Contra el clima [duelo priv Colt]
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Era un día como cualquier otro en el país de las aves, se escuchaba las melodías de estas en todos los lados donde el Otenki pasaba por aquel bosque, el cual no tenía ninguno contacto y si es que lo tenía era nula con la intervención humana al final era el lugar perfecto para Zamuro entrar en lugares como estos donde todo parecía natural y no creía que tendría algún problema para usar sus habilidades, las cuales eran particulares y si se usaban bien podían ser peligrosas.

Mientras caminaba se encontraría con un lugar perfecto para lo que buscaba era un peladero donde no había ningún árbol talvez, después de todo alguien ya había pisado estas tierras, aunque el Chunnin nunca lo sabrá, pero agradecía encontrarse con este lugar, el cual era perfecto para ver la nubes para relajarse y hacer hasta un picnic, pero el Otenki no venía a hacer ese tipo de cosas más bien venia entrenar y ponerse a prueba.

-suelta el chakra..- pensó mientras hacía exactamente aquello y la fuerza de esta se podía sentir físicamente, como se movía el pasto las hojas y todo su alrededor por el chakra que el shinobi provocaba talvez no era algo potente y destructivo como algún otro ninja sería capaz pero era lo suficientemente fuerte como sentirse en entorno y quién sabe si el shinobi se esforzaba  podría volver su chakra algo más brusco y intenso aun que no era necesario.

De repente comenzaría a nublarse todo a 1 kilómetro de distancia además de generarse una brisa intensa alrededor del shinobi la cual donde más cerca estuviera de este era cada vez me notable como aquello hacia presencia como las partículas de agua que traían las nubes caían en una cantidad mínima como si fuera a llover o incluso a nevar en un lugar como ¿este?  Sin duda el shinobi era capaz de bastante pero nunca hacia esta cosa de forma expansiva en un lugar amplio donde hubiera mucha gente excepto cuando tendría que ser necesario, era capaz de varias cosas si se sentía en peligroso y quien sabía si este fuera el día, pero lo que sin duda era notable era la poca visibilidad que había en el entorno, aunque en cierto modo el shinobi ya estaba acostumbrado, después de todo no era primera vez que provocaba aquello, pero en cierto modo si estaba tenso en cualquier momento podría pasar algo que pasaría si se encontraba alguien de la nada con toda esta niebla que pasaría que fuera un anbu en busca de él, sin duda ya estaba predispuesto a atacar de por si para fuera lo que fuera, ya que no se escuchaba nada ni se sentía nada el canto de la aves era silencioso, lo poco que había era la voz de los pensamientos del shinobi, el cual solo por las dudas estaba prestando atención todo lo que caminaba en su alrededor con los ojos cerrados, mientras practicaba sus técnicas ambientales las cuales en cualquier momento podrían generar un cambio diferente en el entorno y quien sabe que podría salir esta vez de la voluntad del shinobi.

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-¿Ya me tengo que levantar? Mierda...- El timbre se hizo escuchar en toda la habitación, acrecentando el malhumor del inquilino, un joven que no solo había empezado la mañana con el pie izquierdo, sino que venía asi desde la noche anterior; había perdido todo el dinero recaudado de su trabajo jugando a las cartas, tuvo pesadillas toda la noche, y encima no podía seguir pagando el hospedaje de la posada.  

-Prefiero asaltar otro campamento del hampa sin armas antes que volver a jugar al poker, por lo menos eso si es una apuesta segura- Habilidoso para el combate, astuto para tratar con la gente de los bajos fondos y versado en el mundo criminal, pero malo para el azar y la estrategia, no había mejor forma para describir al muchacho.

Salio de la posada con un humor de perros, no tenia dinero para desayunar, a penas le quedaban tres cigarros hasta que pudiera conseguir dinero de nuevo, y para colmo de todos los males, constantes flashes de sus sueños volvían a su mente para torturarlo -Padre... Si mama estuviera viva me estaría regañando por despilfarrar el dinero que me gane en juegos de azar- Pocos recuerdos tenia de su progenitora, aquella mujer que se sacrificó para que el Terumi pudiera escapar con su hijo de Jouki, el mundo onírico le hizo revivir ese momento toda la noche, recordando la terrorífica huida, los imperiales pisándole los talones con sus perros de caza, el miedo de perder la vida en aquel momento, la culpa de saber que eso sucedió por su culpa, por aquel poder que apenas ahora controlaba... Mientras sus emociones no se desbordasen. 

Recorrió un largo trecho a pie, abandonado el pueblito donde se estaba hospedando, entrando en un denso bosque donde los dueños eran las aves, vagaba sin rumbo, preguntándose cuando encontraría la próxima ciudad o poblado. -MIERDA MIERDA MIERDAAAAAA... A este paso tendré que ponerme a cazar mi almuerzo... o peor aún tener que robarlo.-Odiaba tener que subsistir de esa forma, sobre todo por la segunda opción, la cual prefería descartarla. Pensar en eso le crispo tanto los nervios que sin darse cuenta toda la piel desde su mano hasta el codo se había tornado gris, mientras que sus ojos ya se habían vuelto tan oscuros como lo habían sido sus sueños -Relájate, no dejes que tu poder te domine, recuerda lo que dijo papá: Libera las emociones y deja que la intensidad fluya, no la reprimas-Luego de aquello visualizo una imagen en su cabeza: Un montón de imperiales masacrados. Acompaño el retrato mental con un fuerte grito gutural que resonó en todo el bosque, haciendo que un millar de pájaros salieran despedidos, creyendo que un gran depredador acechaba, fue suficiente para que la transformación se retrajera volviendo la piel al blanco natural que poseía.

