Última modificación: 17-10-2023, 05:44 AM por Muki Chikamatsu.
El movimiento de sus dedos provocaba un gran placer, pero ver y escuchar los gemidos de Akami eran otra cosa… sin embargo, un poco de escuchar a su compañera no le hacía mal… el clon de Muki lamia con seguridad y pasión aquel pequeño y firme culito, le acariciaba la cintura a la muchacha y se abstraía de placer, sin embargo, dado un momento… un momento clave, ella detuvo su lamer… - ¿estás pasándolo mal? – preguntaría esa clon, mientras pasaba a jugar con sus muslos y cintura – si no te gusta, solo debes decirlo – dijo entonces, para agacharse un poco y jugar con la espalda desnuda de Akami – si no te gusta… pero, siento que tu cuerpo me dice lo contrario – le dijo sutilmente a la pelirroja – estabas muy mojada, pensé que te estaba gustando – diría lentamente, mientras volvía a incorporarse y a subir lentamente por la espalda de la muchacha… mordió un poco una nalga, rasguño levemente su abdomen, rasgo un poco su piel, jugo un poco con su vello púbico y toco aquella flor de loto que tenía entre sus piernas con sus dedos.
Si, aquella muchacha podría decir muchas cosas, pero su cuerpo no mentía, una sonrisa se posó en los labios de Muki, de esa Muki falsa, de aquella clon, quien confirmaba una cosa… esta niña lo estaba disfrutando… desde ese momento, su lengua jugo con su vulva, era algo simple y sutil, desde esa postura tenía acceso a ambas partes, el fino y delicado quiebre entre una entrada y la otra suele ser del tamaño de un dedo, y en esta postura, ella podía regodearse de ambos. Los sabores amargos de aquellos jugos vaginales de vez en cuando eran opacados por el dulzor de esa entrada trasera, con una textura y belleza totalmente distintas al del néctar habitual, ella estaba excitada, lo sabía bien… y en sus manos estaba un premio para una buena niña… si, Muki tenía un gancho, un Plug Gancho, algo sutil, pero útil… solo debía atarlo en las Muñecas de Akami y luego ingresarlo por aquel agujero del placer… pero…
Bueno, volviendo al tema, algo de lo que no hemos hablado es de los sentimientos de Muki, la real… ella estaba extasiada, tenía a una niña pelirroja frente a ella, era hermosa, sumisa y sensual… si… tal vez por eso… tal vez por eso Saito le fue infiel con ella… bueno saberlo… el movimiento de sus dedos era rápido, quería llegar al clímax… es posible que este día hubiese podido llegar a ese clímax tan deseado que explota como un chorro… sin embargo… sus dedos se movían cada vez más lentos… si, tal vez… eso era… ¿Por qué estoy con Saito? Porque es amable… es bueno… es bello… y bueno, porque me insistió esa noche… y la he pasado muy bien con el… nuestras arañas se llevan muy bien, son como niños… niños… si claro, ella es una Shinobi… sus dedos se movían cada vez más lentos… una shinobi que, por su oficio, no podía… no, no mejor dicho, no debía perder nunca la compostura… una madre, el sueño de toda mujer, pero ella… ella sabía que sí lo era, con el mundo como esta, solo causaría dolor y sufrimiento a una nueva generación… debía pelear, seguir adelante con su misión, trabajar arduo y al fin, cuando por fin consiga su paz interior, al fin poder sentar cabeza… ¿Por qué?... ¿Por qué ahora me pongo a pensar en eso? Siempre lo he tenido claro… siempre he sido fiel a mis principios… ¿realmente no me molesto que Saito durmiera con esta niña? No… no la verdad es que no… me dolió que no me dijera… pero… no, no importa… al parecer no llegare hoy… los dedos de Muki se detenían cada vez más… estaba absorta en sus pensamientos, cuando de repente, la puerta se abrió.
