Por aquí hemos estado antes, ¿logras recordarlo?
Yo sí, y ella también. Bien presente en su cabeza ha quedado esta aldea y no precisamente por algo malo. Es todo lo contrario, le gusta, lo adora... Es el misterio de la niebla lo que la ha terminado encantando. Es un perfecto adicional para su gran escenario, ¿no lo piensas? En la niebla puede ocurrir de todo: un asesinato, una desaparición o convertirse en un lugar donde esconderse sin problema. Ah, está preparada para convertirse una vez más en la directora de escena, sin embargo existe un problema: falta su protagonista.
El centro de atención, ¿dónde buscarlo?
En cualquier lado, claro, pero ella quiere a alguien interesante. ¡O llamativo! Sí, llamativo, alguien que destaque entre tanta niebla y pueda llamar la atención de quien lo vea pasar, del espectador, de Shizuku. ¿Dónde está ese individuo misterioso? ¿A su lado? ¿Al frente? ¿A pocos pasos suyos o demasiado alejado para verlo a primera vista?
Sentada, busca en un pequeño salón de té a su nuevo amigo. Su mirada barre el lugar y a todos los presentes algún defecto les encuentra: ¡no cumplen con sus estándares! Uno es muy cuadrado, otra es guapa pero sin gracia... En serio que no hay nadie allí. Decepción es lo que expulsa el suspiro que de sus labios se escapa, resignada. Tal vez debería ver afuera.
«Vete. ¿Qué esperas para largarte? Imagina que llegue por esa puerta. No te vayas, quédate.»
Veo que tienes esperanza, máscara cuarenta y siete. Qué suerte, Shizuku también. ¿Lo dudas? Hasta ella tras escucharte te ha hecho caso, pese a no responderte directamente. Consíderalo un halago, un honor, porque últimamente a todos ha ignorado y ha decidido creer en tus palabras sin atisbo de duda alguna. Puede que en un intento de convencimiento, puede que solo por diversión.
No olvidemos que solo quiere disfrutar.
Y vaya que sus oídos disfrutan del conocido sonido que provoca la puerta del local, al deslizarse para darle la bienvenida a un nuevo cliente. Ansiosa es su mirada, recayendo en el recién llegado y sí, definitivamente... ¡No es él a quien busca!
Pero pararse de su asiento y rendirse tan rápido no forma parte se sus planes. Como se nota que hoy Shizuku es una mujer terca. ¿O perseverante? Cualquiera que sea la palabra, sabe que le ha servido ahora: alguien nuevo entra al lugar.
Es él, sí. Tan perfecto para el rol que ella en ese preciso momento le ha colocado. No puede dejarlo ir tan fácil, así que a paso rápido pero grácil, confianzuda se acerca a él con un pequeño cuaderno y bolígrafo en mano. —Buenas tardes, estimado cliente. ¿Le gustaría participar de un juego a cambio de que su pedido sea gratis?
¿Cederá él o no?
![[Imagen: Y6eXswNa_o.gif]](https://images2.imgbox.com/39/0a/Y6eXswNa_o.gif)
Yo sí, y ella también. Bien presente en su cabeza ha quedado esta aldea y no precisamente por algo malo. Es todo lo contrario, le gusta, lo adora... Es el misterio de la niebla lo que la ha terminado encantando. Es un perfecto adicional para su gran escenario, ¿no lo piensas? En la niebla puede ocurrir de todo: un asesinato, una desaparición o convertirse en un lugar donde esconderse sin problema. Ah, está preparada para convertirse una vez más en la directora de escena, sin embargo existe un problema: falta su protagonista.
El centro de atención, ¿dónde buscarlo?
En cualquier lado, claro, pero ella quiere a alguien interesante. ¡O llamativo! Sí, llamativo, alguien que destaque entre tanta niebla y pueda llamar la atención de quien lo vea pasar, del espectador, de Shizuku. ¿Dónde está ese individuo misterioso? ¿A su lado? ¿Al frente? ¿A pocos pasos suyos o demasiado alejado para verlo a primera vista?
Sentada, busca en un pequeño salón de té a su nuevo amigo. Su mirada barre el lugar y a todos los presentes algún defecto les encuentra: ¡no cumplen con sus estándares! Uno es muy cuadrado, otra es guapa pero sin gracia... En serio que no hay nadie allí. Decepción es lo que expulsa el suspiro que de sus labios se escapa, resignada. Tal vez debería ver afuera.
«Vete. ¿Qué esperas para largarte? Imagina que llegue por esa puerta. No te vayas, quédate.»
Veo que tienes esperanza, máscara cuarenta y siete. Qué suerte, Shizuku también. ¿Lo dudas? Hasta ella tras escucharte te ha hecho caso, pese a no responderte directamente. Consíderalo un halago, un honor, porque últimamente a todos ha ignorado y ha decidido creer en tus palabras sin atisbo de duda alguna. Puede que en un intento de convencimiento, puede que solo por diversión.
No olvidemos que solo quiere disfrutar.
Y vaya que sus oídos disfrutan del conocido sonido que provoca la puerta del local, al deslizarse para darle la bienvenida a un nuevo cliente. Ansiosa es su mirada, recayendo en el recién llegado y sí, definitivamente... ¡No es él a quien busca!
Pero pararse de su asiento y rendirse tan rápido no forma parte se sus planes. Como se nota que hoy Shizuku es una mujer terca. ¿O perseverante? Cualquiera que sea la palabra, sabe que le ha servido ahora: alguien nuevo entra al lugar.
Es él, sí. Tan perfecto para el rol que ella en ese preciso momento le ha colocado. No puede dejarlo ir tan fácil, así que a paso rápido pero grácil, confianzuda se acerca a él con un pequeño cuaderno y bolígrafo en mano. —Buenas tardes, estimado cliente. ¿Le gustaría participar de un juego a cambio de que su pedido sea gratis?
¿Cederá él o no?