Un año habia pasado desde que se habia graduado, Toji, recién llegado de una ardua misión, caminaba fatigado hacia las puertas de la aldea. El sol del atardecer iluminaba su figura agotada cuando, de repente, una figura conocida captó su atención. Frente a él, estaba Maya, con su presencia imponente y su aura de determinación. Toji no pudo evitar que una sonrisa se formara en sus labios mientras se acercaba a ella. Aunque ambos habían seguido caminos separados después de graduarse, algo en su interior se alegraba al verla nuevamente. — ¡Maya, que sorpresa encontrarte aquí! — La saludó Toji con una mezcla de sorpresa y alegría genuina. Maya giró la cabeza hacia él, mostrando una ligera sonrisa al reconocerlo. — Toji, ¿eres tú? Hace tanto tiempo que no nos vemos. ¿Cómo has estado? — Respondió Maya, tratando de mantener un tono casual. Toji se acercó un poco más, deteniéndose a una corta distancia de ella. Los recuerdos compartidos flotaban en el aire, pero ambos intentaban no dejar que afectaran su trato actual.
— Sí, ha pasado bastante tiempo. He estado ocupado con algunas misiones, ya sabes cómo es. Pero aquí estoy, de regreso... — Contestó Toji, tratando de disimular el dejo de nostalgia en su voz. Maya asintió, fingiendo indiferencia mientras esbozaba una pequeña sonrisa. "Supongo que todos seguimos adelante con nuestras vidas. Pero es bueno verte de nuevo, aunque sea por casualidad" El viento soplaba suavemente, llevándose consigo sus palabras no dichas. A pesar de la distancia y la falta de cercanía en el presente, no podían ignorar completamente el vínculo que los unía. Toji decidió cambiar de tema, tratando de mantener un tono ligero. — Oye, ¿sigues entrenando como una desquiciada? No puedo evitar recordar las veces en que competíamos para ver quién era más fuerte. — Maya rió suavemente, dejando escapar una pizca de nostalgia. — Oh, eso nunca cambió. Sigo perfeccionando mi taijutsu y tratando de superar mis límites. No creo que hayas perdido tu afición por los desafíos, ¿verdad? —
Toji sonrió, recordando sus encuentros competitivos del pasado. — Nunca pierdo esa afición. Aunque no lo admitas abiertamente, sé que disfrutabas de nuestras pequeñas competencias. Tal vez podríamos tener una revancha, solo por diversión. — Maya aceptó el desafío con una chispa traviesa en sus ojos. — Veo que sigues tan seguro de ti mismo como siempre. Está bien, acepto tu desafío. Veremos quién ha mejorado más en este último año, pero no sera hoy, estoy agotada de mi ultima mision y por lo que veo tu tambien te ves cansado... Pero ¿te gustaria acompañarme a un bar que hay aqui cerca? Iba a beber un trago y cenar, si te apetece puedes acompañarme. —
El ambiente casual y nostálgico persistía entre ellos. Aunque ya no eran tan cercanos como antes, el pasado seguía resonando en sus interacciones, recordándoles la conexión especial que compartían.
El tiempo había pasado, pero algunos lazos nunca se desvanecen por completo. Mientras continuaban su camino juntos, solo el destino podría revelar si su rivalidad evolucionaría hacia algo más profundo.
— Sí, ha pasado bastante tiempo. He estado ocupado con algunas misiones, ya sabes cómo es. Pero aquí estoy, de regreso... — Contestó Toji, tratando de disimular el dejo de nostalgia en su voz. Maya asintió, fingiendo indiferencia mientras esbozaba una pequeña sonrisa. "Supongo que todos seguimos adelante con nuestras vidas. Pero es bueno verte de nuevo, aunque sea por casualidad" El viento soplaba suavemente, llevándose consigo sus palabras no dichas. A pesar de la distancia y la falta de cercanía en el presente, no podían ignorar completamente el vínculo que los unía. Toji decidió cambiar de tema, tratando de mantener un tono ligero. — Oye, ¿sigues entrenando como una desquiciada? No puedo evitar recordar las veces en que competíamos para ver quién era más fuerte. — Maya rió suavemente, dejando escapar una pizca de nostalgia. — Oh, eso nunca cambió. Sigo perfeccionando mi taijutsu y tratando de superar mis límites. No creo que hayas perdido tu afición por los desafíos, ¿verdad? —
Toji sonrió, recordando sus encuentros competitivos del pasado. — Nunca pierdo esa afición. Aunque no lo admitas abiertamente, sé que disfrutabas de nuestras pequeñas competencias. Tal vez podríamos tener una revancha, solo por diversión. — Maya aceptó el desafío con una chispa traviesa en sus ojos. — Veo que sigues tan seguro de ti mismo como siempre. Está bien, acepto tu desafío. Veremos quién ha mejorado más en este último año, pero no sera hoy, estoy agotada de mi ultima mision y por lo que veo tu tambien te ves cansado... Pero ¿te gustaria acompañarme a un bar que hay aqui cerca? Iba a beber un trago y cenar, si te apetece puedes acompañarme. —
El ambiente casual y nostálgico persistía entre ellos. Aunque ya no eran tan cercanos como antes, el pasado seguía resonando en sus interacciones, recordándoles la conexión especial que compartían.
El tiempo había pasado, pero algunos lazos nunca se desvanecen por completo. Mientras continuaban su camino juntos, solo el destino podría revelar si su rivalidad evolucionaría hacia algo más profundo.
Narro - Hablo - Pienso