Última modificación: 13-05-2023, 04:29 AM por Centyman.
Había pasado un poco de tiempo desde que empecé a conocer y a entrenar bajo la tutela de Izanami sensei, y cada encuentro con ella parecía enriquecer aún más mi conocimiento y habilidades como shinobi, a pesar de que esta tenía una naturaleza algo severa, sentía un profundo respeto y admiración por ella, y estaba emocionado por esta oportunidad, la oportunidad que esta me ofreció de aprender una nueva técnica.
Luego de organizarnos, nos pusimos de acuerdo para reunirnos en un pintoresco paisaje turístico de Kirigakure, donde las aguas son cristalinas y las montañas brindaban un ambiente sereno, especial para entrenar, sabía que este era el lugar perfecto para aprender el nuevo Jutsu, el Kirigakure no Jutsu, una técnica de neblina en la cual mi maestra era una auténtica genio, aunque le costara admitirlo.
Estaba determinado a aprender la técnica y expectante a su llegada, me emocionaba mucho poder comenzar con un entrenamiento tan difícil, por lo que me prepare para sumergirme en el entrenamiento, listo para escuchar aspectos teóricos, los sellos utilizados en la técnica y hasta esperando para realizar la manipulación del chakra hasta la formar poco a poco, moldeándolo para crear una densa neblina.
Sabía que no lograría llevarla a cabo de buenas a primeras y que, en mi camino en búsqueda de la perfección, cometería muchos errores, antes de lograr manejarla de una buena forma, sin embargo, tenía una muy buena tolerancia a la frustración, no dejaría que nada arruinara esta oportunidad ni los grandes ánimos que tenía en esos momentos.
En ese momento me senté pacientemente sobre la cima de una gran roca, a pensar y meditar, las ansias eran tantas, que había llegado incluso antes de la hora que correspondía para tantear un poco el terreno y con la intención de comenzar cuanto antes el entrenamiento.
Luego de organizarnos, nos pusimos de acuerdo para reunirnos en un pintoresco paisaje turístico de Kirigakure, donde las aguas son cristalinas y las montañas brindaban un ambiente sereno, especial para entrenar, sabía que este era el lugar perfecto para aprender el nuevo Jutsu, el Kirigakure no Jutsu, una técnica de neblina en la cual mi maestra era una auténtica genio, aunque le costara admitirlo.
Estaba determinado a aprender la técnica y expectante a su llegada, me emocionaba mucho poder comenzar con un entrenamiento tan difícil, por lo que me prepare para sumergirme en el entrenamiento, listo para escuchar aspectos teóricos, los sellos utilizados en la técnica y hasta esperando para realizar la manipulación del chakra hasta la formar poco a poco, moldeándolo para crear una densa neblina.
Sabía que no lograría llevarla a cabo de buenas a primeras y que, en mi camino en búsqueda de la perfección, cometería muchos errores, antes de lograr manejarla de una buena forma, sin embargo, tenía una muy buena tolerancia a la frustración, no dejaría que nada arruinara esta oportunidad ni los grandes ánimos que tenía en esos momentos.
En ese momento me senté pacientemente sobre la cima de una gran roca, a pensar y meditar, las ansias eran tantas, que había llegado incluso antes de la hora que correspondía para tantear un poco el terreno y con la intención de comenzar cuanto antes el entrenamiento.
||| Pienso || Hablo |||
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