Caminé por el sendero empedrado que me llevaba hacia ese lugar especial, a medida que avanzaba, el sonido del agua corriendo y el canto de los pájaros llenaban el aire aumentando su intensidad considerablemente, creando una atmósfera muy relajante, tranquila y serena, la luz del sol se filtraba entre las hojas de los árboles, pintando sombras danzantes en el suelo, de un momento a otro, llegué finalmente al lugar acordado y me detuve a contemplar la belleza del entorno, la cascada caía majestuosamente, creando un suave rocío en el aire, el aroma fresco y natural de la vegetación llenaba mis sentidos, mientras el sonido del agua creaba una melodía relajante, en ese momento respiré profundamente, llenando mis pulmones con el aire puro y dejando que la tranquilidad del lugar me invadiera, sabía que este entorno sería el escenario perfecto para mi entrenamiento con Izanami.
Mientras esperaba, me preparé mentalmente, repasando los conocimientos que había adquirido gracias a ella hasta ahora y concentrándome en el desafío que se avecinaba, sabía que este entrenamiento sería crucial para desarrollar mis habilidades y dar un paso más hacia mi crecimiento como shinobi, finalmente, después de unos momentos y mientras miraba a lo lejos, entre las piedras del horizonte, logre ver lo que parecía ser la sombra de Izanami, la cual apareció caminando con paso decidido hacia mí, Sus ojos reflejaban determinación y respeto, y su presencia infundía confianza, sabía que estaba en buenas manos y que este entrenamiento sería una experiencia invaluable.