Muy cerca del País del Fuego, se erigía una zona pobre. Aunque el comercio regresaba a ese lugar, seguía teniendo una población pobre y sin apenas recursos.
Una zona neblinosa, con vegetación abundante de monte y algunas aldeas regadas por la región, eran excelentes para comenzar mi nueva obra.
-Sabía que heredarías la voluntad de Benji- dijo un ser de caricatura, formándose sobre un árbol detrás mío.
-No te confundas, nuestros medios podrán parecerse, pero el fin será diferente. Lo que sucedió en "La Torre de Papel" no es más que una prueba de que no somos iguales-dije al ser, el cual tomó la forma de una chica de tinta sobre el árbol. Aunque parecía una chica normal, encapuchada, sus rasgos de caricatura la delataban como un ser no humano.
-Date tiempo, estás con buena compañía-dijo la chica, burlonamente.
-Benji y su máquina de tinta (Benji and the ink machine) sólo buscaban someter y desatar locura. Para crear obras permanentes, se requiere de planeación y de equilibrio, Benji nunca se ha preocupado por eso- le respondí a la chica, continuando mi camino.
Ella sólo se reía, tapándose la boca, desapareciendo en medio de la oscuridad.
-Estúpida chica de anime, no puede diferenciar entre Benji y yo-susurraría para mis adentros, continuando mi viaje rumbo a una aldea en el corazón del País-isla.
Al llegar a la aldea, una zona rural con algunas construcciones de tablas, que destacaban respecto a la chozas de paja, palma y caña del resto de la isla, los miembros del equipo de la editorial y de los inversores ya se encontraban ahí, esperándome en la casa del jefe de la aldea, donde olía el guiso de pescado que estaban preparando para recibirnos.
Creé varios sirvientes de tinta y, tras extender mis alas, descendí directamente enfrente de donde me esperaba el jefe de la aldea, viéndome bajar grácilmente mientras el resto de sirvientes de tinta me acompañaban. Eran casi todas chicas hermosas de voluptuoso cuerpo y ropajes de comic que dejaban poco a la imaginación. También había algunos héroes guerreros que inspiraban respeto.
Los miembros de la editorial, inversores y los jefes de la aldea se mostraron sorprendidos y luego aplaudieron mi entrada.
-Debo decirlo, dudaba de que se construyera algo así en este sitio... sin embargo, he oído mucho de usted. Me mencionan que es un ninja de Konoha, que ha servido bien a su aldea y que, de algún modo, la venta de su arte y sus obras han apoyado a la economía local- dijo el jefe de esa pequeña aldea.
-¿Porque no construyen su parque de diversiones en Konoha, entonces?- gruñó otro jefe de la aldea, incomodando a sus compañeros. Se trataba de un hombre muy viejo.
-Está en proceso, pero hemos visto dificultades fiscales. Aquí es más económico en todos los aspectos, desde mano de obra, materiales e impuestos. Además, preveemos que será una inversión pues, tenemos que recuperar lo invertido en Konoha y, para cuando finalicemos, su País será más rico que ahora y queremos aprovechar. Quizás, más adelante, crear un gran hotel cerca a la playa, que conecte con este parque-dije mientras los inversores asentían con la cabeza.
-Además de las cuestiones familiares, contará con un "Happy Hotel", "Gracie Field Burger" y una... ejem... "Villa Waifu"...-dijo uno de los inversionistas.
-Villa Waifu aún está en discusión. Podríamos tenerla discretamente, por temas morales entre su gente, pero tenga por seguro que será un medio de convencer más inversionistas-dije guiñando un ojo.
-Señor, no creo que necesitemos otro "Gato" en este país-dijo el anciano.
-Vamos, Hayato, necesitamos la inversión. Apenas y tenemos escuelas, hospitales y otras cosas que podremos costear con estos permisos-dijo el jefe de la aldea.
El jefe de esa aldea y sus compañeros no podían dejar de echar vistazos a los exhuberantes atributos de mis sirvientes de tinta. Bastaría eso y un fajo de billetes para que no se opusieran a que tomáramos algunas tierras pantanosas y las convirtiéramos en un parque de diversiones temático. Compraría el terreno adyacente y, tras un día de descanso, me tomaría el día siguiente para crear un ejército de seres de tinta.
45 seres de tinta de 2 metros comenzaron a desyerbar, aplanar, rellenar y preparar el terreno. Tendría que utilizar mi sello para obtener más chakra para no caer desmayado por el esfuerzo.
Pasadas unas horas, otros 40 seres de tinta comenzarían a talar los árboles dentro del terreno y cercanos, delimitando la cerca. Los aldeanos se acercaban a ver cómo un ejército de "caricaturas" modificaban el terreno, aplanando lo que fue una zona de monte y pantano hasta crear un valle plano. Las vallas delimitaron el terreno y, los inversionistas pronto llevarían los juegos que habrían comprado a otros parques y circos, para que los sirvientes de caricatura comenzaran a instalar las atracciones.
Durante varios días, el proyecto continuaría, usando a los mismos aldeanos para construir algunas cosas que los seres de tinta no podrían, como las cabañas para los restaurantes, el cableado eléctrico y las tuberías.
Aunque era aún algo rudimentario, ya era un parque de juegos básico con restaurantes tipo kyoskos y áreas verdes. El proyecto comenzaba a tomar forma, y pronto podría seguir adelante con mi plan.
