¿No podría haberle dado instrucciones más precisas? No sé, mira, el sujeto se llama Aoi y va a estar en esta ciudad, ve y buscalo, dile que vas de mi parte. No, le había dicho tú viaja por el país del té que seguro que te lo encuentras y joder, Kaida quería matarlo en aquel mismo instante.
-Este lugar es demasiado amplio para mi gusto.- Llevaba una de sus sombrillas para impedir que el sol la calentara demasiado, no quería que su piel empezara a ponerse demasiado roja.
Le había descrito brevemente al hombre en cuestión y Kaida había dudado un momento, preguntando si de verdad estaba siendo sincero o era una mujer disfrazada o vete tú a saber. Tal vez, Samuru simplemente se estaba pasando en su descripción.
Hasta que paseando por una de las casas del té, se encontró con alguien que encajaba con su descripción.
-...Vale, no, no lo hizo.- La mujer hubiera entendido que cualquier otro ser vivo del planeta tuviera envía de aquella piel, joder, que ella misma se estaba cuestionando todo su skincare.
Y no era barato, ni era malo, pero estaba planteándose demasiadas cosas en aquel preciso momento.
Su cabello era casi tan largo como el de ella, salvo por el tono frío azulado contra el cálido y blanquecino de ella.- Samuru me dio una descripción para encontrarte, pero vaya que no te hace justicia…¿Aoi-san?-La mujer ladeo suavemente el rostro, clavando sus ojos opacos en los del hombre, sonriéndole.
Joder que viniera alguien a decirle que de verdad era un hombre, sabía de sobra que estaba siendo meltamente la cosa más grosera del mundo, pero hasta sus ojos eran más bonitos que los de ella.
Y mira que sus ojos siempre había sido su orgullo.
-Me llamo Kaida, hace poco me encontré con Samuru y me ofreció un negocio, pero me dijo que quizás contigo me llevaría mejor.-Literalmente, sospechaba que quizás el tema del clan y la familia había sido algo que había causado que ellos dos tuvieran una relación algo más tensa de lo que le hubiera gustado.
Pero no desechó la posibilidad de conocer a más gente, siempre era divertido.
-¿Te importa que me siente? No estaría mal tomar algo para el calor.-Ahora mismo solo quería sentarse, hundir la cara en la mesa y dar gracias de que su búsqueda había terminado mucho antes de lo que pensaba.
Iba mejorando, la de su pasado había tardado casi veinte años.
-Este lugar es demasiado amplio para mi gusto.- Llevaba una de sus sombrillas para impedir que el sol la calentara demasiado, no quería que su piel empezara a ponerse demasiado roja.
Le había descrito brevemente al hombre en cuestión y Kaida había dudado un momento, preguntando si de verdad estaba siendo sincero o era una mujer disfrazada o vete tú a saber. Tal vez, Samuru simplemente se estaba pasando en su descripción.
Hasta que paseando por una de las casas del té, se encontró con alguien que encajaba con su descripción.
-...Vale, no, no lo hizo.- La mujer hubiera entendido que cualquier otro ser vivo del planeta tuviera envía de aquella piel, joder, que ella misma se estaba cuestionando todo su skincare.
Y no era barato, ni era malo, pero estaba planteándose demasiadas cosas en aquel preciso momento.
Su cabello era casi tan largo como el de ella, salvo por el tono frío azulado contra el cálido y blanquecino de ella.- Samuru me dio una descripción para encontrarte, pero vaya que no te hace justicia…¿Aoi-san?-La mujer ladeo suavemente el rostro, clavando sus ojos opacos en los del hombre, sonriéndole.
Joder que viniera alguien a decirle que de verdad era un hombre, sabía de sobra que estaba siendo meltamente la cosa más grosera del mundo, pero hasta sus ojos eran más bonitos que los de ella.
Y mira que sus ojos siempre había sido su orgullo.
-Me llamo Kaida, hace poco me encontré con Samuru y me ofreció un negocio, pero me dijo que quizás contigo me llevaría mejor.-Literalmente, sospechaba que quizás el tema del clan y la familia había sido algo que había causado que ellos dos tuvieran una relación algo más tensa de lo que le hubiera gustado.
Pero no desechó la posibilidad de conocer a más gente, siempre era divertido.
-¿Te importa que me siente? No estaría mal tomar algo para el calor.-Ahora mismo solo quería sentarse, hundir la cara en la mesa y dar gracias de que su búsqueda había terminado mucho antes de lo que pensaba.
Iba mejorando, la de su pasado había tardado casi veinte años.