No había pasado mucho desde que regresé, estaba trabajando en la ropa que utilizaría en el desfile de modas. Un conjunto de playera de manga larga y pantalón blanco. Con pincelazos, salpicaba la ropa con diferentes colores, creando un arte abstracto.
Mis asistentes de tinta seguían trabajando en los quehaceres, algunos de ellos con sellos de sellado, el destino de algún infeliz que se cruzó conmigo. Estaba realizando experimentos, cuando alguien tocó mi puerta. Abrí la puerta y, frente a mí, un hombre con traje del gobierno me extendió una carta.
-Señor Nagato Emaki, se le invita a la cena de la pascua que tendrá lugar en la torre del kage. Se le asigna, además, la misión de traer el "gran huevo"- dijo el enviado, entregándome la carta y retirándose después.
La noticia me tomaba por sorpresa. Me apresuré a terminar mi ropa y me dirigiría a la zona en donde debía custodiar y llevar "El gran huevo". Salí de mi casa y, corriendo entre tejados, llegué hasta la zona asignada, en la zona comercial. Toda la ciudad estaba ya adornada y sonaba la música festiva.
Llegué hasta una pastelería, en donde debía recoger el pedido.
-Soy Nagato Emaki, vengo por la orden del kage- dije al pastelero que atendía la entrada del negocio.
-Uh, si. El enorme huevo de chocolate. Vienen a traerlo desde mi otro taller-dijo el pastelero.
-¿Otro taller?- cuestioné.
-Esa enorme figura de chocolate requiere herramientas de chocolatero. Mide más de 1 metro y pesa como 20 kilos, aquí no podríamos moldearlo-decía el pastelero, cuando otro miembro de los pasteleros llegó corriendo, casi sin aliento.
-Señor Shiki, se han robado el huevo de chocolate!- gritó el otro pastelero.
-¿Que? ¿Sabes que era para la kage? ¿Quién demonios fue?- le cuestionó el pastelero en jefe. El otro trabajador sólo bajó la cabeza.
-Era un sujeto corpulento, alto, de rasgos faciales toscos y lentes negros pequeños. Vestía con traje blanco con camisa roja-dijo el ayudante.
-¿Donde fue?- le cuestioné.
-Tres calles atrás, en el almacén de insumos de repostería-dijo el ayudante. Enseguida, realicé un clon de sombras y ambos corrimos hacia el almacén. Tan pronto como llegué pude ver a un pastelero en el piso, herido y otros dos ayudándolo.
-¿Hacia donde se fue?- le cuestioné.
-¿El ladrón? Corrió hacia la zona residencial. Se fue sobre el techo- me respondió.
Rápidamente, mi clon y yo nos separamos. Él iría sobre el techo y yo a nivel de piso observando los pasillos, los callejones, las calles e, incluso, desde los tejados. Tras un rato buscando, invoqué a varios ratones en la zona residencial. Mi clon y yo gastamos 2 pergaminos cada uno, creando cada uno 60 ratones, los cuales buscarían al huevo de chocolate.
Mientras seguía buscando, uno de ellos se acercaría y me indicaría que, dentro de una casa de lujo pero abandonada, yacía el huevo de chocolate. Me acerqué a esa casa y me puse a observar desde las ventanas. Había cortinas y otra clase de barricadas que impedían que pudiera ver hacia adentro.
Creé un sirviente de tinta, con forma de una chica hermosa y le ordené tocar la puerta. Rápidamente subí al techo y me mimeticé con el aire mientras buscaba la manera de entrar a la casa.
Enseguida salió un enorme sujeto acorde a la descripción.
-¿Que quiere, señorita?- cuestionó el sujeto.
La caricatura sólo quedó en silencio, sonriendo.
-Váyase, no quiere problemas-dijo el hombre, volviendo a cerrar la puerta.
Tras verlo y comprobar que se trataba del mismo sujeto, me acerqué a abrir la puerta. Estaba cerrada, con un henge tomé la forma de mi sirviente y toqué la puerta.
El sujeto volvió a abrir, y entonces, con un Gouken Ryuu lancé al sujeto dentro de la casa. Aquel sujeto rodó por el piso y se esfumó.
