El campo de batalla se extendía como una amplia explanada de tierra salpicada de varios pozos de agua, cada uno con una profundidad de aproximadamente tres metros. En el centro del terreno se alzaba majestuosa una plataforma de piedra, con dos puentes y escaleras a ambos lados, otorgando una escenografía impresionante al lugar.
Los enormes portones que darían paso a los guerreros se abrieron, provocando un agudo chirrido que hizo retumbar la emoción de los espectadores. El primero en emerger era una figura misteriosa, envuelta en una capa roja y ajada. Aunque su estatura no superaba el metro sesenta, su presencia irradiaba una misteriosa intimidación, dejando perplejos a muchos.
─ Os presento a Tsuchigumo, el Demonio Araña ─anunció con exaltación el presentador, entusiasmando a la audiencia.
Mientras avanzaba, Kano detuvo su paso y se despojó de su capucha, revelando su rostro a la mirada expectante de todos. Sin embargo, algo había cambiado en él, como si una metamorfosis hubiera tenido lugar. Sus ojos, antes vivaces, ahora parecían desprovistos de emoción, como si la llama que los encendía se hubiera apagado.
A pesar del revuelo, el joven ninja no parecía nervioso, lo que desconcertaba a aquellos que le conocían. Siempre había sido propenso a la ansiedad cuando estaba en el centro de atención. Pero ahora, en un momento de profunda reverencia, juntó sus manos en señal de oración, mostrando respeto al dios de la muerte.
─ Mi señor, perdóname por no poder ofrecerte un sacrificio en este combate ─susurró con solemnidad, su voz llevando la súplica a los confines del campo de batalla─. Espero que puedas comprenderlo, y que aún así me brindes tu fuerza para seguir adelante.
Con esas palabras, Kano dejó entrever una faceta de su personalidad que nunca antes se había manifestado, intrigando aún más a la audiencia y desatando una tormenta de incógnitas en sus corazones. Así, el escenario estaba listo para una contienda única y llena de misterio, donde el destino de Kano y su inusual evolución como luchador se entrelazarían con la sombra del nuevo dios.