Las uñas del usuario crecerán diez centímetros y se harán afiladas como cuchillos. Mientras se mantenga la técnica, los golpes básicos y los taijutsus que se realicen con las manos recibirán una bonificación al daño, pero no se podrán realizar sellos. Los zarpazos provocarán un agotamiento mental en el organismo, reduciendo en 10 puntos su Velocidad durante un turno tras el ataque.

La piel del usuario se volverá más oscura y surgirán zonas escamosas por todo su cuerpo de manera irregular. Mientras se mantenga la técnica, el usuario poseerá una resistencia total a armas punzantes y cortantes por todo el cuerpo, aunque no contundentes. Además, reducirá el daño un 25% si tiene de hasta 60 de resistencia, y un 35% si tiene más.

Tras caer en el genjutsu, el rival sentirá como si bajo sus pies hubiese una baba pegajosa que le mantiene pegado al suelo. Esta aparentemente ha aparecido del suelo y se ha adherido a su calzado, impidiendo que corra a máxima velocidad (-10) mientras esté dentro de la ilusión. Además, su Agilidad será de 10 puntos menos.

Tras la formación de sellos el usuario creará un caparazón de tortuga a su espalda, compuesto de energía invisible solo detectable por técnicas que detecten chakra. La función de esta defensa es proteger a su portador de ataques sorpresa por la espalda, aunque no cubrirá las piernas o la cabeza. En cambio, su forma sí que dará protección a las extremidades superiores. Es capaz de proteger 80 puntos de daño de un taijutsu o un ninjutsu. Se mantendrá pegado a su invocador hasta que sea destruido o desconvocado.

El usuario regurgitará el contenido de su estómago mezclado con fluídos gástricos altamente pegajosos que dirigirá a un máximo de 15 metros de distancia. En caso de acertar a un rival en el cuerpo le producirá quemaduras provocadas por la alta acidez de los fluídos, pero si le diese en la cara las consecuencias serían mucho más peligrosas. El líquido puede introducirse por sus orificios nasales o por la boca, llegando a bloquear sus vías respiratorias y a asfixiarlo, además de cegarle los ojos. En caso de recibir este ataque en el rostro, la víctima deberá pasar un turno intentando quitarse la baba pegajosa de la boca, nariz y ojos para poder respirar y ver con normalidad, sin poder concentrarse en nuevos usos de chakra y sólo pudiendo esquivar.

Esta habilidad se activará automáticamente siempre y cuando el usuario se mantenga quieto en el sitio durante un turno sin realizar acciones complejas. Durante este tiempo, su cuerpo acelerará la regeneración de células y sanará sus heridas a gran velocidad, a cambio de perder algo de chakra. Puede usarse en diferentes turnos seguidos, pero el usuario no podrá elegir no curarse en un momento dado. Si no quiere perder recursos, deberá moverse o realizar acciones complejas (sellos, expansiones, ataques, etc). Si la vida del usuario estuviese al máximo, la curación no tendrá lugar.

Tras la formación de sellos, el usuario creará a su espalda un caparazón de tortuga formado por placas de hueso y escamas reforzadas, como si fuese una auténtica tortuga. Esta defensa reducirá todo daño recibido por la espalda en 60 puntos, además de ofrecer inmunidad total a armas cortantes, punzantes y contundentes siempre que golpeen en torso y espalda. Ataques recibidos frontalmente verán su daño reducido en 45 puntos. Puede ser combinado con Kame Koura.

Tras concentrarse durante unos segundos, el usuario se lanzará corriendo hacia un lugar y en un abrir y cerrar de ojos encogerá sus brazos y cabeza dentro de su caparazón. El caparazón entonces irá rodando por el suelo a gran velocidad con la intención de golpear al objetivo con mucha fuerza. Siendo tan fuerte como es el caparazón, el ataque hará 60 puntos más de daño a técnicas defensivas, y en caso de choque de jutsus se aplicará la defensa de Caparazón de Tortuga. Tras impactar un objetivo, el caparazón rebotará 5 metros y de él emergerá el usuario.

Tras concentrarse dos segundos y formar un sello, el usuario disparará las puntas afiladas de su caparazón de tortuga en todas direcciones menos hacia delante. Saldrán disparadas un par de docenas de púas, pudiendo clavarse estas en la piel de los enemigos como si se tratasen de puntas de kunai. El área de no-efecto será un cono hacia delante, y las púas crecerán rápido para volver a estar disponibles al siguiente turno.

