Nuevos vinculos

En el horizonte se podía ver como recién comenzaba a asomarse el sol entre las montañas, en ese instante mi despertador comenzó a sonar con mucha fuerza y yo que estaba durmiendo plácidamente desperté de golpe ante todo este sonido, era solo un día mas en la aldea de konoha, este día había decidido despertar realmente temprano, pues llevaba un tiempo animado para entrenar, tenía la intención de seguir dedicándole varias horas a mi gran entrenamiento, por lo que una vez en pie, rápidamente corrí a vestirme, preparado para salir a la calle y comenzar con todo en aquella hermosa mañana.

                Luego de unas cuantas horas había terminado de entrenar, me sentía cansado, el estomago me sonaba con hambre, estaba notoriamente fatigado, por lo que sin pensarlo mucho aproveche para ir a hacer las compras a la zona comercial, después de pasearme durante un rato entre una y otra tienda, logre encontrar varias ofertas que llamaron la atención, no solo mía si no que la de mis pobres bolsillos, los cuales no tenían muchos ryos, luego de terminar de comprar todo lo que necesitaba, llevaba dos grandes bolsas en mis brazos, dividiendo una en cada mano, estaban tan pesadas que parecía llevar la comida para todo un mes, esto claro recordando que vivo solo, luego de esto estaba listo para volver a casa, por lo que comencé a caminar de vuelta, sin embargo, ahí fue cuando las vi, un kit de hermosas kunai, estaban en venta sobre el mostrador, fue inevitable para mi no quedarme pegado viéndolas, soltando las bolsas para apoyarme en el vidrio, se veían realmente preciosas, hechas de un extraño metal negro, con inscripciones en otro idioma.

||| Hablo || Pienso |||

Era muy tarde por la noche, estaba en casa de Rhooh con sus hijos. Estábamos hablando de la vida y tal, pero me estaba dando cuenta que está no era mi vida, mi vida era el estar junto a personas distintas, no este tipo de gente. Nunca íbamos a ser compatibles, y yo ya no podia seguir fingiendo delante de mi maestro que era imperial, así que decidí escapar de ese ambiente. En la mañana siguiente excusándome de que me iba a entrenar, tomé mis cosas y salí. Tenía algún dinero guardado por ahí, así que realmente no importaba dónde me quedará, sino lo que me iba a pasar 

Al estar tanto tiempo afuera, decidí comer algo. Por lo cuál, compré comida y me senté, mientras comía ví a un chico mirando embobado una estantería, pensé que fuesen unos juguetes. Pero al llegar me di cuenta de que eran unos Kunais hermosos. Me sorprendí y saqué el mío, era muy parecido al que tenía. - ¿Los quieres?, Están hermosos. - Concluí esperando que yo y él joven tengamos una conversación.

Para esos momentos estaba totalmente distraído viendo aquel hermoso kunai, tan embobado que hasta perdí la noción de lo que ocurría a mi alrededor, en esos momentos solo estábamos yo y el kunai, sin embargo de repente me tomo por sorpresa, una respiración en mi espalda, pero esto no era todo, de manera inesperada esta persona, dijo unas breves palabras, las cuales a pesar de ser cortas, podían tener demasiados significados, muchos de ellos no muy legales sobre todo para decirlas a un niño, esto me tomo por sorpresa e inmediatamente pensé lo peor, un fuerte escalofrió recorrió toda mi espalda, tenía un mal presentimiento.

“Los quieres ¿están hermosos?” estas palabras me estremecieron al instante, las escuche como si me las estuvieran diciendo al oído, en un principio no sabia muy bien como reaccionar, sin embargo, mientras mas pasaba el tiempo y más se mantenía ese pequeño momento de silencio, mas me daba a pensar que se podría tratar de un degenerado o algo por el estilo, quien se había puesto tras mío con malas intenciones, «Nadie nunca se me había acercado de esta forma, ¿será un código?... ¿será una señal?... ¿verdaderamente querrá hacerme algo?», pero no, quizás eran las típicas cosas que pensaba un chico cuando imagina cosas, por lo que igualmente por precaución decidí no moverme tan precipitadamente y simplemente limitarme a girar mi cabeza para ver quien estaba tras de mí, en ese momento pude percatarme de que este estaba armado con una kunai, fue en ese momento en el que me asuste, de inmediato pensé que este sujeto trataría de abusar de mí, «pero que debía hacer ¿gritar?, ¿le digo algo?, si eso hare» - pues si quieres puedes comprármelas, pero no iré a ningún oscuro lugar contigo pervertido, fue en ese momento en donde, levante mis manos, mostrando que estaba desarmado, intentando evitar que me hiciera algo.

||| Hablo || Pienso |||

Una cara de indignación fue mostrada en mi rostro, era relativamente raro que me llamarán pervertido. Yo sólo quería hablar, no tenía nada malo para hacerle al pobre diablo. - ¿QUÉ?, ¿ME ACABA DE LLAMAR PERVERTIDO?, MI ROSTRO ES TAN RARO?, TIPO ESTOY VIEJO Y TODO LO QUE QUIERAS, PERO NO SOY TAN VIEJO. ADEMÁS, ES UN NIÑOO. - Rápidamente me eche para atrás soltando a la vez una carcajada nerviosa. - ¿Eh?, ¿Cómo qué pervertido? - Le pregunté extrañado. Ese chico era raro. Y en parte yo también lo era, pues. Acercarme de esa manera a un menor, no era lo que de alguien normal se esperaría.

