Última modificación: 06-04-2023, 02:01 AM por Musacus.
Luego de algunas horas ya había llegado al Puerto que le señaló su Maestro. Allí debería encontrarse con el Capitán de la embarcación, aquel era un viejo amigo del Anciano y según le mencionó si le mostraba su emblema de la Familia de seguro tendría el Viaje gratuito. Pero antes de ir al encuentro Satoru aprovecharía para intercambiar con alguno de los comerciantes de aquel lugar las finas hierbas que le había entregado la Vieja antes de partir de la Comuna. Además el barco saldría al mediodía por lo que aún tenía unas horas de sobra para negociar. Al cabo de varios intentos uno de los comerciantes ubicado en su humilde puesto frente al Puerto pareció interesado por aquellas hierbas que llevaba Satoru.
Entre regateo y más regateo Satoru intercambio una de sus tres bolsas herbales por dos latas de Atún y unas monedas de plata, esto le vendría bien ya que su equipo de pesca estaba algo gastado. Al final del trueque ambos quedaron contentos con su nueva adquisición. Faltaba algo de media hora para salir, fue en ese momento que vio a un Señor con algunas cicatrices y gran físico apuntar los boletos de los civiles que subían a la embarcación, aquel era un barco pequeño, sumando a la tripulación no entraban más de diez personas. Satoru corrió hacia el Capitán.
-Disculpe, usted es Rakioyi el Capitán? preguntó Satoru
-Así es, ¿Quién pregunta?- respondió
-Satoru es mi nombre, me envió el anciano, me dijo que usted podría llevarme- dijo Satoru. Al tiempo que mostraba su emblema familiar
-Oh!! pero qué sorpresa! Claro que sí! supongo que eres uno de sus nietos, bienvenido a bordo- dijo el Capitán mientras acomodaba su extensa barba con sus manos y esboza una sonrisa la cual dejaba ver su arruinada dentadura.
-¡Muchas gracias! si precisa mi ayuda cuente conmigo- dijo Satoru.
-HAHAHA! Claro que sí, nada es gratis en la vida- dijo el Capitán mientras se reía a carcajadas...
-Ve! sube, en tres minutos zarpamos- dijo el Capitán mientras iba en dirección a las escalinatas.
Satoru siguió su veloz caminar y se instaló en cubierta junto a otros pasajeros que allí se encontraban, algunos ya sentados y otros asombrados por ser su primer viaje. Satoru aprovecho a comer su atún antes de que partieran. Al cabo de minutos sonó por el altavoz:
-Damas y caballeros, partimos hacia Ciudad Kouten, solicitamos que durante el viaje no se expongan en cubierta así evitamos posibles caídas, recuerden siempre tener a mano la soga de salvamento-
Automáticamente Satoru tomó precaución y sujetó la soga para su seguridad.
Luego de Zarpar habrían pasado unas horas en las que Satoru se quedó meditando en cubierta. Mientras el mar estaba calmo.
-Oye muchacho, a ti te toca el Lampazo y la vigía, habrá dos turnos- dijo el Capitán mientras le indicaba donde estaban los instrumentos de limpieza.
-Si señor!- respondió Satoru
-Procura que no se acumule agua en cubierta así evitamos resbaladizas- dijo el Capitán mientras reía y hacía un gesto imitando la resbalada.
A partir de entonces cada gota por más pequeña que fuera Satoru estaba allí con el lampazo secando y por poco lustrando el piso, así evitará posibles críticas, el haría lo mejor posible su trabajo.
En cuanto empezó a atardecer se escuchó nuevamente el altavoz:
-Solicitamos a toda la tripulación que ingresen a sus camarotes, durante la noche solo pueden estar los Vigías en cubierta, por lo que deberán abstenerse de salir fuera. estamos a dos días del destino, ¡buenas noches a todos! -
Luego del mensaje Satoru quedó solo en cubierta durante las próximas tres horas, tendría que estar atento aunque no sabría de que. Olas golpeaban contra el casco, la tormenta se oía a lo lejos, la oscuridad no permitía ver demasiado, la cubierta estaba iluminada por un solo farol apuntado desde la parte más alta del barco. En lo que se escuchan unos pasos y una silueta aparece desde las escaleras, provenientes del pasillo interno del Barco, era el Capitán.