Concentrada en lo suyo, aquella clon jugaba con un objeto metálico, como un anzuelo en el costado de Akami… no, no quería ponerlo ya, ya lo había decidido, sin embargo, de un momento a otro, la llegada de Saito y un presentimiento de peligro le hicieron reaccionar. ¿Un ataque por la espalda? ¿de parte de quién? Su mano se movió con agilidad, rápidamente y sin titubear llevo ese objeto metálico a chocar con aquella Kunai, un golpe seco se oiría, pero extrañamente, no se escucho nada. La Muki real no estaba en sus cabales… y aquella clon… su pequeño clon había desaparecido. El rostro de Muki estaba de muerte en ese momento… ¿Qué oían sus oídos? Que… pero que está pasando… los recuerdos de su clon llegaban a su mente, la confusión era mayor… que era eso… ¿Qué es lo que la ataco? ¿Por qué Saito no la protegió? ¿Por qué llora esa niña? Acaso… no… ahora lo recordaba… algo no encajaba, y fue cuando lo vio…
Saito procedió a tomar a esa mocosa de mierda en sus brazos, la llevo a la cama, la atendió y beso… y a mi… a mí me mando un simple clon… apenas este clon llegaba hasta Muki, ella logro despabilar de aquel letargo de confusión que vivía en su cabeza, un letargo que le hizo comprender más de lo que quería… no, no quería esto. Ágilmente, la joven giro hacia su espalda, posando su cuello por sobre la cama y girando lejos de aquel insípido clon de Saito, salto a la muralla y se apoyó en ella. Rápidamente, con sus hilos llamo una sábana, aquella que estaba sobre la cama y la poso sobre su cuerpo semi desnudo, al tiempo, una marioneta, Karasu, llegaba a la habitación, había un enemigo… tenía que identificarla, no la había visto antes, no la sintió venir y, de hecho, no reacciono ante ella mientras veía lo que sucedía en la sala… pero… si… ese idiota… él había llegado sin siquiera subirse los pantalones a esta habitación, y claro… también quería con ella… ¿Qué te pasa? ¿Con cuchillo en mano y coqueteándola? ¿acaso soy parte de un enfermizo harem del que no me había enterado? ¿por qué no me protegiste Saito? se supone que me amabas... esa mujer me ataco a matar, no sabia que a quien atacaba era un clon... un clon… un mísero clon… ¿por qué ahora te la quieres follar también a ella? ¿y porque creíste que querría follar con un clon tuyo, cuando te tengo a mi lado? la mirada de Muki se volvió fría fría como la niebla que rodeaba la ciudad... por eso no le gustan los climas fríos - parece… parece que la que está sobrando aquí, soy yo.
Muki saltaría hacia la puerta y se iría de aquella habitación… ni siquiera miraría hacia atrás, solo saldría rápidamente y sin pensarlo, dejando en el marco de la puerta a esa marioneta de madera, como un centinela, guardando el umbral de esa habitación, resguardando para que nadie la siguiera… - yo no soy el juguete de nadie – se dijo a si misma mientras caminaba hacia el pasillo principal, arrastrando a toda velocidad un abrigo para su cuerpo y abriendo la puerta desde la distancia, sus hilos se movían a mil por hora, sus zapatos se colocaban a medida que ella caminaba, una falda negra y alargada se enredaba en su cintura y su cabello desordenado se volvía a ordenar… el maquillaje no paraba de correrse, pero no era importante, la impotencia era lo que más motivaba su marcha… si alguien intentaba seguirla, aquella marioneta la detendría… Muki lo veía todo a través de su marioneta, y no, esta vez no volvería a dejar de ver el mundo como es…
Solo… una persona podría pasar por ese umbral sin desatar una pelea… y era Akami… si ella se acercaba y miraba a la marioneta, Muki podría re-considerar verla… y dejarla pasar… había algo que no le cuadraba de todo esto.
Si, aquella muchacha podría decir muchas cosas, pero su cuerpo no mentía, una sonrisa se posó en los labios de Muki, de esa Muki falsa, de aquella clon, quien confirmaba una cosa… esta niña lo estaba disfrutando… desde ese momento, su lengua jugo con su vulva, era algo simple y sutil, desde esa postura tenía acceso a ambas partes, el fino y delicado quiebre entre una entrada y la otra suele ser del tamaño de un dedo, y en esta postura, ella podía regodearse de ambos. Los sabores amargos de aquellos jugos vaginales de vez en cuando eran opacados por el dulzor de esa entrada trasera, con una textura y belleza totalmente distintas al del néctar habitual, ella estaba excitada, lo sabía bien… y en sus manos estaba un premio para una buena niña… si, Muki tenía un gancho, un Plug Gancho, algo sutil, pero útil… solo debía atarlo en las Muñecas de Akami y luego ingresarlo por aquel agujero del placer… pero…
Bueno, volviendo al tema, algo de lo que no hemos hablado es de los sentimientos de Muki, la real… ella estaba extasiada, tenía a una niña pelirroja frente a ella, era hermosa, sumisa y sensual… si… tal vez por eso… tal vez por eso Saito le fue infiel con ella… bueno saberlo… el movimiento de sus dedos era rápido, quería llegar al clímax… es posible que este día hubiese podido llegar a ese clímax tan deseado que explota como un chorro… sin embargo… sus dedos se movían cada vez más lentos… si, tal vez… eso era… ¿Por qué estoy con Saito? Porque es amable… es bueno… es bello… y bueno, porque me insistió esa noche… y la he pasado muy bien con el… nuestras arañas se llevan muy bien, son como niños… niños… si claro, ella es una Shinobi… sus dedos se movían cada vez más lentos… una shinobi que, por su oficio, no podía… no, no mejor dicho, no debía perder nunca la compostura… una madre, el sueño de toda mujer, pero ella… ella sabía que sí lo era, con el mundo como esta, solo causaría dolor y sufrimiento a una nueva generación… debía pelear, seguir adelante con su misión, trabajar arduo y al fin, cuando por fin consiga su paz interior, al fin poder sentar cabeza… ¿Por qué?... ¿Por qué ahora me pongo a pensar en eso? Siempre lo he tenido claro… siempre he sido fiel a mis principios… ¿realmente no me molesto que Saito durmiera con esta niña? No… no la verdad es que no… me dolió que no me dijera… pero… no, no importa… al parecer no llegare hoy… los dedos de Muki se detenían cada vez más… estaba absorta en sus pensamientos, cuando de repente, la puerta se abrió.
