[Privado] Nuevas etapas ft. Ryth
LinkIcon Enlace al Post
Monte Heiwa

Un nuevo ciclo. Una nueva etapa. No es como si en mi cabeza no hubiese surgido la duda, la inseguridad, el miedo. Pero a la vez sabía que tenía que confiar. Pero la decisión ya estaba tomada y si no seguía adelante, si no era por mí, tendría que ser por los niños. Allí estaban emocionados, queriendo compartir tiempo con el propio Ryth. Hasta Chouko estaba ilusionada con la presencia de este hombre; comprensible pues al fin y al cabo también ha crecido escuchando acerca de este hombre, igual que sus hermanos Botan y Shion. No lo consideraría su padre pero sí parte de la familia. Y era innegable que lo era, ¿no? Por ciertas qué situaciones de la vida, la familia ha crecido. Antes solo importaba la sangre, pero los pensamientos cambian según la sociedad cambia, y así es como a gente que no es de nuestra sangre se la puede considerar y tratar como alguien que realmente lo fuera.

Chouko por su parte, no se esperó al propio día para recoger sus cosas. Creo que era la que tenía más ansias por salir del monte Heiwa, ver mundo y, sobre todo, a Karibachi. El sentimiento era mutuo, la verdad, pues ya tenía ganas de hacerle ver un precioso espectáculo de luces y colores frente a sus ojos.— Chouko, que no se te olvide nada. —Recalqué, total, para que respondiera con un cansado “que síiii”, como si yo fuese la pesada. No, hija, no soy pesada (quizá un poco), sencillamente es que eres hija de tu padre y de tu madre, y que se te olvide algo en cualquier cajón es perfectamente probable. Es por eso que tardé exactamente lo mismo que ella en ponerme a recoger las cosas de Karibachi. Que me diera las gracias por llevarle la poca ropa que le sobraba, porque podría dejarle de verdad en ropa interior bajo la túnica. Oh, sería tan divertido y placentero ver algo así. Por desgracia ya no tengo veinte años como para hacer tremenda tontería.

El día de la partida, yo me pondría a recoger las cosas de Karibachi. ¿Por qué mis cosas primero? Bueno, porque así tenía más probabilidades de recordar todo lo que estuviera apunto de dejar atrás. Total, se supone que Karibachi está hecho a vivir con pocas cosas, ¿no? El apego a lo material no debería ser un problema para él como para mí. Chouko iría de un lado a otro rebuscando cualquier cosa que se le pudiera quedar atrás.— No tienes tantas cosas como para que se te olvide algo. —La adolescencia. Que etapa tan insufrible. Lo siento por hacerte pasar por esto, mamá.

Muchas gracias por encargarte hoy del desayuno, Ryth, de verdad, es un alivio para mí. —Pues entre tanto el hombre de pelo azul cumpliría con lo pactado y haría de desayunar antes del momento de la partida. Se agradecía no tener que hacer de desayunar yo, no tener que tocar ni un dichoso cazo por un día. Relajación pura. Si de aquí en adelante algo salía mal, por lo menos podía estar descansada. Me faltaría un masaje pero pedirle algo así a los niños podía ser demasiado abusar. Ya sé lo primero que tendrá que hacer el pelirosa para conseguir mejorar mi humor.— ¿Estáis todos listos? —Pregunté antes del momento del desayuno.
LinkIcon Enlace al Post
??? || ???
130VDF || 1248 Hrs.

El sol brillaba entre las hojas de los árboles, y el sonido de una pequeña cascada nublaba el resto de sonidos, un esfuerzo de usar el entorno como ventaja para deshacerme del pelotón que acababa de rastrear mi posición. Con suerte nadie los habría escuchado al hacer contacto. - ¿Qué tanto te importa de este mundo? - Me diría la voz del viejo mientras me lavaba el rostro y tomaba algo de agua limpia del estanque. - Se ha destruido docenas de veces antes... - Decidiría ignorarle y rebuscar entre las pertenencias de los ya inconscientes soldados, algo tendrían que los había guiado a mi, un reporte, una pista. Lo que sea, pues Pakura estaba fuera de la ecuación en estos momentos... Había dejado de estarlo hace un tiempo. - No es que tengamos muchas más opciones. ¿O si? - Encontraría un pequeño informe indicando una orden para buscar a los Bingo restantes. - Y que precio estás dispuesto a pagar por ello. Puedes esconderte, vivir una buena vida con tus hijos... - Guardé los documentos entre mis prendas y me puse de pie.