- No tengo dinero realmente, te lo compraría claro que sí. Pero ando corto, y lo que tengo es para mudarme. - Le dije mientras metía mis manos a los bolsillos de mi pantalón, estaba sintiendo si aún tenía el dinero que era para salir de Konoha y volver a mi cabaña, tenía que hacerlo rápido. Estaba realmente estresado. Por eso, saque un cigarro y lentamente lo puse en mi boca, y con mi dedo índice. Poniendo una llama, así prendiendo el cigarro, que no olía mal. Olía raramente a vainilla. 

En ese momento, fue solo cosa de observar su rostro, para percatarme de su incomoda reacción ante mis palabras, se notaba había quedado descolocado, sus primeras palabras lo decían todo, pues decía no ser un pervertido, ante esto, lo mire fijamente y le largue a reír, levantando ambos brazos, con las manos abiertas y las palmas mirando hacia su dirección – de verdad lo siento amigo, solo fue una pequeña broma… pero si te soy sincero en el primer instante si pensé que me ofrecerías un dulcecito o algo raro, pero no creí que fueras verdaderamente un pervertido

                decidí esperar durante un momento para que pudiera encender su cigarro, parecía necesitarlo y yo respetaba ese tipo de gustos por lo que solo una vez que lo vi aspirar de el, un poco mas tranquilo, estire mi mano derecha en su dirección, con la palma abierta con la intención de saludarlo, diciéndole con una ligera sonrisa – hola soy hao, un shinobi de konoha, la verdad si es bonita tu kunai… ¿también eres un shinobi?

||| Hablo || Pienso |||

- No sé, Ver a un viejo de 30 Años hablar de esta forma con un niño, claro que no es normal. Te comprendo. - Hablé mientras con mi mano izquierda retiraba mi cigarrillo, el joven por lo que pude observarlo. Era un chico tranquilo, sin problemas. Eso me sorprendió. Los Jóvenes de hoy en día no acostumbraban a tener ese estilo de vida tan jovial y con tranquilidad.

- Me lo dió mi ex-novia, y si. Realmente está bonito. Muchas gracias. - Respire y lo mire de arriba a bajo, mientras extendía mi mano para saludarlo. Me llevé el cigarro a la boca y hablé. - Lamentablemente, pero es lo que toca. ¿Cuántos años tienes Hao?, Soy Jikaro. Por cierto. -

e Era una persona que me había llamado mucho la atención, esta inspiraba mucha paz y calma al hablar, quizás un efecto relajante en el tabaco que fumaba, pero era una persona muy agradable, bastante distante a los viejos que se ven por las calles hoy en día, caminando amargados como si tuvieran algo en contra del mundo, sin embargo… algo no me calza con respecto a este tipo y es que su aspecto es muy peculiar para ser un civil común y corriente, pues llevaba pesas en los pues y además pude notar al estrechar su mano que también las llevaba vendadas, señales de un entrenamiento muy duro, pero lo mas importante es que este omitiera mi pregunta con respecto al mundo shinobi, quizás quería ocultar algo, un pasado o que se yo, omití completamente este detalle y le dije - tengo 13 años, ¿y tu cuantos tienes?... pareces ponerte algo triste al recordarla… ¿estas bien?

||| Hablo || Pienso |||

- Ah, ¿Hablas de un viejo cómo yo?, Muchacho. Estoy viejisimo. Ya 29 - Ah, ¿Cómo qué me pongo triste a recordarla?, No le había escuchado bien. Pero pensé que hablo de mi vida como shinobi, nunca me ha gustado. Desde mi lesión en la pierna no podía ser un shinobi fuerte en mi área, algo que me molestó claramente fue que aún era muy joven, deseguro pensaba que el imperio le había salvado.

- Realmente no, estoy bien. La casa y todo lo demás está bien. Simplemente me lesione en la pierna. Y por eso estoy cojeando así. - Comenté mientras me quitaba el cigarro de la boca y escupía un humo hacia arriba.

En el momento, en el que este me dijo su edad, quede inmediatamente impresionado, no lo podía creer, digo se ve que es una persona de edad, pero no pensé que tanto, es mas no se le notaba, ante la evidente expresión de sorpresa en mi rostro, reaccione a decirle – wow, si que eres viejo…es más, tienes el doble de mi edad, de seguro has visto muchas cosas en esta aldea…sin embargo, había algo en sus palabras que me dio vueltas en la mente y era el hecho de sufrir una lesión, fue inevitable para mi no pensar en como seria mi vida teniendo que convivir con una lesión seria, «debe ser triste y complicado», definitivamente, no podría verme sin poder hacer alguna actividad que me gusta, además no mucha gente entiende ese tipo de cosas, un pequeño momento de silencio invadió el lugar, sin embargo, se me ocurrió algo.
               
