Al acercarse al Valle del Fin, uno se encuentra con un paisaje que parece haber sido esculpido por los dioses. La atmósfera se llena de un aire electrizante que convoca a la memoria colectiva de todos aquellos que sacrificaron su vida en esta búsqueda interminable por la paz. El terreno es abrupto, con colinas que se levantan como testigos mudos de batallas pasadas, y la vegetación exhuberante tiñe el entorno con una paleta de verdes vibrantes. Los árboles, en su mayoría milenarios, se erigen orgullosos, como centinelas que han observado el pasar del tiempo y las transformaciones de un mundo en constante cambio.
El ruido del agua corriendo se vuelve cada vez más intenso conforme se va acercando a la gran cascada que se erige en el centro del valle. Este torrente, que casi parece tener vida propia, cae desde lo alto de un acantilado, creando un espectáculo hipnótico; el agua se descompone en miles de gotas que brillan al sol como gotas de cristal, mientras un arcoíris se forma momentáneamente en el aire. Los ecos de la cascada resuenan, recordando a los visitantes que este lugar ha sido testigo de historias que han marcado la trayectoria del mundo shinobi.
Delante de este paisaje sereno, los restos de las estatuas de los fundadores de Konohagakure emergen de la tierra, semiocultas por el paso del tiempo y la naturaleza. Aunque su apariencia es de decadencia, hay una belleza palpable en estas esculturas, ahora erosionadas y agrietadas por los años. Un viento suave se pasea entre las ruinas, llevándose consigo susurros de viejas leyendas y gritoss perdidos en el eco del tiempo. Cada estatua, aunque falta de detalle, aún mantiene un aire de dignidad, como si las almas de los grandes shinobi que una vez fueron los pilares de la aldea aún estuvieran dentro de ellas, esperando ser homenajeadas.
Un profundo contraste emerge en este lugar donde lo sagrado y lo olvidado coexisten. Tras el ascenso de Pain al poder, muchos de estos íconos del pasado fueron destruidos. La intención de su fragmentación no fue solo despojar el paisaje de su esplendor; fue un acto político y simbólico, una declaración de que el antiguo mundo shinobi era una reliquia del pasado, que merecía ser olvidada. Pero la verdad es que su esencia todavía fluye por el valle, impregnando cada rincón de memoria y nostalgia.
Y es precisamente en esta devastación donde se encuentra una figura enigmática, casi etérea. En la cúspide de la cabeza de una de las estatuas, una mujer encapuchada se encuentra en reposo. Su silueta, envuelta en sombras, resalta contra el trasfondo del cielo azul y las nubes esponjosas. La tela de su capucha ondea suavemente con la brisa, como si intentara revelar aunque sea un atisbo de su identidad, pero permanece oculta en la penumbra de su propia determinación.
Los murmullos del agua, el murmullo del viento y el canto lejano de los pájaros forman una sinfonía natural que rodea a la mujer, envolviendo el espacio con un aura mística. El lugar parece estar esperando algo, un signo, un cambio; y ella, con su presencia, genera una expectativa vibrante, como si fuera un hilo que unía las antiguas luchas con los anhelos de un futuro aún incierto. En su rostro, oculto y sombrío, hay una persistencia que implica que su misión va más allá de lo visible. Tal vez espera la llegada de otros, guerreros que, al igual que ella, deseen forjar un nuevo capítulo en la Historia del shinobi.
El sol comienza a descender, dejando a su paso un espectáculo de luces y sombras, y el valle se tiñe con tonos dorados y anaranjados. A medida que el día se transforma en noche, la mujer encapuchada se convierte en una figura casi fantasmagórica. El reflejo de la cascada, ahora salpicado de esplendor dorado, resalta su silueta, convirtiéndola en el centro de atención en este paisaje que no deja de vibrar con historias pasadas.
El Valle del Fin no es solo un lugar de conmemoración; es un espacio donde lo que fue y lo que será podrán entrelazarse. La mujer encapuchada, en su espera silenciosa, nos recuerda que a menudo es en los lugares que más han sufrido que se encuentran las semillas de la renovación. En este ambiente cargado de historia y misterio, el futuro del País del Fuego aún está por escribirse. A medida que la brisa sopla entre las ruinas y la cascada sigue fluyendo, el eco de la lucha shinobi resuena con la promesa de que la batalla por la paz nunca termina.
Todo esto va en el primer post, ya las maestrías, únicas y demás las vais poniendo cuando las usen, igual deben ponerlas todas en el primer post.
Cita:[ Spoiler=Personaje]
Nombre:
Clan:
Espe: (Posee beneficios de Estilo cauteloso y ofensivo de ninjutsu)
Maestria1:
Maestria2:
Maestria3:
Kosei1:
Kosei2:
ADN1:
ADN2:
Pacto1:
Pacto2:
Elementos:
Rango:
Aldea:
Apariencia:
[ Spoiler=Stats]
Fuerza:
Resistencia:
Velocidad:
Agilidad:
Destreza:
Presencia:
Inteligencia:
Control de chakra:
Reg. de Chakra:
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*Solo le quitan los espacios a lo Spoilers.