El shinobi aplicará un toque ígneo al arma que esté sujetando en ese momento, y le proporcionará un daño de fuego extra. Este efecto puede aplicarse sobre todo tipo de armas, con y sin filo (shuriken, kunai, tantô, katana, bô e incluso grandes shuriken). Si sostiene un arma en cada mano, ambas se verán mejoradas por esta toque ígneo, pero gastará el doble de chakra.
Si el arma deja de estar en contacto con la mano del usuario, seguirá teniendo las propiedades durante un turno.

El shinobi lanzará un chorro de fuego mantenido desde su boca, a modo de lanzallamas. Este lanzallamas tiene un alcance efectivo de 20 metros de distancia, incendiando todo aquello que toque. El disparo tendrá una leve caída en curva, finalizando siempre en el suelo (a no ser que impacte a algo en su camino).

El shinobi dará un fuerte pisotón al suelo, incendiando el suelo que se encuentre delante de él. Un área de 3 metros de radio frente a él, comenzará a arder con llamas vivas sobre el suelo, con capacidad de quemar lo que se encuentre sobre ellas. El suelo se mantendrá ardiendo durante los dos turnos siguientes, en los cuales su creador podrá seguir luchando y moldeando chakra con normalidad.

Rango C: Se amplía el rango del suelo en llamas a 5m de radio.

Tras los sellos, el shinobi apuntará fijamente en una dirección con las palmas de las manos abiertas. Tras 1 segundo, una fuerte ola de calor saldrá desde las palmas de sus mano en la dirección apuntada, produciendo leves quemaduras a todos los objetivos que se encuentren en esa dirección hasta 10 metros (siendo incluso capaz de atravesar objetos).

El shinobi lanzará una pequeña bola de fuego desde su boca que, al impactar a un enemigo explotará violentamente en llamas, afectando a un área de 5 metros de radio y dejando el suelo y objetos cercanos en llamas durante el siguiente turno. Si esta bola de fuego impactase en el cuerpo de shinobi, lo lanzaría hacia atrás violentamente 5 metros.

Tras los sellos surge un cráter del suelo a un máximo de 10 metros del usuario. De ese cráter comenzará a salir gas inflamable que cubrirá un radio de 10 metros. Cualquier contacto ígneo provocará una explosión en toda la zona con el gas. El gas se disipará al tercer turno de su aparición.

Tras los sellos, el usuario apunta con las palmas de sus manos a uno o dos objetivos. Desde la palma de su mano saldrá disparado un pulso de calor capaz de atravesar objetos y que daña a todo el que se encuentre hasta una distancia de 25 metros. Si concentra el ataque en un sólo objetivo, su daño no se sumará, sino que será el indicado.

El shinobi convocará un elemental de fuego de cinco metros de altura, compuesto por un cuerpo, dos cabezas y cuatro brazos equipados con una espada cada uno. Este ente obedecerá a su invocador, girando violentamente sus espadas como si de un tornado de fuego se tratase, persiguiendo a su rival o rivales con la intención de infligirles daño ígneo. Al carecer de piernas podrá levitar hasta una altura de dos metros. El shinobi quedará encauzando la técnica.

El usuario convoca un tornado de fuego de 3 metros de alto y un metro de diámetro el cual es capaz de desplazar por el terreno a voluntad a -10 de Control de Chakra, hasta una distancia de 30 metros. El tornado generará vientos a 5 metros de radio que desvían las armas arrojadizas. Este tornado no podrá convocarse donde se encuentre una persona. El usuario quedará encauzando la técnica.

El shinobi extenderá las manos formando entre estas una jabalina de metro y medio de largo, con la que podrá atacar al enemigo desde una distancia máxima de 20 metros. Este arma ígnea arrojadiza no quemará la piel al contacto, sino que la atravesará e inundará de calor los órganos internos de su víctima, mermando sus fuerzas y debilitando a la víctima durante el resto del combate. Esto se traduce en que el daño de esta técnica no podrá ser regenerado, ni siquiera con curación.

Tras realizar los sellos un anillo de fuego se manifestará en la espalda del usuario emitiendo un brillo tan intenso que será como si el sol estuviera respaldando. Siempre que el usuario mantenga el círculo de fuego, y sólo una vez por turno, podrá expulsar desde el círculo de fuego un pequeño torrente de llamas a una distancia de 25 metros con un comando de manos. El usuario podrá pagar un coste adicional de chakra para finalizar la técnica condensando todo el círculo de fuego en una pequeña esfera durante dos segundos en la palma de su mano para, inmediatamente después, lanzarla hasta una distancia máxima de 30 metros causando una explosión de 10 metros de radio que emula un pequeño sol.