-Como viene la noche?- dijo el Capitán mientras ofrecía un café a Satoru
-Nada de qué preocuparse, aunque para ser sincero no estoy enterado del peligro que pueda ocurrir- respondió Satoru
-Ahh no te preocupes muchacho, es más que nada una precaución por si aparecen piratas o mejor dicho bandidos - dijo el Capitán
-En ese caso no permitiré que suban- respondió Satoru con total confianza
-¡Esa es la actitud! hoy en día está lleno de cobardes- dijo el Capitán mientras esbozaba unas risas.
-Pues no se preocupe!- respondió Satoru
-¡Jeje! me haces acordar a tu abuelo en sus tiempos de juventud, que momentos!- dijo el Capitán mientras hacía reparo con su mano para encender un cigarro.
Luego de un charla extensa, el Capitán volvió a su puesto y un fortachón todo dormido apareció en la cubierta para reemplazar a Satoru.
-Oye! me toca, vete a descansar mañana será un día largo- grito el Fortachón
A lo que Satoru agradecido debido a su cansancio le devolvió una mueca con media sonrisa y se dirigió a su camarote compartido, en cuanto apoyó su cabeza se durmió en un sueño profundo.
En la mañana ya se olía la sal proveniente del mar y algunas gaviotas que revoloteaban el barco graznaban a merced de algún resto de comida, esto fue suficiente para despertar a Satoru, el cual al cabo de unos minutos se dirigió a cubierta.
-Miren quién apareció! alguien se olvidó de limpiar - exclamó el Capitán.
Al parecer ya era mediodía Satoru había dormido más de lo acostumbrado, sin vacilar y aún algo dormido Satoru tomó el lampazo y empezó con su rutina diaria de limpieza. Mientras limpiaba aprovechaba para sacar cualquier tipo de información de los tripulantes y cerciorarse de que se encontraban bien, con gusto respondieron sus inquietudes sobre Ciudad Gunryo y su paso hasta Unkai, esto le sirvió para darse una idea de como llegar a la Frontera. Tuvo la suerte de que uno de ellos iba en dirección a Unkai por lo que le ofreció a cambio de su protección poder montar en caravana hasta dicha ciudad. Satoru agradeció la ayuda de aquel hombre y acordaron seguir juntos en cuanto llegaran a puerto. Luego de esto Satoru siguió limpiando, esta vez dejaría todo impecable. Llegada la tarde uno de los cocineros proporcionó a cada tripulante una pequeña porción de comida mientras decía,
-No quiero nada de quejas! es lo que hay-[i]-Oh al menos es lo que pagan, haha!-[/i]
Satoru aprovechó su descanso para disfrutar de aquella comida que por poco que fuera sería alimento de todas formas.
Otra noche de Vigía para Satoru, esta vez el mar estaba más tranquilo, por lo que aprovecho a tirar el lance, quizás pescaría algo en aquellas aguas profundas. Como de costumbre el Capitán salió a fumarse un cigarro a altas horas de la noche y acompañó a Satoru en su intento de pescar algo.
-Pico algo? - preguntó el Capitán. mientras miraba a Satoru con atención
-De momento nada- respondió Satoru
-Pero ya sabrá que aquí la paciencia premia- mientras le sonreía al Capitán
-Jojojo, veo que tu Maestro te ha enseñado bien, sigue así muchacho! - respondió el Capitán. mientras observaba el oscuro horizonte marítimo
-Si sacas algo llévaselo al cocinero que con gusto lo preparara- Dijo el Capitán mientras se retiraba hacia su puesto.
Al cabo de unas horas Satoru conseguiría su objetivo y un pez de tamaño importante el cual dejó en la cocina luego de que llegase su reemplazo como Vigía. Ya de madrugada Satoru se lavó el cuerpo con agua fría, bebió un té y se durmió.
-Otra noche más a bordo, ya falta poco- pensó Satoru
Eran las seis de la mañana cuando sonaron las campanas indicando que pronto entraríamos en Puerto.
