¿Cómo ha llegado aquel Shinobi aquí? Es incierto. Quizá una buena recolección de información te ha traído al punto exacto donde tu destino parece tomar un poco más de valor, sin embargo, las vistas no son para nada prometedoras. Te has topado con cientos de cuerpos desparramados a lo largo del camino. ¿Quién sería tal atroz autor de dicha escena? No te equivoques. No hay mano humana detrás de esto, quizá animal, pero en la mayoría de casos han acabado desahuciados, deshidratados y han acabado entre sí antes de poder ingresar a la colmena…
Así es como se le ha apodado a este páramo aparentemente inhabitable. De continuar con el camino ligeramente enmarcado, el Shinobi en cuestión podría darse cuenta de que el sendero acaba allí y da paso a lo que parece ser una entrada, diferenciada por un arco "Tori" de madera, muy maltratada y sin pintar en siglos.
Cual cereza de pastel. Una espesa niebla, pero muy rápida, atraviesa el páramo de canto a canto. Danzando entre las construcciones restantes. Chozas de madera, casas pequeñas y refugios claramente improvisados. Nuestro viajero probablemente sienta el peso de muchas miradas, pero sus ojos no lograrán percibir nada en primer momento… ¿Eres observado?
El silencio será tu único acompañante por el momento. Y a diferencia del páramo en su totalidad, puedes diferenciar a la distancia unas cuantas luces tenues de un color rojizo. Un tono carmesí para ser exactos. No hay voces, sonidos, animales ni nada por el estilo que decoren por encima del suave sonido de la neblina al rozar contra los objetos sueltos y endebles de la zona.
De forma muy paranoica. La escena suele generar algún que otro chasquido, sonido metálico, pero muy aleatorios, que buscan inquietar a los pocos visitantes que llegan a ese punto. ¿Será el Shinobi en cuestión puesto en incertidumbre por aquellos sonidos? De todas formas, son muy bajos y apenas audibles, simplemente buscan crear confusión. De pasar cerca de las chozas, sí que se podrá escuchar algún que otro paso de pequeños pies descalzos sobre la fría y húmeda madera…
¿Cuál será la decisión? ¿Avanzarás hacia el único lugar que parece tener una pizca de “vida”?, o ¿Regresarás por donde viniste? De tener el coraje necesario. Y a medida que logres acercarte, podrás escuchar ligeramente la suave voz de una mujer que va acorde a tonadas muy suaves y poco pronunciadas de un Shamisen.
Debido a la puesta en escena, es dificil dictaminar si el sonido previene precisamente de la estructura iluminada o si corre por lo largo de la montaña como muchos otros.