- Si no detenemos esto el mundo arderá. No dejaré que ellos vivan sabiendo que pudimos hacer algo al respecto. - Le señalaría con el dedo, buscaría raciones de comida que pudieran tener. - Hmm... Ya veo, Haha... Siempre hay algo más contigo. ¿Cómo lo haces? - Le miraría de reojo, al menos encontraría unos cuantos suplementos para rellenar mi porta-kunais. - ¿Eh? - Realmente no lo comprendía, siempre había sido muy directo, sería la primera vez que me hablaría de ese modo. - Ya sabes. Hay una parte de ti que quiere dejarlo todo y huir. ¿Por qué no tomar la chance? - Se sentaría al costado de uno de los guardias atados. - Porque no niego esa parte de mi, la reconozco y acepto su existencia. - Pondría mi mano en mi pecho y me dispondría a robarle una de sus bufandas, una bonita pieza de textilería gris con una capucha incluido que poseía un patrón dorado que indicaba cierto status entre ellos. - Pero no tiene control sobre mi. - Al fin encontraría comida, no era lo mejor del mundo pues eran suplementos regulares del ejército, pero era mejor que nada. - Hehe... Al menos alguien salió igual a su madre.

Bromearía descaradamente, como si no fuera su culpa. - No me digas... - Le diría volteando la mirada en su dirección, pero aparentemente le estaba hablando al viento, suspiré suavemente y me coloqué la dichosa bufanda en el cuello. Debía moverme rápido, el punto de encuentro no quedaba lejos con mi viejo amigo...

El Presente.
500 Hrs.

Uno asumiría que alguien que no ha dormido por unos días aprovecharía para descansar largo y tendido apenas se presente la primera oportunidad. Pero el cuerpo era traicionero y me forzaría a cumplir la promesa del día anterior, despertaría al lado de dos versiones más jóvenes de mi mismo durmiendo de manera algo incómoda en las sillas de la mesa. Mi mirada nublada y perdida buscaría de forma perezosa mi reloj aún en la mesa, era como si hubiera olvidado lo que había pasado el día anterior, había sido un sueño, uno hecho realidad. Procuré tener cuidado al levantarme, algo caliente cubría mi espalda, una manta que retiraría de encima mío y doblaría para dejarlo en la mesa, mi mente aún divagaba entre el mundo de los sueños y la realidad, sabía donde estaba su baño, lo vería cuando la pequeña de Bakura iría a darse una ducha, mis ojos semi abiertos repasarían la hora lentamente.

Era temprano, demasiado temprano, había dormido por lo menos una quince horas "Quinientas horas... Por supuesto... " Pensaría al dejar que el agua recorra mi rostro y cabello, si iba a preparar el desayuno tenía que estar completamente consciente de lo que hacía. Saldría del baño pensativo, mi mente divagaría nuevamente entre mis memorias de aquel días, de los días siguientes y de las noticias que recibiría por parte del Kamizuru, noticias que expresarían un dolor mutuo. Y noticias que me dejarían sin palabras junto a ello. Avanzaría más en mi lineal temporal, la interminables charlas conmigo mismo, barajando las decisiones, las posibilidades y los infinitos escenarios posibles... Todo cosa del pasado, todos errores que no pude ver en su momento, pero no servía de nada lamentar el pasado... El mundo se habría sumido en el caos una docena de veces antes de siquiera terminar de procesar todo aquello. Recordaba las interminables persecuciones, las carreras sin fin entre la gente, el caos, las garras de los cazadores...

El ojo omnipresente de los falso di- Una voz familiar me sacaría de aquel trance. - ¿P-Papá? ¿Todo bien? Nos despertó el agua, parecías perdido. - Era extraño escuchar aquello, solo su madre se había dado cuenta antes de esos pequeños lapsos que ocurrían conmigo, solo ella sabía sacarme de ese pequeño espacio aislado que creaba en mi mente. Me les quedé viendo unos instantes, desviando ligeramente la mirada mientras pensaba mi respuesta. - Si si... Solo pensaba. - Finalmente diría con una sonrisa suave y descansada. - Hehe... ¿Importa si compartes? - Solo esperaba que no hubieran heredado mi curiosidad. O quizá ya era un caso perdido.

- Pensaba en que quizás necesito algo de ayuda con el desayuno... - Mencionaría intentando cambiar de tema, se miraron mutuamente y se encogieron de hombros, a veces es verdad que el mejor ingrediente no está en la cocina...

Mas Tarde...

El día pasaría bastante lento, cada uno preparando sus maletas, mamá Osa ayudando a su pequeña y yo ayudando a los míos. Pero no todo era calma y tranquilidad, no podía evitar reírme un poco al ver a la mujer pelear con una versión más pequeña de si misma. De tal palo tal astilla ¿No? Me parecía algo rudo interrumpir, pero había notado cierta contradicción en las palabras de la Ashira, por lo que mi bocota no podía quedarse cerrada. - Nunca se sabe. Si me preguntas a mi... Yo buscaría más despacio, encontrarás lo que necesites cuando tengas que encontrarlo. - Diría en dirección a Chouko, levantando un pequeño accesorio suyo que caería al suelo por culpa de su ritmo acelerado y poniéndolo en el mueble de su sala, con suerte entendería el mensaje que quería transmitir. - Además tu misma le dijiste que no se olvide nada Hehe... - Le dije con una pequeña burla orgullosa en el rostro, a veces los adultos podíamos ser igual o más infantiles que los propios niños. Y honestamente disfrutaba de esos pequeños momentos.