-A todos los pasajeros, en unos minutos llegaremos a puerto, por favor mantengan la calma al momento de bajar y vuelvan cuando gusten-
Al cabo de una breve almuerzo y despedida con el Capitán, Satoru se encontró con aquel hombre con el que había quedado viajar hasta Unkai. A comparación del otro puerto Ciudad Kouten estaba repleta de gente y muchos más comerciantes, inclusive habría ninjas rondando la zona, por lo que decidió mantener un perfil bajo, aprovechando su caña el mantendría un perfil de pescador. El hombre llamado Joel indicó que en cualquier momento llegaría su caravana con la cual ya partirían hacia Pueblo Unkai y luego El Pais del Hielo.
Entre regateo y más regateo Satoru intercambio una de sus tres bolsas herbales por dos latas de Atún y unas monedas de plata, esto le vendría bien ya que su equipo de pesca estaba algo gastado. Al final del trueque ambos quedaron contentos con su nueva adquisición. Faltaba algo de media hora para salir, fue en ese momento que vio a un Señor con algunas cicatrices y gran físico apuntar los boletos de los civiles que subían a la embarcación, aquel era un barco pequeño, sumando a la tripulación no entraban más de diez personas. Satoru corrió hacia el Capitán.
-Disculpe, usted es Rakioyi el Capitán? preguntó Satoru
-Así es, ¿Quién pregunta?- respondió
-Satoru es mi nombre, me envió el anciano, me dijo que usted podría llevarme- dijo Satoru. Al tiempo que mostraba su emblema familiar
-Oh!! pero qué sorpresa! Claro que sí! supongo que eres uno de sus nietos, bienvenido a bordo- dijo el Capitán mientras acomodaba su extensa barba con sus manos y esboza una sonrisa la cual dejaba ver su arruinada dentadura.
-¡Muchas gracias! si precisa mi ayuda cuente conmigo- dijo Satoru.
-HAHAHA! Claro que sí, nada es gratis en la vida- dijo el Capitán mientras se reía a carcajadas...
-Ve! sube, en tres minutos zarpamos- dijo el Capitán mientras iba en dirección a las escalinatas.
Satoru siguió su veloz caminar y se instaló en cubierta junto a otros pasajeros que allí se encontraban, algunos ya sentados y otros asombrados por ser su primer viaje. Satoru aprovecho a comer su atún antes de que partieran. Al cabo de minutos sonó por el altavoz:
-Damas y caballeros, partimos hacia Ciudad Kouten, solicitamos que durante el viaje no se expongan en cubierta así evitamos posibles caídas, recuerden siempre tener a mano la soga de salvamento-
Automáticamente Satoru tomó precaución y sujetó la soga para su seguridad.
Luego de Zarpar habrían pasado unas horas en las que Satoru se quedó meditando en cubierta. Mientras el mar estaba calmo.
-Oye muchacho, a ti te toca el Lampazo y la vigía, habrá dos turnos- dijo el Capitán mientras le indicaba donde estaban los instrumentos de limpieza.
-Si señor!- respondió Satoru
-Procura que no se acumule agua en cubierta así evitamos resbaladizas- dijo el Capitán mientras reía y hacía un gesto imitando la resbalada.
A partir de entonces cada gota por más pequeña que fuera Satoru estaba allí con el lampazo secando y por poco lustrando el piso, así evitará posibles críticas, el haría lo mejor posible su trabajo.
En cuanto empezó a atardecer se escuchó nuevamente el altavoz:
-Solicitamos a toda la tripulación que ingresen a sus camarotes, durante la noche solo pueden estar los Vigías en cubierta, por lo que deberán abstenerse de salir fuera. estamos a dos días del destino, ¡buenas noches a todos! -
Luego del mensaje Satoru quedó solo en cubierta durante las próximas tres horas, tendría que estar atento aunque no sabría de que. Olas golpeaban contra el casco, la tormenta se oía a lo lejos, la oscuridad no permitía ver demasiado, la cubierta estaba iluminada por un solo farol apuntado desde la parte más alta del barco. En lo que se escuchan unos pasos y una silueta aparece desde las escaleras, provenientes del pasillo interno del Barco, era el Capitán.
-Como viene la noche?- dijo el Capitán mientras ofrecía un café a Satoru
-Nada de qué preocuparse, aunque para ser sincero no estoy enterado del peligro que pueda ocurrir- respondió Satoru
-Ahh no te preocupes muchacho, es más que nada una precaución por si aparecen piratas o mejor dicho bandidos - dijo el Capitán
-En ese caso no permitiré que suban- respondió Satoru con total confianza
-¡Esa es la actitud! hoy en día está lleno de cobardes- dijo el Capitán mientras esbozaba unas risas.