Cuando por fin se aproximó a la salida del bosque, noto como el clima empezó a cambiar bruscamente, de forma antinatural para el lugar donde estaba, aquello sumado a los nervios del joven activo sus sentidos de alerta y decidió comprobar que el camino estuviera despejado. -Ven aquí- Con un silbido llamo a un cuervo que estaba posado sobre la rama de uno de los últimos árboles que seguían en pie. -Por favor, dime lo que hay mas allá de lo que mis ojos pueden llegar a ver- El ave dio un vuelo por el descampado observando el lugar en busca de algo que pudiera interesarle al Tenbin, solo diviso a otro joven de una edad similar a la del pelirrojo, el pájaro no entendía bien por qué pero dicho muchacho había formado una bruma a su alrededor perdiéndose en la misma, aquello era la información que debia llevarle al colorado.

-Entiendo, gracias por la ayuda, perdón por el rugido, prometo no volver a molestaros mas.-Ahora Colt caminaba con decisión hacia el prado, preguntándose quien era aquel hombre que provoco la niebla, ¿Acaso era un exiliado? Como su padre ¿O talvez un imperial de Jouki le encontró? Pensaba en la segunda opción con ansias, esperando poder desquitar su mal humor con el pobre bastardo que le seguía el rastro, incluso si tan solo era un soldado de aquella ciudad que estaba entrenando, iba a lamentarse el día que se cruzó al diablo gris de cabellos rojos. A Colt no le iba a importar si era mas débil o fuerte que él, un seguido de Kami-sama era digno de su desprecio por si solo, no le iba a hacer falta atacarle o revelarle su identidad para empezar el combate, tan solo debia blasfemar en contra de su credo, su nación y aquella dichosa zorra conocida como la Shodai Suijin.

Ya se había adentrado en la bruma, aunque dificultara la visión, no era tan densa como él esperaba, conocía bien la tecnica insignia de Jouki gracias a su padre, si eso era producto de aquello, era una versión mucho mas débil que el Kirigakure no Jutsu de Colt Terumi -La Niebla que provoca padre apenas te deja ver mas allá de tus pies, esto no parece lo mismo- El Terumi le había mostrado la mayoría de las técnicas que poseía Jouki, con la esperanza de su hijo las aprendiera no pensando en la ciudad del vapor, sino en la antigua y gloriosa aldea oculta de la niebla, pero el resentimiento del Tenbin era tal que se había negado a tener relación alguna con dicha locación, tan solo se dedicó a entender las técnicas para poder contrarrestarlas en el momento que tuviera la oportunidad de vengarse contra aquellos que le arrebataron todo.

-Ya casi...- Pensó mientras se acercaba hacia la locación del rubio, la adrenalina estaba recorriendo su cuerpo mientras las distancias que los separaba se achicaban, a los quince metros pudo divisarlo a los doce metros ya había bajado su mano hacia el tanto que portaba en la cintura y a los diez metros hizo notar su presencia. -¿Oye acaso eres un pescadito de Jouki que se perdió? Estás muy lejos de la protección de tu querida Suijin si es asi-Comento con sorna mientras esperaba la reacción del sujeto. Ninguno de los dos sabía que el gran malentendido que se estaba por librar en ese momento, ni el rubio como el colorado podrían saber que ambos eran iguales, ninjas errantes que huían del cruel yugo del imperio.
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El otenki meditaba tranquilamente entre la niebla no había ser que lo molestara no existía nada ni nadie que pudiera intimidarlo estaba solo… solo le hablaba la nada, nadie era capaz de verlo o sentirlo era el lugar perfecto para entrenar técnicas.

De repente escucharía una voz, una voz que no reconocía podría ser que él estaba siguiendo al Otenki o que acaso querían atacarlo, acaso que la vida de un criminal era tan difícil en estos tiempos pensó durante unos escasos minutos, mientras miraba como aquel sujeto se acercaba de a poco comenzaría a cambiar de nuevo el clima aun que en ese mismo interludio que la niebla desaparecía el otenki habría echo sellos para luego todo estuviera  soleado – no sea quien sea muchacho mejor date la vuelta si no quieres problemas – dijo el Otenki mientras  hacía sellos y veía como su rival comenzaría a recibir de forma grave los efecto de la calor la cual sabía perfectamente que caería rápido su rival de aquel modo por lo que rápidamente se mordería los dedos para prepararse para el siguiente movimiento del rival.

