Las calles de Shinguku, se caracterizan por su peligro y incontables guerras entre pandillas, sólo la más fuerte podrá obtener el control del territorio. De modo que, mientras más control se abarque, tienen una mejor distribución de una droga nueva llamada "Colmillo de Dragón del Este", proveniente del País de los Pantanos. Samuru, en tu caminata junto a Jin, presenciaste al menos unas tres personas bajo los efectos de la sustancia psicotropica y estupefaciente. Un comportamiento irracional los delataba.
En el bar viejo, una conversación interesante transcurre al mismo tiempon que tus demás compañeros también están en lo mismo. Jin eleva una ceja y ríe debido a tu carácter — Muy bien, Samuru. — La mirada del jefe pandillero sigu sin perder su toque amigable, por lo que enciende un puro y la primera calada de humo forma una nube en el techo, que más tarde se filtra entre los orificios del techo, hasta llegar al segundo piso. — ¡MALDITASEA, JIN, DE NUEVO FUMANDO ESA PORQUERÍA AQUÍ! — Shūhei, el vigilante, grita desde el segundo piso, pues el olor a tabaco no es de su agrado, además es bien sabido que ese humo le hace más daño que al propio fumador. — Vale, ignora eso. — Desviaba los ojos hacia la ventana rota. — ¿Qué clase de información quieres? — Diría en un tono curioso y serio, hasta que finalmente escucha lo que quiere. Los detalles son un barco de vela rota, que obviamente él sabe a quien le pertenece. — Un barco de vela rota, lo vas a encontrar en el muelle de Shinguku. Pertenece al Capitan Toru, ese malnacido es mi mayor enemigo, sueño con que su barco se hunda y el desgraciado muera con él. Un amigo mío perdió la vida, por esa porquería inestable que está traficando desde el País de los Pantanos. — Haría un ademán con las manos, hasta que exhala más humo hacia el lateral, al mismo tiempo que buscaba entre los bolsillos delanteros de su armadura de chakrw y pone la pastilla transparente, con un núcleo rojo sangre en el interior. — Sin embargo, hay algo peor que se rumorea que está perdido. Otra droga mucho más potente que esta que te acabo de enseñar. Mató a un sujeto en el País del Fuego y a una dama en el desierto infernal. — Notarías que el semblante te refleja terror. — Makai ha ofrecido una compensación para quien la encuentre. Mis informantes me han revelado que la guarda en un baúl, escondido en algún rincón de su camarote. — Jin en cuestión de dos minutos, ya había dejado de fumar y enterró el tabaco en el cenicero que estaba en el centro de la mesa. No era una misión difícil para un Ninja, pero sí para un humano común y corriente. — Un trato es un trato, todos los amuletos y el contacto de tu proveedor, estaré encantado de hacer buenos negocios con él o ella. —
Un aire de misterio llega en ti, debido a que haz obtenido más información de la que esperabas. Pero lo más interesante era aquelle parte, donde te mencionó la muerte de dos personas provenientes de Países diferentes. La información clasificada revela que pocos días después de los sucesos, el puente Tenchi fue destruído. Pero, Makai encontró la forma de seguir contrabandeando la superdroga. — Las dimensiones del barco son 20 metros de eslora y 15 del mástil. Es el más grande en el muelle, a estas horas del día tiene sus anclas puestas. Para llegar allí, sólo debes guiarte por la calle y el olor a madera húmeda y sal, que cada vez se hace más frecuente. — Revelaría sonando serio para luego mantener los ojos entrecerrados. El silencio indicaba que ya no tenía más nada que decirle al chico de ojos púrpuras y este lo próximo que seguramente sería irse. Una vez afuera, visualizaría el mismo entorno peligroso y el olor a sal y madera húmeda lo guiaban, llegaría al en cuestión de minutos si iba caminando tranquilamente, ahora si iba a un paso Ninja, alertaría a las pandillas circundantes y deberían tomar cartas en el asunto. El barco de velas rotas, estaba en la zona oeste del muelle, no tenía barcos a sus alrededores y se podían ver a bandidos, gente mal vestida y con estado de salud y higiene muy deplorables, eran Piratas después de todo.
El líder de todos, no paró de hablar en lo que el moreno "regalaba" más de esas monedas. Algo en su inocente mirada revelaba trampa y ambición, no son muy frecuentes este tipo de personas tan sueltas en la Garra, pero lo que no sabía él o algunos miembros de la pequeña banda, es que el señor tiene más calle. Hablaban entre ellos, una vez fueron desapareciendo, nombrandolo como estúpido e ingenuo ante las palabras de Mōji. Ninguno tuvo la capacidad para darse cuenta de la jugada de Arata, ya que se encontraban contentos con las ganancias del día de hoy, así que más tarde acabarían notando, que lo único que quedaban en sus ya vacíos bolsillos, eran fragmentos de arena, dejando libres a la pequeña y al mismo Mōji.
El ambiente peligroso, no tenía porque causar miedo en el Jiki que se aventuró en las peligrosas calles del barrio Shinguku. El robo a la ancianita en apuros es cierto que si no le importó a nadie, mucho menos a él. Viniendo de un País donde esta clase de desagradables situaciones son muy frecuentes. Cuando estuviste en busca del bar más frecuente del muelle, minutos después encontrarías unos. Aunque si dieras un vistazo, a lo lejos, verías un barco de velas rotas, que sin indagar, no sabrías que aquel pertenece al Capitán Toru. Entregaste un par de monedas, y el barman llamado Hisagi, las toma no sin antes darte un vistazo, identidicandote como un extranjero, sobre todo por el acento. — ¿Buscando trabajo en Shinguku? Si que debes tener valor, muchacho, me agradas, heheh. — Te sirve una bebida alcohólica (sake) con hielo cubos de hielo en un vaso frío mediano, que con su habilidad natural, empuja con la palma y el vaso de desliza hasta llegar a tu mano. — ¿Capitán Moru? No existe un capitán Moru, puede que te estés refiriendo a Toru. — Añadió un hombre desconocido y tripulante del barco de vela rota. — El Capitán Toru, continuamente cambia su personal ya que la mayoría terminan muertos o encarcelados. Mi nombre es Pairō, mucho gusto. — Bebió un sorbo de su cerveza. — Puedo confirmar que eso es verdad. — Añadiría Hisagi, limpindo un vaso con un trapo hasta dejarlo brillante. — No es un buen lugar para buscar trabajo, pero si estás dispuesto a vivir una vida llena de desafíos en los mares... Bienvenido seas. — Arata puedes elegir que hacer durante esta situación. En el ambiente en el bar, no resulta hostil para ti, debido a que no haz causado una mala impresión como tal, ni tampoco te consideran peligroso a simple vista.