-Era un clon- dije a regañadientes.
Entré en la casa, mimetizado con el viento, cuando una sombra paso rápidamente cerca de mi. Logré esquivarle y le lancé un empujón de aire, lanzándolo contra un mueble.
Ahí estaba el sujeto real.
-¿Porque robaste el huevo?- le cuestioné.
-Es para un cliente-dijo el sujeto, lanzándose con una patada. Esquivé su golpe, el cual destruyó una pared. De nuevo golpee con el Gouken Ryuu, pero bloqueó con su corpulento brazo.
Lancé aire cortante hacia el sujeto, pero éste logró esquivarlo. Lancé aire cortante al techo, formando un triángulo, el cual debía caer encima de él, pero otra vez logró esquivarlo. Cayó una tasa de baño y, con un puñetazo, lanzó la tasa hacia mí.
Destrocé la tasa de baño con aire cortante, y traté de tomar distancia de mi rival. Tracé un movimiento con mi mano, empujando el aire frente a mí, destrozando parte del techo y las paredes de la casa. Más escombros cayeron sobre el sujeto, dejándolo atrapado.
Caminé lejos de la sala y me adentré a la cocina tras caminar por un pasillo. Había ahí un congelador y, al abrirlo, ahí estaba. "El gran huevo".
Iba a tomar el huevo, cuando aquel enorme sujeto me sujetó por detrás, atrapándome. Por poco me sometía, pero mi clon apareció junto con el sirviente de caricatura. Entre los dos sometieron al sujeto, abrazándolo por detrás.
Era hora de mi venganza.
Corté mi mano e hice un sacrificio de sangre, realicé los sellos y toque al sujeto con mi mano, la cual tenía un kanji de "sentado".
-Hey, espera ¿que crees que estás haciendo?- me cuestionó, intentando moverse.
Arranqué un cordón de chakra de su cuerpo y lo junté con el huevo.
-No, demonios, no es lo que parece. Estúpido!- gruñó el sujeto, mientras era absorbido dentro del huevo. En poco tiempo, no habría sujeto y sobre el huevo había un sello de sellado.
Me dejé caer sobre mi espalda y suspiré.
-Recuperé el huevo-dije sonriendo, tomando al huevo y llevádolo de regreso a la pastelería para que arreglaran los detalles del huevo, así como la marca que le quedó encima.
Tras esto, condensé chakra en mi espalda y creé 2 alas y salí volando del lugar. Ya casi finalizaba la misión.
Cuando llegué a la torre del Kage, me esperaban ya unos ninjas.
-Señor Nagato, me alegra verlo aquí. Ha traído el huevo en tiempo y forma, sobre todo porque significa que pasó la "prueba"-dijo una chica con ropas elegantes, cabello blanco y una copa de vino en la mano.
-¿A que se refiere?- le cuestioné.
-Decidimos ponerle una prueba y usted la pasó. Le pedimos a un viejo amigo, que usted no conocía, que nos ayudara robando el huevo. Por cierto, ¿que habrá pasado con el?- se preguntó.
-Tuvimos una discusión... jejeje- le dije.
-Oh, no me preocuparía. Un jounin de élite como él no podría ser derrotado por un chico como tu. Además, el sello que le puse me indica que sigue con vida. Quizás lo veamos esta tarde... pobre chico, pensó que lo había logrado derrotar. Sólo fingió para que pudieras pasar la prueba-dijo la chica, retirándose del lugar.
Otros asistentes del kage tomaron el huevo y se lo llevaron hacia adentro, para comenzar el banquete.
-¿Vienes? Huele delicioso- me preguntó la chica.
-Eh, tengo que terminar mi ropa para el desfile de modas y el chocolate me cae mal... quizás en otra ocasión...- le dije nervioso. Ella parecía no entender, pero sólo se encogió de hombros y se metió a la torre.
No les diría nada sobre lo sucedido con el otro sujeto, pero seguro sospecharían. No podían culparme, hice lo que tenía a la mano para cumplir mi misión. Corriendo, regresaría a mi casa para terminar el traje que usaría esa noche en el desfile de modas. Quizás el "huevesco" destino de ese sujeto iría acorde a las festividades.