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Ōbāhīto

Kikou: Kaon

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El rubio apenas medio palabra alguna con el Tenbin, tan solo dispuso a hacer sellos para atacarle -Tus problemas en el momento que decidiste no responder mi pregunta- No le iba a dejar terminar la secuencia, el tanto se desenvainó con su diestra y una ráfaga azulada de chakra salió disparada en línea recta hacia su oponente(hide revelado)
Issen
  


El joven no perdió tiempo y con la zurda que aun estaba libre de acción alguna, lanzo un pergamino hacia el cielo, pronto una intensa lluvia de Kunais envueltos en el fuego de los sellos explosivos llovería encima del supuesto "Jouki" 
Renbaku Fuda


Colt esperaba la respuesta de su contricante, viendo como el clima ahora cambiaba bruscamente de nuevo, el sudor le habia empezado a caer por la frente, pero en aquel momento no le daba importancia, el agotamiento que empezaba a sentir era casi nulo por ahora. 
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cosas
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El Otenki seria vilmente atacado por su rival el cual sin piedad intentaría acabar con dejándolo moribundo de unos cuantos ataques -que mierda como eres tan fuerte- dijo asustado para volver a hablar – ¿!chico solo venía a entrenar porque me haces esto¡? – dijo mientras veía sus heridas – ¡solo soy un ninja errante! ¡Agh! como duele… – menciono el Otenki mientras caía al piso – parece que hoy toco mi fin - murmuro el Chunnin mientras cerraba sus ojos esperando que el rival lo matara o hiciera algo para salvarlo, aunque todo dependía de aquel chico desconocido.

Aunque el Otenki aún seguía vivo, pero pronto caería, así como iba al menos eso era lo visible ya que se trataban de varias heridas y demás cosas como algunas armas clavas a su cuerpo. – chico ayúdame no que te hice, pero ayúdame y veré como recomenzártelo – le murmuro al Tenbin una vez que este estuviera cerca para luego caer desmayado.

Resumen: quedo fuera de combate después de que el vil tenbin me atacara con todo diciendo algunas cosas pero en resumen cae fuera de combate.
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El sujeto recibió la primera ofensiva de lleno, el tajo se extendió desde el pectoral derecho hasta el final de su cintura, brotando un espeso líquido carmesí que bañaría todo su pecho -Bien maldito Kirgakurense, ¡ahora te haré sentir todo el dolor que sintió mi madre cuando fue masacrada por los tuyos!-El pergamino de su mano izquierda se alzó sobre los cielos liberando una potente lluvia de Kunais explosivos de la cual ¿No iba a esquivar o bloquear? El cuerpo del rubio voló varios metros sobre la tierra, rebotando por las distintas explosiones, produciéndole graves quemaduras en el proceso, incluso varios pedazos de carne de sus brazos fueron arrancados por aquello. Zamuro no había durado dos segundos contra Colt quien por su parte se sintió... Decepcionado por tal escueta actuación del muchacho -Ya veo, con que asi se sintió esa tía cuando estuvo conmigo...-En una extraña analogía el pelirrojo comparo la batalla con un encuentro casual que tuvo, apenas empezó a disfrutar de la noche -Esto quiere decir... ¡Que ese tío es la primera vez que pelea en serio!-Aquello tampoco iba a impedir rematarle, estaba tan seguro de que era un sucio ninja de la niebla que aún siguió con el tanto en la mano mientras corrió a ponerse encima de él, posando el filo sobre la yugular del chico -¡Tus técnicas! Eres capaz de producir niebla, no me cabe duda que eres un sucio seguidor de la Shodai Suijin y del Imperio del agua-Su semblante era severo, con aires de un verdugo a punto de completar su trabajo, pero unas solas palabras bastaron para que aquel serio rostro se transformara en uno congelado por el terror -¿Que quieres decir? ¿No eres de Kiri? ¡¿Por qué coño no dijiste eso antes cabrón!?- Asustado, el joven empezó a desesperarse, arrojando el tanto a un costado, no perdería tiempo en sacar el kit médico que poseía, siendo su primera acción tapar la hemorragia producida por el corte que le había hecho - Mierda ataque a uno de los míos ¡QUE PUTO MALENTENDIDO!-Maldiciendo en su cabeza, hizo lo posible para estabilizar al muchacho, aunque claro estaba que aquello no iba a ser suficiente, tenia que llevarlo a algún lado ¿Pero donde? El pueblo mas cerca estaba a kilómetros de distancia, y no sabía si iba a sobrevivir hasta llegar al destino.

-Mierda, mierda, mierda-Entre la negrura de la desesperación, un halo de luz se encendió, una idea que quizás podria salvarle la vida. -Vamos muchacho, me encargaré de enmendar esto-Poniéndose a un moribundo Zamuro a sus espaldas, el Tenbin camino en dirección a las montañas, mientras con un silbido hizo que un águila que rondaba por el lugar se le acercara, el objetivo estaba claro: Que le buscara un asentamiento o vivienda, algún lugar donde viviera una persona, que le acogiera y que asi pudiera tratar las heridas del chico, por lo menos el suficiente para moverlo al siguiente poblado y ahi curarlo completamente...

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