Bakura agradecería el desayuno, parecía que le había quitado un peso de encima, aunque siendo honesto no veía la necesidad de expresar gratitud por una simple comida en las circunstancias que vivían ¿Pero quien era yo para juzgar? No iba a negarle el cumplido. - Haha... No lo menciones, en serio. - Le diría mientras tomaba mi hoja y la colocaba en el posterior de mi cintura, mi cuchillo descansando al frente. Una vez todos terminaran de alistar sus cosas la Ashira lanzaría la pregunta, me limitaría a asentir con la cabeza. - ¡Listos! - Exclamarían los mellizos al unísono con sus mochilas en la espalda. - Perfecto, sería bueno no usar el camino principal, será más difícil que dejemos un rastro que pueda seguirse. - Lanzaría la sugerencia al aire en caso alguien quisiera añadir algo. - ¿Te han dicho que eres algo paranoico? - Preguntaría Botan con una pequeña sonrisa burlona en el rostro, expresión que había visto a Karibachi hacer un par de veces. - ¡Ha! Mira quien habla... - Se adelantaría su hermano con otra burla, Hahh.. La ironía, decidí seguirles el juego. - No serían los primeros Hehe... - Ni serían los últimos, les respondí con una sonrisa relajada.

Luego de acordar la ruta a tomar miraría al horizonte dispuesto a liderar al grupo. - Bueno... No debería ser un viaje muy largo. - Voltearía la mirada en dirección a ellos. Los niños me mirarían con expectativa, les respondería con una suave sonrisa. - El futuro aguarda... - Pensaría en ese día nuevamente, en su pregunta. ¿Qué tanto me importaba de este mundo? La respuesta era obvia... Eran ellos, lo único que me importaba...
LinkIcon Enlace al Post
Enarqué una ceja, mirando con cierta recriminación a Ryth. ¿Cómo se le ocurre acusarme de algo así frente a mi hija? Que pierdo autoridad con poca cosa. Y de hecho mi mirada fulminante pasó rápidamente de un rostro a otro, desde Ryth hasta Chouko, cruzando los dedos para que la menor no se hubiera percatado de las palabras del peliazul. Por supuesto que no fue para nada como yo quería, puesto que en cuanto una hija ve la oportunidad de ganarle la pelea a su madre, ya tiene la sonrisa claramente marcada en su rostro. Agh… Que no hace tanto que pasé la adolescencia por mucho que ella crea que sí (o al menos la recuerdo mejor de lo que parece).— Ya ves, mamá, te estás contradiciendo tú sola. ¿No dices que no se me olvide nada? Pues déjame revisarlo todo treinta veces más. —Suspiré de forma pesada. Maldito Ryth. Esta clase de cosas no se puede decir frente a ellos. Muchas gracias por hacer el desayuno pero aún así mi mirada sería evidentemente fulminante para él pues era más que obvio que la había cagado con ganas. Supongo que son cosas de ser padre novato. ¿En su día yo cometí esta clase de errores? Probablemente sí. Pero a ojos de Ryth tenía que aparentar ser la madre perfecta, que por algo había dejado a mi cargo a sus hijos (quizá no de forma consciente y deliberada pero en fin, así habían sido las cosas). Con la misma volvería a su habitación, con esa sonrisa que desgraciadamente me recordaba tanto a la de su padre.— Frente a los niños no se desautoriza la, valga la redundancia, autoridad de nadie, ¿de acuerdo?

Pobre hombre, tremendo espectáculo había tenido que presenciar. Por fortuna había sido de las discusiones más leves que ella y yo habíamos mantenido, tal vez porque no era una discusión, ya que Ryth le dio el arma para ganar. Pensé en utilizar el arma suprema: soy tu madre. Eso no hay quien lo rebata. Está claro que todos protestan pero nadie se atreve a llevar la contraria a una madre que ha dicho tal frase.

Pude relajar los hombros en cuanto la niña quiso volver a su habitación a revisar. Tampoco era una habitación tan grande y realmente no tenía tantas cosas, sin embargo sabía que si se le olvidaba algo era muy probable que acabara protestando, pidiendo volver a recogerlo, etcétera; y dadas las circunstancias no iba a ser posible dar media vuelta. De ahí la contradicción de mis palabras. Por fortuna Botan y Shion eran más responsables, se notaban los dos años de diferencia y la diferencia de experiencias vividas. Chouko por el contrario tardó cinco o diez minutos en comprobarlo todo y estar segura de que no se dejaba nada. Aún así podía ver en su rostro la inseguridad y lo mucho que quería hacer parecer que era más responsable de lo que verdaderamente era.