Concentrada en lo suyo, aquella clon jugaba con un objeto metálico, como un anzuelo en el costado de Akami… no, no quería ponerlo ya, ya lo había decidido, sin embargo, de un momento a otro, la llegada de Saito y un presentimiento de peligro le hicieron reaccionar. ¿Un ataque por la espalda? ¿de parte de quién? Su mano se movió con agilidad, rápidamente y sin titubear llevo ese objeto metálico a chocar con aquella Kunai, un golpe seco se oiría, pero extrañamente, no se escucho nada. La Muki real no estaba en sus cabales… y aquella clon… su pequeño clon había desaparecido. El rostro de Muki estaba de muerte en ese momento… ¿Qué oían sus oídos? Que… pero que está pasando… los recuerdos de su clon llegaban a su mente, la confusión era mayor… que era eso… ¿Qué es lo que la ataco? ¿Por qué Saito no la protegió? ¿Por qué llora esa niña? Acaso… no… ahora lo recordaba… algo no encajaba, y fue cuando lo vio…
Saito procedió a tomar a esa mocosa de mierda en sus brazos, la llevo a la cama, la atendió y beso… y a mi… a mí me mando un simple clon… apenas este clon llegaba hasta Muki, ella logro despabilar de aquel letargo de confusión que vivía en su cabeza, un letargo que le hizo comprender más de lo que quería… no, no quería esto. Ágilmente, la joven giro hacia su espalda, posando su cuello por sobre la cama y girando lejos de aquel insípido clon de Saito, salto a la muralla y se apoyó en ella. Rápidamente, con sus hilos llamo una sábana, aquella que estaba sobre la cama y la poso sobre su cuerpo semi desnudo, al tiempo, una marioneta, Karasu, llegaba a la habitación, había un enemigo… tenía que identificarla, no la había visto antes, no la sintió venir y, de hecho, no reacciono ante ella mientras veía lo que sucedía en la sala… pero… si… ese idiota… él había llegado sin siquiera subirse los pantalones a esta habitación, y claro… también quería con ella… ¿Qué te pasa? ¿Con cuchillo en mano y coqueteándola? ¿acaso soy parte de un enfermizo harem del que no me había enterado? ¿por qué no me protegiste Saito? se supone que me amabas... esa mujer me ataco a matar, no sabia que a quien atacaba era un clon... un clon… un mísero clon… ¿por qué ahora te la quieres follar también a ella? ¿y porque creíste que querría follar con un clon tuyo, cuando te tengo a mi lado? la mirada de Muki se volvió fría fría como la niebla que rodeaba la ciudad... por eso no le gustan los climas fríos - parece… parece que la que está sobrando aquí, soy yo.
Muki saltaría hacia la puerta y se iría de aquella habitación… ni siquiera miraría hacia atrás, solo saldría rápidamente y sin pensarlo, dejando en el marco de la puerta a esa marioneta de madera, como un centinela, guardando el umbral de esa habitación, resguardando para que nadie la siguiera… - yo no soy el juguete de nadie – se dijo a si misma mientras caminaba hacia el pasillo principal, arrastrando a toda velocidad un abrigo para su cuerpo y abriendo la puerta desde la distancia, sus hilos se movían a mil por hora, sus zapatos se colocaban a medida que ella caminaba, una falda negra y alargada se enredaba en su cintura y su cabello desordenado se volvía a ordenar… el maquillaje no paraba de correrse, pero no era importante, la impotencia era lo que más motivaba su marcha… si alguien intentaba seguirla, aquella marioneta la detendría… Muki lo veía todo a través de su marioneta, y no, esta vez no volvería a dejar de ver el mundo como es…
Solo… una persona podría pasar por ese umbral sin desatar una pelea… y era Akami… si ella se acercaba y miraba a la marioneta, Muki podría re-considerar verla… y dejarla pasar… había algo que no le cuadraba de todo esto.
- Master of puppets, I'm pulling your strings -