                Luego de un rato conversando, decidimos avanzar un poco mas por la calle, para sentarnos en las sillas ubicadas en la terraza de un café, solo para distraernos y pasar el rato, la conversación comenzaba a tornarse cada vez más fluida, parecíamos estar pasándola bien, mientras la tarde avanzaba, el fumando de sus cigarros, con un característico olor a tabaco y yo simplemente me limite a pedir unos vasitos de bebida, pues no todos los días se conoce a una persona así, el tiempo parecía pasar volando cuando uno la pasa bien, ante todo pude sentir un gran orgullo por ese hombre, pues a pesar de que se notaba que tenia sus problemas, este lograba salir adelante pese a todo.

||| Hablo || Pienso |||

- No es tan malo, de hecho quisiera que algún día llegues a mi edad y entiendas lo que es pasar tanto tiempo sirviendo a una aldea, entiendes que poner tú corazón delante de la aldea es mejor que cualquier otra cosa. - En sus palabras se sentía el peso de cargar con la voluntad de fuego desde su niñez, y al final no haber logrado lo que por años se le había prometido. Hacerse de un nombre en el mundo ninja, quizás nunca lo consiga. Si no lo logra, por lo menos tendrá felicidad. Según.

- Un joven como tú tendrá muchas oportunidades en la vida, me da felicidad como has escuchado toda mi historia. Me agradas Hao. - Jikaro ya estaba cansado de ser una marioneta de la aldea, quería ser independiente de ellos, quería ser el Sarutobi más fuerte de la historia, y con estar encerrado en esta aldea no lo iba a conseguir, no iba a conseguir su prime aquí.

Aquel notoriamente experimentado shinobi, había conseguido llegar a tocarme directamente el corazón, al compartir aquellas palabras, al menos para mi en ese momento, era inevitable no pensar en ponerme en su lugar, imaginando quizás el tipo de vida que le había tocado vivir, la experiencia que este debía tener y sobre todo, había una duda que no dejaba de acosarme, pues aún no sabía si se había lesionado en cumplimiento del deber o quizás solo por accidente entrenando, habían tantas cosas que podría aprender de él, sin embargo, todos estos últimos días me habían llevado a replantearme muchas de las cosas que estaban ocurriendo en la aldea, incluyendo mis prioridades en ella, pues hasta hace poco había tomado conciencia en cuanto al imperio y sus movimientos en la aldea.

                Para ese punto estaba totalmente motivado con lo que este me decía, feliz por la historia que me había compartido y por supuesto, esperando algún día llegar a ser tan bueno como lo era este, fue en esos momentos cuando con una gran sonrisa salió de mi boca, mirándolo directamente a los ojos, diciéndole con un tono feliz, pero al mismo tiempo desafiante – cuando llegue a tu nivel te buscare. Al terminar estas palabras estire el puño hacia el con la intención de chocarlos, la hora había pasado y estaba listo para despedirme de jikaro

||| Hablo || Pienso |||

- Te esperaré. Y ten en cuenta que cuando te vuelva a encontrar. Voy a querer tener un leve enfrentamiento. ¿Te parece bien? - Hablé mientras ví como me extendía la mano en forma de saludo, me encantaba ver a las generaciones que iban a gobernar el mundo algún día, estar tan feliz por ver, escuchar a un viejo tipo. Me hacía feliz realmente verlo. Después de chocar las manos, me despedí y me empecé a ir, un cigarro en mi boca y ya el astro mayor se estaba ocultando. ¿A dónde yo iba?, Ni idea, sólo se que no iba a quedarme mucho tiempo en esta aldea.

Había escuchado con atención cada una de las palabras compartidas en ese momento, la emoción estaba invadiendo completamente mi joven cuerpo, no todos los días se daba la oportunidad de medirse con alguien evidentemente experimentado en tácticas shinobi, mi mente me pedía que lo retara inmediatamente a pelear, con la intención de hacerle frente, sin embargo, debía ser realista, sabia que mis habilidades actuales no tendría ninguna oportunidad de hacerle frente, todo esto me causo una gran frustración e impaciencia en el momento, pero no dejaría que este detalle amargara nuestra reunión, por lo que con una gran expresión de alegría le respondí muy animado – pues claro que lo haremos… tu nada mas espérame y veras… este es un compromiso ninja… en ese momento pude ver como aquel ninja comenzaba a alejarse del lugar, por lo que tranquilamente tome mis bolsas para emprender nuevamente rumbo hacia mi hogar, esta vez con mucho mas ánimo.

||| Hablo || Pienso |||