Ahora sería a Ryth quien tendría que soportar las protestas de dos niños pequeños. Bueno, ya no son tan pequeños, ya lo sé. Pero en comparación a nosotros sí que lo son, y se nota en su madurez. Para cuando acabaron de discutir, yo ya había tomado asiento, ansiosa por poder tomar al fin mi desayuno. Podía estar horroroso pero con el simple hecho de no haberlo preparado yo… eso ya lo hacía exquisito. El resto era sumar y seguir para adelante.— Chicos, si papá lo dice, será así. Habéis estado muy tranquilos este tiempo en Heiwa precisamente porque nos hemos molestado en que no tengáis que preocuparos por las paranoias de papá. —Se hacía extraño que por una vez ese papá no hiciera referencia a Karibachi. De hecho a Chouko le chocó lo suficiente como para mirarme al inicio extrañada pero a la vez corregir con rapidez la expresión. No pude percatarme, pues la tenía al lado.— No es como si papá fuera menos paranoico. Solo aparenta estar relajado. —Recalcó la mariposilla, haciendo énfasis en la palabra papá, esta vez sí en referencia a Karibachi. Me fue imposible no soltar una risa que contendría cerrando los labios, sonando como un bufido. Cuando quiere la enana es muy tierna.— Buen punto. ¿Entonces estamos preparados para este corto viaje? —Intentar disfrazar algo que técnicamente no es bueno como una excursión. Engañarles adornando con purpurina una mierda siempre había sido mi parte fuerte.— Por mi parte desayunamos y nos vamos directos. Estoy deseando poder hablar con papá.
LinkIcon Enlace al Post
Luego del desayuno todos parecían estar listo, ahora si, la segunda sería la vencida por así decirlo y nos dispondríamos a salir del territorio del país de la tierra, era una sensación que conocía. El abandonar la comodidad de un techo seguro, el dejarlo todo atrás por algo más grande que uno mismo, lo había vivido muchas veces en mi vida. Pero esta vez era distinto, ya no estaba haciendo este viaje solo, ya no escuchaba al vacío reclamar lo que le pertenecía. Ya no habían más voces dificultando el camino o mejor dicho, ya no eran la carga que serían en su momento. Todas esas adversidades, el dejar mi hogar, mi familia, todo lo que conocía por una caza sin sentido al fin habían demostrado que algo tan simple como un buen o mal día podía ser suficiente para cambiar el curso de su vida, lo que lo definía como ser humano, sus convicciones y creencias. Todo aquello se me había puesto en duda en el instante que había puesto el pie en las arenas de del desierto, pero si no hubiera sido por eso... ¿Qué futuro estaría viviendo entonces...?

Los chicos mirarían atrás una vez más buscando su vieja casa entre el mar de árboles, a su edad habría pensado en quemar aquel maldito lugar en el que vivía, sin testigos, sin rastros que dejar. Pero al final no tendría el corazón para afectar las pocas vidas inocentes que existían entre el caos que era la aldea de la arena. - De aquí al país de las aves hay unos cuantos klicks de distancia... - Comentaría revisando la hora mientras nos marchábamos, dos mil horas. - Con la cantidad de personas que somos calculo que demoraremos unos días de más y esperaríamos a Karibachi unas dos semanas hasta que regrese de su viaje... - Terminaría, no sabía que más decir, sentía su emoción, pero también sus dudas y miedos. - ¿Klicks? - Shion parecía haber notado ese pequeño aire de melancolía que había emanado de mis palabras y decidiría tratar de desviar el tema. - Es una forma rápida de decir kilómetros, lo usábamos hace mucho. - Le respondí poniendo mi mano en su hombro, me miraría algo confundido - Tranquilos... Habrá tiempo para todo. - Le diría con seguridad.

La verdad era que no lo estaba, no sabía lo que pasaría ni lo que se asomaría en el futuro, pero palabras como esas eran mejor que ninguna. - Primero tenemos que centrarnos en el objetivo en mente. - Explicaría al momento que un ruido suave entre los arbustos llamaría mi atención, fuera lo que fuera soltaría un quejido de dolor al ser impactado por el cuchillo que hace no más de unos instantes descansaba en el frente de mi cinturón. Iría a examinar haciendo una seña al resto solo para encontrar un conejo ridículamente enorme herido por mi cuchillo. - ¿Bakura? - Llamaría a la mujer con cierto tono animado en mi voz. - ¡Creo que acabo de cazar la cena!

Este tema ha sido cerrado.

Salto de foro:

Usuarios navegando en este tema: 2 invitado(s)