Última modificación: 15-05-2023, 01:11 PM por Hozuki Jinta.
Era una nueva misión y un nuevo compañero. Yo conocía a Girei. Ya lo había visto deambular las calles de Kirigakure como uno más de sus habitantes. Sin embargo, jamás había interactuado con él. Cuando se me informó que estaríamos trabajando juntos en un intercambio de rehenes, lo primero que se me vino a la mente fueron aquellos ojos de reptil y en especial aquel que Girei gustaba adornar con trazos morados. A decir verdad, a la distancia siempre me había parecido un sujeto extraño. Quizá se debiera a su piel tan pálida y escamosa, a sus macabros ojos o a sus oscuras uñas. Ese sería mi compañero.
Nuestro encuentro fue seco. Ninguno de los dos habló más de lo necesario y admito que yo me sentía algo incómodo a su lado.
Caminamos hacia la mansión de los Musaki y los padres de Tamaki nos recibieron entre lagrimas y nos rogaron que regresaramos con su hijo sano y salvo. Desconozco como se sintió Girei ante aquel espectáculo de tristeza y desesperación pero, por mucho que yo lo intenté, no logré conmoverme.
Los Musaki nos entregaron con manos temblorosas un maletín y nosotros corroboramos que dentro se hallaban los 500.000 ryos en efectivo. También verifiqué que los billetes fueran reales. Si llegaban a ser no serlo y los secuestradores lo notaban durante el intercambio, Girei y yo seríamos los que tendríamos que lidiar con las consecuencias. Además, los Musaki habían informado al ejercito que pagarían el rescate sin trucos de por medio y mentirle a las fuerzas armadas cuando se solicitaba su ayuda podría traerles incluso más problemas de los que ya tenían.
Una vez corroborado el contenido del maletín, Girei y yo partimos hacia el lugar donde se realizaría el intercambio: siete kilómetros y medio al sur de Kirigakure, un punto medio entre la aldea y la guarida de los bandidos (que seguramente se estaban reubicando mientras caminábamos, a fin de que no fuéramos tras ellos una vez acabada la misión)
—Conque 500.000 ryos en efectivo…— comenté con picarona sonrisa mientras marchábamos —Podríamos fácilmente huir con el dinero una vez con hallemos fuera de la aldea.