[Saga][Misión B] Cazando el Rayo
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Ambientación
[Imagen: 784001.jpg]
Epílogo:

El dirigible del rayo era monitoreado por diversos ninjas, algunos de ellos eran imperiales y otros más rebeldes. No era la primera vez que se trabajaba en conjunto pero era cierto que esto era muy esporádico y no dejaba a sentirse roces con algunos miembros de las diversas facciones. — El dirigible llegará a la frontera del País del Fuego aproximadamente en treinta minutos, repito el dirigible del rayo estará volando las tierras del Fuego en aproximados treinta minutos. — El radio se escuchó, posado sobre una estantería llena de otros aparatos de comunicación para mantenerse alerta.

¿Es que eran unos ineptos? Los ninjas vigías estaban alrededor de una mesa redonda con algunas cartas en mano, sake y colillas de cigarros adornaban la mesa sin preocupación alguna, su rango era bajo en las respectivas facciones por esto se confiaron pues ninguno escuchó el reporte por medio del radio. — Esos imbéciles del Rayo están llegando a su fin… ¿Te digo algo? El Raijin ya fue superado por la Suijin hace mucho tiempo… — Era claro que el ninja que tomó la palabra se encontraba en un estado de ebriedad bastante marcado y el resto de ninjas no pintaban a mejor, a excepción de uno de ellos quien se sentía un poco mareado pero con cabeza aún para recordar todo con claridad.
 
Horas antes (reporte del avistamiento):

Los ninjas rebeldes de la Tierra estaban completamente enloquecidos, el rastro del dirigible se había esfumado tan rápido como fue notado al cruzar la frontera de la nación de la nube. — ¡¿A dónde mierda se fue?! — Gritó el comandante de la misión, no se trataba de ningún Senchō aunque su reputación dentro de la facción era la suficiente para ser considerado un futuro prospecto para aquel título. — Keisu Ichigi, tenemos reporte de la frontera del Rayo, su última posición vista fue cruzando la frontera hacia el suroeste tenemos diversos grupos siguiendo su posición cada kilometro pero lograron evadirnos de alguna manera. — El Ichigi chasqueo sus dientes entre una rabieta golpeando la mesa dónde se encontraba. — Se dirige hacía Suanagakure…. Volarán por el país del Fuego…. ¡Rápido, llamen a la maldita Reei del imperio del Agua! — Los presentes se miraron entre sí pero manteniendo un silencio que expresaba su sentir con aquella indicación directa. — ¡¿Qué mierda esperan?! —
 
Los ninjas del imperio del Agua se encontraban en más calma, los aparatos tecnológicos funcionaban a la perfección para este tipo de encargo cruciales pero no podrían atacar el dirigible hasta que llegase a tierra firme, lo más seguro es que fuese una trampa para que el imperio del Rayo decretará traición por parte del Agua lo que daría una oportunidad al Raijin de retomar las riendas de su imperio y prestigio con los demás imperios. — ¡Quiero a todos atentos! — La voz de Kaguya Reei, Sandai Senchō (Tercer Oficial) del imperio del agua comandaba las instrucciones directas. — El dirigible cambió su curso a próximamente hace quince minutos de su salida, esto confirma lo sospechado por la Shodai Suijin ¡No podemos perderlo en los bosques de la nación del Fuego! — Reei sabía que sería algo difícil de lograr, después de todo la vegetación y los múltiples árboles harían de su tarea casi imposible. — Sandai Senchō, tenemos una llamada de la facción rebelde de la Tierra, Ichigi Keisu está al mando. — La Kaguya hizo un gesto sorpresivo aquello solo podía significar una cosa. — Aquí Reei, ¿Qué quieren de nosotros? — Su tono no era gentil ni mucho menos. — Sabemos que también continúan siguiendo al dirigible del Raijin pues captamos algunas de sus fuerzas en el camino… te quiero proponer una alianza momentánea. — La Senchō no dijo palabra alguna pues continuaría escuchando la propuesta del rebelde. — Ustedes no pueden atacar el dirigible por su alianza con el Raijin y a nosotros se nos complicará una huida rápida… Propongo unir nuestras fuerzas momentáneamente y repartir el botín en caso de lograr el objetivo. — Tenía razón, el imperio del agua no podría asaltar el dirigible por si solos, tal vez era lo mejor pero deberían ser precavidos con sus pisadas para que está alianza no saliese a la luz pública.
 