Tras los sellos correspondientes y un sacrificio de sangre, el usuario pondrá la mano en el suelo y realizará un Kuchiyose no Jutsu inverso a todo ser vivo que haya en 50 metros a la redonda (menos árboles, arbustos, etc). Toda persona (e incluso otras invocaciones) será teletransportada a la Isla Madre Nanpou, la ciudad oculta de las Tortugas, concretamente en la capa intermedia del caparazón de la tortuga. Esta zona será un área muy extensa, con apenas iluminación y con una altura de 5 metros, aunque se podrá combatir con normalidad. Tanto el suelo como el techo y las paredes serán hechos de un material altamente resistente, impidiendo que quienes se encuentren ahí dentro salgan del lugar por medio de la violencia, y esto también es aplicado a otros kuchiyose inversos. Usuario y objetivos estarán atrapados en dicha cavidad durante un total de 3 turnos, durante los cuales la Tortuga Madre estará cantando telepáticamente a aquellos no firmantes del Pacto de Tortugas. Las invocaciones afectadas inicialmente acabarán en el caparazón, pero tras unos segundos de dolor intenso volverán a su ciudad de origen. El usuario puede elegir a quién llevarse o no al caparazón. Pasados los tres turnos todos los afectados volverán al lugar donde estaban antes de ser teletransportados, menos las invocaciones, que tendrán que ser convocadas de nuevo.

Tras formar un sello, el interior del usuario comenzará a brillar en un tono azulado, aumentando poco a poco en intensidad y calor durante todo un turno. Acabado este turno, el usuario abrirá la boca apuntando hacia un lugar y lanzará un flujo de agua azulada y púrpura mezclada con saliva capaz de producir dolorosas quemaduras internas y externas a todo ser vivo que toque. Su rango máximo de alcance es de 50 metros, y si el chorro alcanzase a una persona durante más de 2 segundos, lo dejaría inconsciente. El flujo de agua se mantendrá disparado durante todo el segundo turno, finalizando al acabar este. Si el enemigo recibiese el chorro durante todo el turno, recibirá daño extra.

El usuario regurgitará un chorro de espuma blanquecina y amarilla del fondo de su estómago, con la intención de rociar a un enemigo a un máximo de 20 metros de distancia. Una vez adherida a una persona, la espuma se expande y solidifica muy rápido, cubriendo todo su cuerpo y dejándolo petrificado en una especie de estatua blanquecina durante 3 turnos. Por suerte la espuma solidificada será porosa y podrá respirar, pero no podrá realizar sellos, moldear chakra o mantener técnicas previamente activadas. La espuma será tan fuerte que ni el propio usuario podrá romperla, sino que se deberá esperar obligatoriamente los 3 turnos necesarios. Una vez deshecha la prisión de espuma, la víctima recibirá una pérdida de 15 puntos de velocidad y agilidad durante otros 2 turnos. Al romperse la estatua, una onda de chakra lanzará hacia atrás a todo cuando se encontrase a 5 metros de distancia, además de desviar cualquier jutsu. Antes de solidificarse, la espuma tiene una resistencia de 80 puntos.

Tras formar un sello, el usuario encogerá cabeza, brazos y piernas y se meterá en el caparazón completamente. Con una resistencia de 120 puntos, cada turno que se mantenga escondido el usuario regenerará 40 puntos de vida. No se activará la técnica Regeneración de Vida mientras esta se mantenga.

El usuario girará sobre sí mismo a gran velocidad y fortalecerá el caparazón de su espalda con una capa de chakra natural. Cuando un ninjutsu de máximo 110 de daño vaya a acertarle, será capaz de reflejar dicho ataque (a +5 de Control de Chakra) hacia la dirección que él desee, siempre y cuando esta no sea el lanzador original. Para poder ser efectiva, el caparazón debe desviarse un máximo de 90º.

El usuario acumulará chakra natural en su cuello y cabeza durante todo un turno, al tiempo que su mandíbula se refuerza. Pasado este tiempo, el usuario podrá estirar el cuello hasta un máximo de 5 metros con un +5 de Velocidad y lanzar un poderoso mordisco a un rival con la cabeza y la mandíbula deformadas. El mordisco es tan peligroso que es capaz de arrancar brazos, piernas o la propia cabeza del rival de cuajo. Un mordisco en el torso podría perfectamente romperle las costillas, arrancarle un buen pedazo de las tripas o aprisionarle la caja torácica hasta explotarle varios órganos vitales. Acabado el turno, el cuello del usuario encogerá y la cabeza volverá a ser como era antes. Cabe destacar que durante la ejecución de la técnica la piel del cuello y la cabeza del usuario se volverán altamente duras y resistentes, siendo inmunes a daño de armas cortantes, perforantes o contundentes, así como sellos explosivos.