La presencia de aquella chica era realmente imponente, en su deambular por las calles de la aldea era difícil no notar su presencia, Rai-Mei deseaba ser vista en esos momentos, bien sabido era que pertenecía a una de las ramas del clan Yotsuki, es decir, por sangre destinada a en algún momento convertirse en para del poder dentro de la aldea, probablemente una líder a la que todos tendrían que seguir, sin importar sus pareceres, sin importar sus creencias, únicamente para conseguir los objetivos de bien común, algo que hoy por hoy el régimen hacia con total sabiduría y eficiencia .-Míralos, reticentes a la gloria, ignorantes de su propia fortuna... ¿Es que acaso nuestro pasado fue tanto o más glorioso que la actualidad?.- Sus pensamientos no lograban modificar su pétreo rostro, una mirada llena de decisión que hacia parecer dicha caminata más un desfile que otra cosa, era un andar de orgullo, un lazo indisoluble con su gran fe .-Señorita Rai-Mei, mucho sin verla por estos territorios, ¿Los Yotsuki se encuentran bien?.- Una voz anciana interrumpió de pronto su deambular por la calle, detrás de un mostrador un hombre mayor pero no lo suficiente como para catalogarlo de anciano, le había dirigido unas palabras a la joven de cabellera blanca quien, tal y como dictaba el manual de las buenas costumbres, aun sin tener el mínimo interés en interactuar con él, se acercaría hacia su posición para responder a la conversación .-Señor Hideki, dichosos los ojos que lo ven.- Una sonrisa, una reverencia ¿Con eso las personas se contentaban no es así? ¿Era esa la manera correcta de obtener los favores del mundo? .-Digo lo mismo, ya se notan los resultados de tu entrenamiento.- Ese sí era un buen cumplido para la mujer, hacia no mucho tiempo que oficialmente se había iniciado en su formación como militar de la aldea, ese era el único camino al éxito, ese era el peso de la tradición que ella había aceptado cargar con gusto .-Es muy amable señor, me alegra saber que los esfuerzos están dando frutos.- Sonrió por primera vez de forma sincera .-¿Cómo han ido las ventas? imagino que muchos devotos se han acercado a la aldea en los últimos días.- Un motivo más para sentirse orgullosa de sus tierras .-Si, hemos tenido mayor movimiento que en otros tiempos, aun así la mercancía está más difícil de conseguir, eso nos ha obligado a subir los precios.-
Sin siquiera pedir permiso, Rai-Mei se sentó sobre el mostrador de Hideki, se cruzó de piernas y de brazos para ponerse a ver el caminar de decenas de personas que por esos momentos abandonaban el lugar de la ejecución .-Tranquilo, "Dios" es el más sabio de todos los hombres, hoy Kumogakure se ha librado del pecado, hemos retribuidos los errores con la sangre correcta.- Suspiró .-Creo que sólo nos van a deparar buenas noticias.- No podía haber errores, porque la verdad era única, porque en el mundo sólo existía un discurso, porque los engaños no tenían espacio dentro de los dominios de una entidad todo poderosa como la que regía Kumogakure.