Reei debería sobre todo cuidar aquellas cosas o el imperio de la Shodai Suijin se vería en problemas. — De acuerdo, pero está misión pasará a ser de carácter extra oficial…. Mandaré a uno de mis hombres a la frontera del Fuego, el punto de encuentro será la torre vigía abandonada coordenadas …….. Además contrataremos un Johatsu que sea un especialista en rastreo. — El Ichigi soltó una sonrisa pues sería más fácil su labor con sus nuevos aliados, pero debería ser cuidadoso. — Bien, mi hombre llegará ahí en breves. — La llamada finalizó. Keisu volteo a ver a su grupo de ninjas sin apartar los ojos de las miradas juzgadoras pero lo cierto era que se trataba de su única oportunidad de tener éxito. — ¡Quiero a Naoya rumbo a la Torre de vigilancia B del cuerpo Imperial! — Su grito fue suficiente para que todos lo escuchasen. — Pero señor, Naoya se encuentra en el grupo A en el país de los campos de arroz, tardara en llegar. — El Ichigi negó con la cabeza. — Irá solo, no será acompañado por el grupo A.. Esto le dejara moverse más rápido a la frontera del Fuego, si no fuese por sus habilidades mandaría a otro ninja más cercano ¿Es que no lo entienden? Está puede ser una victoria más para la ubicación de la tierra libre. — Rápidamente los ninjas se movieron para hacer llegar el mensaje a Naoya directamente donde le contrarían los detalles únicamente a el, dónde llegar y sobre sus futuros compañeros…. — No me falles ahora….. Naoya. — Repasaba en su mente.
 
Por otro lado Reei comenzaba a hacer los preparativos. — Senchō, el Johatsu se encuentra en camino ya fue pagado para realizar la tarea y notifica su llegada en aproximadamente quince minutos. — El reporte de una joven imperial notificó la situación a la Kaguya quien parecía satisfecha con el rendimiento de su equipo. Volteando a ver la lista y posiciones  de sus vigías más cercanos, dónde llamó su atención un nombre bastante conocido para el imperio del Agua, Hoshigaki Kurosame se encontraba en torre de vigilancia D imperial en el país del Fuego liderando el escuadrón C de la avanzada. — Notifiquen a Kurosame para que cambie su posición a la Torre de vigilancia B, quiero que se mueva de inmediato en soledad… El resto del equipo solamente le hará perder valioso tiempo y el Johatsu ya se encuentra más cerca que el. — Todos acataron la orden de inmediato, era increíble la confianza que ponían en el Hoshigaki a quien notificarán de la alianza momentánea y a dónde dirigirse, al igual que la llegada del Johatsu.
 
En el presente:

Los ninjas designados se movieron a la posición deseada por sus respectivos comandantes de aquella misión, los dos tendrían en claro la función de cada uno y la misión sería interceptar el dirigible antes de llegar a su destino. No tardarían en llegar pues la Johatsu ya se encontraba en la entrada de la torre de vigilancia y subiendo rápidamente solo para encontrar a los ninjas ebrios y poco responsables en aquella torre, no los juzgaría pues seguramente en caso de que fuesen más responsables ella no tendría un trabajo tan bien pagado como esté. — Vaya… Enserio trabajan duro estos imbéciles… — La radio continuaba sonando notificando la ubicación del dirigible pero ninguno parecía hacer caso de ella.

El tiempo solo continuo transcurriendo, haciendo que las custodias del dirigible del Rayo se relajarán un poco al no ver movimiento. — Jajajaja esos ineptos se quedaron atrás en la frontera, ahora tenemos el camino libre hasta el país del Viento. — Decía uno de ellos confiado y relajado. — No te confíes, dudo que sea así de fácil… Si ese fuese el caso ninguno de nosotros se encontraría a bordo. — Respondió el que parecía liderar el grupo de Kumonins a su destino. — El Raijin es demasiado piadoso, seguro el solo puede destruir todo un imperio y aún así intenta demostrar su gran liderazgo con acciones más triviales. —
 
A este punto ambos ninjas deberían estar llegando a la torre B, dónde los estaría esperando la Johatsu un tanto desesperada por su tardanza, su carácter era frio y meramente profesional pues su labor sería indicar la posición del dirigible a los ninjas electos por sus facciones, ni más ni menos. Karra era una joven de veinte años quién desde su juventud fue una ninja sin facción, solo se involucraba en misiones donde las recompensas eran económicas y demasiadas grandes como en este caso, no le importaba en lo absoluto el fin del misión, el propósito, o el resultado final, ella solo cumpliría con su deber sin verse involucrada en aspectos ajenos a su contratación.
 
Off

Karra (Johatsu | NPC)
[Imagen: be41903c0f314e3fef9d85112fb7b5ec.jpg]
Hablo - Narro - +Pienso+
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Ya cumpliendo funciones para la Hangyaku no Kitsune, el joven Naoya se comenzaba a posicionar como un buen prospecto, alguien a quien probar en nuevos encargos y capaz de arriesgarse para proteger a sus compañeros. Demostraba ser temerario y un gran militante de las ideas de la Rebelión, por lo que Keisu Ichigi no tardó en anotar su nombre en una misión de suma importancia para la facción. El plan era seguir la ruta y vigilar los movimientos de un dirigible del Imperio del Rayo, que aparentemente tenía un rumbo secreto hacia el País del Viento. Las alarmas sonaron, y el grupo de la Tierra, los rebeldes más fuertes y consolidados, se pusieron en marcha.