-Pues no se preocupe!- respondió Satoru
-¡Jeje! me haces acordar a tu abuelo en sus tiempos de juventud, que momentos!- dijo el Capitán mientras hacía reparo con su mano para encender un cigarro.
Luego de un charla extensa, el Capitán volvió a su puesto y un fortachón todo dormido apareció en la cubierta para reemplazar a Satoru.
-Oye! me toca, vete a descansar mañana será un día largo- grito el Fortachón
A lo que Satoru agradecido debido a su cansancio le devolvió una mueca con media sonrisa y se dirigió a su camarote compartido, en cuanto apoyó su cabeza se durmió en un sueño profundo.
En la mañana ya se olía la sal proveniente del mar y algunas gaviotas que revoloteaban el barco graznaban a merced de algún resto de comida, esto fue suficiente para despertar a Satoru, el cual al cabo de unos minutos se dirigió a cubierta.
-Miren quién apareció! alguien se olvidó de limpiar - exclamó el Capitán.
Al parecer ya era mediodía Satoru había dormido más de lo acostumbrado, sin vacilar y aún algo dormido Satoru tomó el lampazo y empezó con su rutina diaria de limpieza. Mientras limpiaba aprovechaba para sacar cualquier tipo de información de los tripulantes y cerciorarse de que se encontraban bien, con gusto respondieron sus inquietudes sobre Ciudad Gunryo y su paso hasta Unkai, esto le sirvió para darse una idea de como llegar a la Frontera. Tuvo la suerte de que uno de ellos iba en dirección a Unkai por lo que le ofreció a cambio de su protección poder montar en caravana hasta dicha ciudad. Satoru agradeció la ayuda de aquel hombre y acordaron seguir juntos en cuanto llegaran a puerto. Luego de esto Satoru siguió limpiando, esta vez dejaría todo impecable. Llegada la tarde uno de los cocineros proporcionó a cada tripulante una pequeña porción de comida mientras decía,
-No quiero nada de quejas! es lo que hay-[i]-Oh al menos es lo que pagan, haha!-[/i]
Satoru aprovechó su descanso para disfrutar de aquella comida que por poco que fuera sería alimento de todas formas.
Otra noche de Vigía para Satoru, esta vez el mar estaba más tranquilo, por lo que aprovecho a tirar el lance, quizás pescaría algo en aquellas aguas profundas. Como de costumbre el Capitán salió a fumarse un cigarro a altas horas de la noche y acompañó a Satoru en su intento de pescar algo.
-Pico algo? - preguntó el Capitán. mientras miraba a Satoru con atención
-De momento nada- respondió Satoru
-Pero ya sabrá que aquí la paciencia premia- mientras le sonreía al Capitán
-Jojojo, veo que tu Maestro te ha enseñado bien, sigue así muchacho! - respondió el Capitán. mientras observaba el oscuro horizonte marítimo
-Si sacas algo llévaselo al cocinero que con gusto lo preparara- Dijo el Capitán mientras se retiraba hacia su puesto.
Al cabo de unas horas Satoru conseguiría su objetivo y un pez de tamaño importante el cual dejó en la cocina luego de que llegase su reemplazo como Vigía. Ya de madrugada Satoru se lavó el cuerpo con agua fría, bebió un té y se durmió.
-Otra noche más a bordo, ya falta poco- pensó Satoru
Eran las seis de la mañana cuando sonaron las campanas indicando que pronto entraríamos en Puerto.
-A todos los pasajeros, en unos minutos llegaremos a puerto, por favor mantengan la calma al momento de bajar y vuelvan cuando gusten-
Al cabo de una breve almuerzo y despedida con el Capitán, Satoru se encontró con aquel hombre con el que había quedado viajar hasta Unkai. A comparación del otro puerto Ciudad Kouten estaba repleta de gente y muchos más comerciantes, inclusive habría ninjas rondando la zona, por lo que decidió mantener un perfil bajo, aprovechando su caña el mantendría un perfil de pescador. El hombre llamado Joel indicó que en cualquier momento llegaría su caravana con la cual ya partirían hacia Pueblo Unkai y luego El Pais del Hielo.