Mis asistentes de tinta seguían trabajando en los quehaceres, algunos de ellos con sellos de sellado, el destino de algún infeliz que se cruzó conmigo. Estaba realizando experimentos, cuando alguien tocó mi puerta. Abrí la puerta y, frente a mí, un hombre con traje del gobierno me extendió una carta.
-Señor Nagato Emaki, se le invita a la cena de la pascua que tendrá lugar en la torre del kage. Se le asigna, además, la misión de traer el "gran huevo"- dijo el enviado, entregándome la carta y retirándose después.
La noticia me tomaba por sorpresa. Me apresuré a terminar mi ropa y me dirigiría a la zona en donde debía custodiar y llevar "El gran huevo". Salí de mi casa y, corriendo entre tejados, llegué hasta la zona asignada, en la zona comercial. Toda la ciudad estaba ya adornada y sonaba la música festiva.
Llegué hasta una pastelería, en donde debía recoger el pedido.
-Soy Nagato Emaki, vengo por la orden del kage- dije al pastelero que atendía la entrada del negocio.
-Uh, si. El enorme huevo de chocolate. Vienen a traerlo desde mi otro taller-dijo el pastelero.
-¿Otro taller?- cuestioné.
-Esa enorme figura de chocolate requiere herramientas de chocolatero. Mide más de 1 metro y pesa como 20 kilos, aquí no podríamos moldearlo-decía el pastelero, cuando otro miembro de los pasteleros llegó corriendo, casi sin aliento.
-Señor Shiki, se han robado el huevo de chocolate!- gritó el otro pastelero.
-¿Que? ¿Sabes que era para la kage? ¿Quién demonios fue?- le cuestionó el pastelero en jefe. El otro trabajador sólo bajó la cabeza.
-Era un sujeto corpulento, alto, de rasgos faciales toscos y lentes negros pequeños. Vestía con traje blanco con camisa roja-dijo el ayudante.
-¿Donde fue?- le cuestioné.
-Tres calles atrás, en el almacén de insumos de repostería-dijo el ayudante. Enseguida, realicé un clon de sombras y ambos corrimos hacia el almacén. Tan pronto como llegué pude ver a un pastelero en el piso, herido y otros dos ayudándolo.
-¿Hacia donde se fue?- le cuestioné.
-¿El ladrón? Corrió hacia la zona residencial. Se fue sobre el techo- me respondió.
Rápidamente, mi clon y yo nos separamos. Él iría sobre el techo y yo a nivel de piso observando los pasillos, los callejones, las calles e, incluso, desde los tejados. Tras un rato buscando, invoqué a varios ratones en la zona residencial. Mi clon y yo gastamos 2 pergaminos cada uno, creando cada uno 60 ratones, los cuales buscarían al huevo de chocolate.
Mientras seguía buscando, uno de ellos se acercaría y me indicaría que, dentro de una casa de lujo pero abandonada, yacía el huevo de chocolate. Me acerqué a esa casa y me puse a observar desde las ventanas. Había cortinas y otra clase de barricadas que impedían que pudiera ver hacia adentro.
Creé un sirviente de tinta, con forma de una chica hermosa y le ordené tocar la puerta. Rápidamente subí al techo y me mimeticé con el aire mientras buscaba la manera de entrar a la casa.
Enseguida salió un enorme sujeto acorde a la descripción.
-¿Que quiere, señorita?- cuestionó el sujeto.
La caricatura sólo quedó en silencio, sonriendo.
-Váyase, no quiere problemas-dijo el hombre, volviendo a cerrar la puerta.
Tras verlo y comprobar que se trataba del mismo sujeto, me acerqué a abrir la puerta. Estaba cerrada, con un henge tomé la forma de mi sirviente y toqué la puerta.
El sujeto volvió a abrir, y entonces, con un Gouken Ryuu lancé al sujeto dentro de la casa. Aquel sujeto rodó por el piso y se esfumó.
-Era un clon- dije a regañadientes.