Ya hacía unos días había partido, primero en ferrocarril para llegar a la frontera, y luego en caravana y a pie hasta ubicarse en el País de los Campos de Arroz. Los grupos de mercenarios mantenían ciertos lazos con los rebeldes de Iwa, por lo que su estancia allí no tuvo mayores complicaciones. Cercano a la frontera con el Fuego, Naoya esperaba por instrucciones, luego de que el dirigible del Rayo desapareciera y dejara atónitos a todos. Pero el Ichigi se movilizó y logró un tratado extra-oficial con Kaguya Reei, la despiadada capitana del Imperio del Agua que se encargaba de las ejecuciones y otras incursiones y asaltos. Al parecer la Hangyaku les era de ayuda, así que un trato se erigió. El Shoku dudaba de la firmeza de aquella alianza, pero no tenía otra que confiar.

Habiendo partido, se dirigió a paso ultra veloz hacia la Torre de Vigilancia B de la frontera del País del Fuego. Aparentemente allí lo esperarían con instrucciones, se sellaría el acuerdo entre ambos grupos y comenzaría la persecución. Tras llegar al lugar, el chico luna se aseguró de que no hubiese nadie emboscándolo en los alrededores, y subió las escaleras después.

Al ingresar, observó desde arriba a los ebrios shinobis del Imperio, ineptos, inoperantes y fuera de su rol por completo. Negó un par de veces y se acercó a la que parecía ser la Johatsu, y la persona más alineada de allí. — Shoku Naoya, Misago de la Hangyaku no Kitsune. — Entregó así su carta de presentación el joven de cabellos negros desarreglados. — ¿Cuál es la situación? — Mantenía su diestra en el kunai que llevaba colgado en su CT, listo por si debía defenderse de cualquier ataque a traición por parte de los traicioneros imperiales. No le harían a él lo que su antepasado Shoku Goru le hizo a Taka no Ame con el respaldo del Imperio entero. No, él estaba decidido a no ser un títere. Si debía cargarse a un imperial y joder el acuerdo con tal de defender sus ideales, no titubearía.

Lo más preocupante es que el representante del Imperio del Agua no se veía por ningún lado. Dudaba que fuera uno de los borrachos, y si lo fuese preferiría trabajar solo con la Johatsu. — Inoperantes de mierda. Tienen la chance de ver caer al Raijin y no les mueve ni un pelo. — Chasqueó la lengua molesto, viendo de reojo la mesa de los ociosos y soltando un susurro de desaprobación que sólo Karra y quien se acercase oiría.

Resumen
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En ocasiones de entre la infinidad de oportunidades que el Imperio podía ofrecer, ciertas misiones requerían la colaboración de entre países para lograr un objetivo común. No podía descuidarse ya que el tiburón sería el representante de la Niebla y del Imperio del Agua y ante esto, debía funcionar correctamente. Esta vez el objetivo era interceptar un dirigible del Imperio del Rayo, y esto requeriría la alianza de la Tierra y el Agua.

El País del Fuego era su destino. El Imperio del Agua nunca había sido tan poderoso, de hecho, en toda la historia, nunca antes su tierra natal gozaría de tanta riqueza e influencia y de ahí Kurosame debía el mérito al Imperio. Definitivamente, este era el momento más brillante para la Niebla y el tiburón se aseguraría de mantenerlo así. El Imperio del Rayo, ante todo, seguía siendo un rival en influencia y poder, y a la pequeña pizca de traición, las consecuencias serían históricas. Ahora, Kurosame sería un comisario del Agua para encontrar el dirigible de entre los bosques de la nación del fuego.



Ya dentro del territorio del fuego, esperaría instrucciones en la Torre de Vigilancia B de la frontera del País del Fuego. No le disgustaba totalmente la Tierra, aunque no podía realmente entenderlos. Esperaba no tener que lidiar con la escoria rebelde.

Hoshigaki Kurosame, enviado por la Sandai Senchō del imperio del Agua. Jounin de la Aldea de la Niebla. Entregaría toda la información respectiva sobre él. Antes que él, habría escuchado la presentación de Shoku Naoya. ¿Hangyaku no Kitsune? Una alianza con un rebelde, brillante. Diría sarcástico.

Si algo detestaba eran las malas impresiones y ver a ebrios shinobis del Imperio en posición de trabajo era una impresión asquerosa para el shinobi, quizás era el único pensamiento en común que tendría con el rebelde.

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