Rudra debía fortalecerse, lo sabia bien. Su objetivo y rival aun estaba a mucha distancia de la que ella se encontraba. Si sus posiciones fueran una montaña Rudra aun tenia que alzar la vista hacia la cima que pretendía escalar. Recordando la batalla que presencio aquel día conocía algunas de sus habilidades, ella tomaría su propio camino para fortalecerse pero sabia una cosa de la que él se valía la cual podría llegar a utilizar. Y esa cosa era un pacto de sangre.
Al inicio de la batalla que Rudra recordaba, imperaba la presencia de unos murciélagos sobre el campo de batalla, tendrían que ser a la fuerza invocaciones producto de algun pacto, puesto que tambien recuerdan el estallido en el que desaparecieron. Rudra y Shiva habían estudiado sobre dichos pactos formados con clanes ninja de animales que viven al margen del mundo ninja. Aunque para ello hay que ganarse el favor de las mismas. Pero el primer paso estaba claro.
La joven mordería su dedo para hacerse sangre, realizaría la cadena de sellos y portaría su mano hacia el suelo hasta que una explosión de humo se haría presente revelando tras el humo una especie de sapo marrón de un considerable tamaño y cara de mal humor, su piel era tosca y marrón.
- Salutaciones groac, mi nombre es Gokama - En verdad pese a su amenazante aspecto era cortes y educado - ¿Y usted es? - Entonces Rudra se daría cuenta de que le hablaba a ella en lugar de admirar como habia conseguido materializar de la nada un sapo - Ehh, si disculpa, soy Rudra - Lo cierto es que no era lo que se esperaba para nada, pero era interesante - ¿Entonces... debo firmar un pacto contigo? - Le preguntaría con cierta duda la joven - Oh, no por dios, yo solo soy un guía que vino a transmitir información, acudimos siempre que alguien trata de invocar a alguien de nuestro clan sin ser miembro groac - Respondería de forma elocuente - Mi trabajo es dirigirte correctamente hacia quien porta nuestro pergamino, para que él valore si eres digna o no de formar parte de nuestra comunidad - Rudra ahora entendía un poco como iba la cosa, los escritos no lo decían todo.
La joven de mechas rojizas se sentaría sobre una roca cercana para conversar más tranquilamente - ¿Y entonces como puedo encontrar al portador de ese pacto? - Le preguntaría sin muchos rodeos - Pues bien, encontrarlo es fácil y difícil al mismo tiempo, deberás buscar a la hoja descarriada que se fugo de su hogar, pero aun mora entre las llamas abrasadoras. Tu tez es como el marfil y su cabello como el ébano, desprendiendo un semblante siniestro groac - Rudra se quedaría mirando por un momento al sapo rechoncho - Supongo que una guía directa o una ubicación más clara no son una opción ¿verdad? - El sapo la miraría fijamente - En efecto, no es posible - Estaba claro como esto era el inicio de la prueba, encontrar al portador del pergamino era la primera parte del trato.
- Bien muchas gracias Gokama san, si por lo que entendí debo buscar a un renegado de Konoha que ronda por el país del fuego aún debería moverme rápido, no vaya a ser que lo capturen o algo malo le pasara - Diría la joven mientras se levantaba sonriendo a - Veo que sois perspicaz my lady - Le respondería el sapo a la joven - ¿Ahora...? Debo hacer algo para que puedas volver a casa... - Entonces el sapo reiría un poco - No se preocupe, puedo regresar cuando quiera, espero que tenga suerte en su prueba, groac - Y con ese ultimo sonido se deshizo el sapo en una explosión de humo blanco.
Con su destino claro, Rudra comenzaría a emprender su camino hacia el país del fuego.
Al inicio de la batalla que Rudra recordaba, imperaba la presencia de unos murciélagos sobre el campo de batalla, tendrían que ser a la fuerza invocaciones producto de algun pacto, puesto que tambien recuerdan el estallido en el que desaparecieron. Rudra y Shiva habían estudiado sobre dichos pactos formados con clanes ninja de animales que viven al margen del mundo ninja. Aunque para ello hay que ganarse el favor de las mismas. Pero el primer paso estaba claro.
La joven mordería su dedo para hacerse sangre, realizaría la cadena de sellos y portaría su mano hacia el suelo hasta que una explosión de humo se haría presente revelando tras el humo una especie de sapo marrón de un considerable tamaño y cara de mal humor, su piel era tosca y marrón.
- Salutaciones groac, mi nombre es Gokama - En verdad pese a su amenazante aspecto era cortes y educado - ¿Y usted es? - Entonces Rudra se daría cuenta de que le hablaba a ella en lugar de admirar como habia conseguido materializar de la nada un sapo - Ehh, si disculpa, soy Rudra - Lo cierto es que no era lo que se esperaba para nada, pero era interesante - ¿Entonces... debo firmar un pacto contigo? - Le preguntaría con cierta duda la joven - Oh, no por dios, yo solo soy un guía que vino a transmitir información, acudimos siempre que alguien trata de invocar a alguien de nuestro clan sin ser miembro groac - Respondería de forma elocuente - Mi trabajo es dirigirte correctamente hacia quien porta nuestro pergamino, para que él valore si eres digna o no de formar parte de nuestra comunidad - Rudra ahora entendía un poco como iba la cosa, los escritos no lo decían todo.
La joven de mechas rojizas se sentaría sobre una roca cercana para conversar más tranquilamente - ¿Y entonces como puedo encontrar al portador de ese pacto? - Le preguntaría sin muchos rodeos - Pues bien, encontrarlo es fácil y difícil al mismo tiempo, deberás buscar a la hoja descarriada que se fugo de su hogar, pero aun mora entre las llamas abrasadoras. Tu tez es como el marfil y su cabello como el ébano, desprendiendo un semblante siniestro groac - Rudra se quedaría mirando por un momento al sapo rechoncho - Supongo que una guía directa o una ubicación más clara no son una opción ¿verdad? - El sapo la miraría fijamente - En efecto, no es posible - Estaba claro como esto era el inicio de la prueba, encontrar al portador del pergamino era la primera parte del trato.
- Bien muchas gracias Gokama san, si por lo que entendí debo buscar a un renegado de Konoha que ronda por el país del fuego aún debería moverme rápido, no vaya a ser que lo capturen o algo malo le pasara - Diría la joven mientras se levantaba sonriendo a - Veo que sois perspicaz my lady - Le respondería el sapo a la joven - ¿Ahora...? Debo hacer algo para que puedas volver a casa... - Entonces el sapo reiría un poco - No se preocupe, puedo regresar cuando quiera, espero que tenga suerte en su prueba, groac - Y con ese ultimo sonido se deshizo el sapo en una explosión de humo blanco.
Con su destino claro, Rudra comenzaría a emprender su camino hacia el país del fuego.