Entré en la casa, mimetizado con el viento, cuando una sombra paso rápidamente cerca de mi. Logré esquivarle y le lancé un empujón de aire, lanzándolo contra un mueble.
Ahí estaba el sujeto real.
-¿Porque robaste el huevo?- le cuestioné.
-Es para un cliente-dijo el sujeto, lanzándose con una patada. Esquivé su golpe, el cual destruyó una pared. De nuevo golpee con el Gouken Ryuu, pero bloqueó con su corpulento brazo.
Lancé aire cortante hacia el sujeto, pero éste logró esquivarlo. Lancé aire cortante al techo, formando un triángulo, el cual debía caer encima de él, pero otra vez logró esquivarlo. Cayó una tasa de baño y, con un puñetazo, lanzó la tasa hacia mí.
Destrocé la tasa de baño con aire cortante, y traté de tomar distancia de mi rival. Tracé un movimiento con mi mano, empujando el aire frente a mí, destrozando parte del techo y las paredes de la casa. Más escombros cayeron sobre el sujeto, dejándolo atrapado.
Caminé lejos de la sala y me adentré a la cocina tras caminar por un pasillo. Había ahí un congelador y, al abrirlo, ahí estaba. "El gran huevo".
Iba a tomar el huevo, cuando aquel enorme sujeto me sujetó por detrás, atrapándome. Por poco me sometía, pero mi clon apareció junto con el sirviente de caricatura. Entre los dos sometieron al sujeto, abrazándolo por detrás.
Era hora de mi venganza.
Corté mi mano e hice un sacrificio de sangre, realicé los sellos y toque al sujeto con mi mano, la cual tenía un kanji de "sentado".
-Hey, espera ¿que crees que estás haciendo?- me cuestionó, intentando moverse.
Arranqué un cordón de chakra de su cuerpo y lo junté con el huevo.
-No, demonios, no es lo que parece. Estúpido!- gruñó el sujeto, mientras era absorbido dentro del huevo. En poco tiempo, no habría sujeto y sobre el huevo había un sello de sellado.
Me dejé caer sobre mi espalda y suspiré.
-Recuperé el huevo-dije sonriendo, tomando al huevo y llevádolo de regreso a la pastelería para que arreglaran los detalles del huevo, así como la marca que le quedó encima.
Tras esto, condensé chakra en mi espalda y creé 2 alas y salí volando del lugar. Ya casi finalizaba la misión.
Cuando llegué a la torre del Kage, me esperaban ya unos ninjas.
-Señor Nagato, me alegra verlo aquí. Ha traído el huevo en tiempo y forma, sobre todo porque significa que pasó la "prueba"-dijo una chica con ropas elegantes, cabello blanco y una copa de vino en la mano.
-¿A que se refiere?- le cuestioné.
-Decidimos ponerle una prueba y usted la pasó. Le pedimos a un viejo amigo, que usted no conocía, que nos ayudara robando el huevo. Por cierto, ¿que habrá pasado con el?- se preguntó.
-Tuvimos una discusión... jejeje- le dije.
-Oh, no me preocuparía. Un jounin de élite como él no podría ser derrotado por un chico como tu. Además, el sello que le puse me indica que sigue con vida. Quizás lo veamos esta tarde... pobre chico, pensó que lo había logrado derrotar. Sólo fingió para que pudieras pasar la prueba-dijo la chica, retirándose del lugar.
Otros asistentes del kage tomaron el huevo y se lo llevaron hacia adentro, para comenzar el banquete.
-¿Vienes? Huele delicioso- me preguntó la chica.
-Eh, tengo que terminar mi ropa para el desfile de modas y el chocolate me cae mal... quizás en otra ocasión...- le dije nervioso. Ella parecía no entender, pero sólo se encogió de hombros y se metió a la torre.
No les diría nada sobre lo sucedido con el otro sujeto, pero seguro sospecharían. No podían culparme, hice lo que tenía a la mano para cumplir mi misión. Corriendo, regresaría a mi casa para terminar el traje que usaría esa noche en el desfile de modas. Quizás el "huevesco" destino de ese sujeto iría acorde a las festividades.