Una zona neblinosa, con vegetación abundante de monte y algunas aldeas regadas por la región, eran excelentes para comenzar mi nueva obra.
-Sabía que heredarías la voluntad de Benji- dijo un ser de caricatura, formándose sobre un árbol detrás mío.
-No te confundas, nuestros medios podrán parecerse, pero el fin será diferente. Lo que sucedió en "La Torre de Papel" no es más que una prueba de que no somos iguales-dije al ser, el cual tomó la forma de una chica de tinta sobre el árbol. Aunque parecía una chica normal, encapuchada, sus rasgos de caricatura la delataban como un ser no humano.
-Date tiempo, estás con buena compañía-dijo la chica, burlonamente.
-Benji y su máquina de tinta (Benji and the ink machine) sólo buscaban someter y desatar locura. Para crear obras permanentes, se requiere de planeación y de equilibrio, Benji nunca se ha preocupado por eso- le respondí a la chica, continuando mi camino.
Ella sólo se reía, tapándose la boca, desapareciendo en medio de la oscuridad.
-Estúpida chica de anime, no puede diferenciar entre Benji y yo-susurraría para mis adentros, continuando mi viaje rumbo a una aldea en el corazón del País-isla.
Al llegar a la aldea, una zona rural con algunas construcciones de tablas, que destacaban respecto a la chozas de paja, palma y caña del resto de la isla, los miembros del equipo de la editorial y de los inversores ya se encontraban ahí, esperándome en la casa del jefe de la aldea, donde olía el guiso de pescado que estaban preparando para recibirnos.
Creé varios sirvientes de tinta y, tras extender mis alas, descendí directamente enfrente de donde me esperaba el jefe de la aldea, viéndome bajar grácilmente mientras el resto de sirvientes de tinta me acompañaban. Eran casi todas chicas hermosas de voluptuoso cuerpo y ropajes de comic que dejaban poco a la imaginación. También había algunos héroes guerreros que inspiraban respeto.
Los miembros de la editorial, inversores y los jefes de la aldea se mostraron sorprendidos y luego aplaudieron mi entrada.
-Debo decirlo, dudaba de que se construyera algo así en este sitio... sin embargo, he oído mucho de usted. Me mencionan que es un ninja de Konoha, que ha servido bien a su aldea y que, de algún modo, la venta de su arte y sus obras han apoyado a la economía local- dijo el jefe de esa pequeña aldea.
-¿Porque no construyen su parque de diversiones en Konoha, entonces?- gruñó otro jefe de la aldea, incomodando a sus compañeros. Se trataba de un hombre muy viejo.
-Está en proceso, pero hemos visto dificultades fiscales. Aquí es más económico en todos los aspectos, desde mano de obra, materiales e impuestos. Además, preveemos que será una inversión pues, tenemos que recuperar lo invertido en Konoha y, para cuando finalicemos, su País será más rico que ahora y queremos aprovechar. Quizás, más adelante, crear un gran hotel cerca a la playa, que conecte con este parque-dije mientras los inversores asentían con la cabeza.
-Además de las cuestiones familiares, contará con un "Happy Hotel", "Gracie Field Burger" y una... ejem... "Villa Waifu"...-dijo uno de los inversionistas.
-Villa Waifu aún está en discusión. Podríamos tenerla discretamente, por temas morales entre su gente, pero tenga por seguro que será un medio de convencer más inversionistas-dije guiñando un ojo.
-Señor, no creo que necesitemos otro "Gato" en este país-dijo el anciano.
-Vamos, Hayato, necesitamos la inversión. Apenas y tenemos escuelas, hospitales y otras cosas que podremos costear con estos permisos-dijo el jefe de la aldea.
El jefe de esa aldea y sus compañeros no podían dejar de echar vistazos a los exhuberantes atributos de mis sirvientes de tinta. Bastaría eso y un fajo de billetes para que no se opusieran a que tomáramos algunas tierras pantanosas y las convirtiéramos en un parque de diversiones temático. Compraría el terreno adyacente y, tras un día de descanso, me tomaría el día siguiente para crear un ejército de seres de tinta.
45 seres de tinta de 2 metros comenzaron a desyerbar, aplanar, rellenar y preparar el terreno. Tendría que utilizar mi sello para obtener más chakra para no caer desmayado por el esfuerzo.
Pasadas unas horas, otros 40 seres de tinta comenzarían a talar los árboles dentro del terreno y cercanos, delimitando la cerca. Los aldeanos se acercaban a ver cómo un ejército de "caricaturas" modificaban el terreno, aplanando lo que fue una zona de monte y pantano hasta crear un valle plano. Las vallas delimitaron el terreno y, los inversionistas pronto llevarían los juegos que habrían comprado a otros parques y circos, para que los sirvientes de caricatura comenzaran a instalar las atracciones.
Durante varios días, el proyecto continuaría, usando a los mismos aldeanos para construir algunas cosas que los seres de tinta no podrían, como las cabañas para los restaurantes, el cableado eléctrico y las tuberías.
Aunque era aún algo rudimentario, ya era un parque de juegos básico con restaurantes tipo kyoskos y áreas verdes. El proyecto comenzaba a tomar forma, y pronto podría seguir adelante con mi plan.