País del Agua, Tarde
Muelle del Puerto
Muelle del Puerto
Planearía zarpar hacia Miyama-jima en la noche, y tras terminar ciertos preparativos se encontraba con cierto tiempo libre. Prefería no viajar durante el día, de tal modo que fuese más difícil seguirle el rastro, y se sabía tanto el camino hacia la isla Hoshigaki que podía navegar prácticamente con los ojos cerrados.
Pero mientras tanto, debía esperar. Y cada pequeña espera resultaba inquietante para el tiburón, ya que no podía permitir a su mente divagar. Tendía a recordar y revivir mucho en su mente, sobre sus comienzos y toda su trayectoria. Quién era él antes y cómo había llegado adónde estaba, y así, pensaba en aquellos del pasado. Por motivos que no sabía explicar, quizás por haber visto casualmente aquel día a un joven shinobi de cabello azul oscuro y alborotado, rebelde y desafiante, le recordaría a su pupilo Blazell Kaguya Kenju, a quién le habría enseñado prácticamente todo sobre la vida. Si bien Stich y Fatsuma eran parte del equipo y les tenía un aprecio especial a cada uno, Blazell era lo más cercano a un amigo para él y a quién confiaría más de entre los tres. Confiaba a su vez en Stich, pero el pequeño Hoshigaki prodigio era todavía muy pequeño, y Fatsuma, si bien extremadamente competente en el arte del genjutsu, su ninjutsu dejaba que desear y por alguna razón, sus jutsus tendían siempre a alcanzar al pobre Blazell, víctima del Heizu.
Y entre divagaciones, se encontraría apoyando el hombro en un tronco alto, al extremo del muelle. Vería cómo el cielo se teñía gradualmente de tonos cálidos y dorados, reflejando los últimos destellos de luz del día.
Cómo pasa el tiempo a veces, ¿verdad?
Diría, para sí mismo, pero una figura justamente al otro lado del tronco lo podría escuchar, a quién desconocía totalmente, habría estado tan perdido en sus pensamientos que ignoraría que compartía el tronco con otro individuo.