron uno para ella y otro para la Onmyōji -Habiendo tantos hombres en este bar y otra dama es quien me invita el trago jaja, que ironía de la vida- sin mucha pena aceptó la propuesta de su camarada -No te preocupes tanto no es mi primer rodeo, relájate un poco es más probable que me vaya contigo que con ellos jajaja- los gestos de la joven pelirroja era de preocupación o eso aparentaba y Aiko trataría de que se calmara un poco.

El cantinero trajo ambas botellas y puso una frente cada kunoichi, sin más Aiko se sirvió otro trago -Claro que es el mejor- también lanzó una ligera carcajada -A mi ni eso me duran jajaja- se rió por segunda vez -Salud por eso- y nuevamente como si de agua de tratará paso el ron por su garganta -A que te dedicas, ¡hip! Perdón, eres pescadora igual que todos en el bar? o solo andas de pasada igual como yo- la típica curiosidad de saber quién era la joven.

-Perdona soy Aiko Yamamoto, olvide mis modales- aún no estaba tan ebria pero al fin era libre de sus cadenas mentales y podía ser ella misma -Donde se conseguirán Buenos hombres en este país, casi todos los buenos están apartados-

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