El Kekkei Genkai de los Amagiri, está técnica ha alterado la estructura celular de la sangre de los miembros del clan a tal punto de que no hay dos miembros del clan que compartan un tipo sanguíneo idéntico, inclusive entre padres e hijos. Con esta técnica, cuando la sangre del usuario entra al torrente sanguíneo de otro individuo, por cualquier método, el afectado empezará a sentir los efectos de haber sido inyectado con una toxina poderosa, que empezará a hacerle daño por dentro poco a poco. Cada inoculación de Oniketsuryū contará como una “carga”. Las cargas de Oniketsuryū y el daño que producen son acumulables con cada inoculación. Cada que un objetivo recibe una carga de Oniketsuryū la duración de los efectos negativos se refrescará. Estas toxinas podrán desprenderse por la piel del usuario en sus manos para aplicarla con golpes blancos o impregnarla en armas.

Rango D: 5 Vitalidad por Turno, 2 Turnos.
Rango C: 5 Vitalidad por Turno, 3 Turnos.
Rango B: 10 Vitalidad por Turno, 3 Turnos.
Rango A+: 15 Vitalidad por Turno, 3 Turnos.
Rango S: 20 Vitalidad por Turno, 4 Turnos.

El usuario de esta técnica concentra chakra en una de las uñas de sus dedos, provocando que esta se engrose y se endurezca, adquiriendo un color negruzco, creciendo hasta 5 centímetros de extensión y curvándose ligeramente, adoptando una apariencia similar a la de un aguijón. La concentración de chakra en el aguijón es tal, que su dureza asemeja la del acero. Si el usuario produce daño al oponente utilizando este aguijón, podrá añadir la inoculación de una carga de Oniketsuryū.

El estilo de combate del clan Amagiri involucra movimientos rápidos y letales, priorizando la velocidad y precisión por sobre la fuerza bruta. El usuario flexiona las rodillas y levanta los brazos con las manos estiradas apuntando hacia el rival, asemejándose en postura a un escorpión a punto de atacar. Mientras mantenga activo esta técnica, el shinobi verá su Velocidad aumentada en +5. El daño de sus golpes blancos y taijutsus aumentará.

Rango B: La Velocidad aumentará en +10.

El tipo de sangre único que poseen los Amagiri gracias a su Kekkei Genkai no solo les vuelve letales oponentes, también les vuelve naturalmente resistentes a las toxinas comunes. Los Amagiri reducen en 1 turno el efecto de venenos en sí mismos. Adicional a lo anterior, la exposición constante a sangre le hasta vuelto capaces de reconocer cuando la sangre de alguien más está afectada por algún agente externo con tan solo “probar” un poco de la misma.

El usuario, tras realizar un sello, es cubierto de pies a cabeza por una fina aura carmesí. El aura no es otra cosa que la propia sangre del usuario, evaporada y expulsada a través de los poros de su piel y condensada nuevamente al pasar al exterior. El aura tiene una extensión de 1 metro de radio, tomando como centro en todo momento al ejecutor de la técnica. Toda arma u objeto que esté en contacto con el aura por lo menos un turno se verá impregnado con una carga de Oniketsuryū.

Rango A: El área aumenta a 2 metros de radio.

Con esta técnica el usuario altera la composición de la sangre para expulsar cualquier agente nocivo que esté produciendo efectos negativos en el objetivo, por lo que, en este caso particular, el Oniketsuryū actúa como un antídoto en lugar de una toxina. Tras inocular una carga de Oniketsuryū directamente a la derecha del corazón del objetivo, tras un turno, este vomitará una gran cantidad de sangre negruzca y espesa, eliminando efectivamente la contaminación en su cuerpo.

Esta técnica consiste en dos puñaladas certeras realizada con la punta de los dedos, por si sola no produce mucho daño, pero combinada con las propiedades nocivas del Kekkei Genkai de los Amagiri se convierte en una técnica potencialmente letal. Cada punción deja una marca necrótica que asemeja una telaraña por la forma en que se esparce por la zona de impacto. Si se acierta los dos golpes, las marcas dejadas se pronuncian y un agudo dolor invade el cuerpo del afectado. De darse la condición anterior, se inocula con una carga extra de Oniketsuryū al afectado y se le afecta con Confusión y Entumecimiento durante un turno.

El uso de esta técnica ha sido etiquetado como peligroso debido a las conscuencias potencialmente negativas que podría traer en el ejecutor debido al uso indiscriminado de su propia sangre. Tras realizar los sellos, el usuario es capaz de condensar la sangre en el aura a su alrededor para formar afiladas agujas de 15 centímetros de largo que son disparadas hacia el objetivo. Cada impacto exitoso con una de estas agujas inoculará al objetivo con una carga de Oniketsuryū. Puede formar 3 Agujas.

Rango A: Puede formar 4 Agujas.
Rango S: Puede formar 6 Agujas.

Con esta técnica el usuario es capaz de revertir los efectos negativos del uso indiscriminado de su propia sangre, sin embargo, le deja expuesto ante el enemigo por lo que uso efectivo en combate es limitado. El ejecutor de la técnica ejecuta los sellos y debe mantenerse inmóvil y concentrado con los ojos cerrados durante al menos 1 turno. Durante el tiempo que mantenga la concentración, la producción de sus células sanguíneas se multiplicará, permitiendo recuperar la vitalidad perdida.

Utilizando está técnica de taijutsu, el usuario es capaz de asestar una ráfaga de 5 puñaladas certeras en el objetivo con una gran precisión. Cada punción deja una marca necrótica que asemeja una telaraña por la forma en que se esparce por la zona de impacto. Si se acierta la totalidad de golpes el afectado quedará congelado durante 1 turno por el intenso dolor. De darse la condición anterior, se inocula con dos cargas extra de Oniketsuryū al afectado.

Usando esta técnica, el usuario puede materializar a partir del aura a su alrededor una serie de bichos voladores del tamaño de una rata grande, los cuales pueden atacar y producir daño con sus aguijones al objetivo. Si el bicho creado con esta técnica recibe daño, estos explotan en el sitio y dejan tras de sí una fina cortina de niebla carmesí de un metro de diámetro, si un individuo entra en contacto con esta niebla y entra en su cuerpo de algún modo, será inoculado con una carga de Oniketsuryū. Puede crear hasta 5 insectos, que pueden atacar en conjunto o por separado.

Con esta técnica el usuario es capaz de regenerar su vitalidad aprovechando inclusive la sangre de sus víctimas y aquellos caídos en combate, es considerado un último recurso ante una situación de vida o muerte debido a lo “desagradable” que resulta al ejecutor. Tras “inyectar” con su aguijón al objetivo, a lo largo de 1 turno que el usuario deberá mantenerse concentrado, irá absorbiendo la sangre que todavía tuviera el cadáver seleccionado, asimilando y adaptando la sangre a su propio torrente sanguíneo. Tras ejecutar la técnica el usuario quedará ligeramente confundido por unos 5 segundos.

Una de las técnicas definitivas del clan, utilizándola son capaces de asestar una serie de puñaladas precisas en el oponente con gran precisión a una velocidad enorme. Los golpes se suceden en ráfagas de 3 golpes simultáneos hasta alcanzar un máximo de 9. Cada punción deja una marca necrótica que asemeja una telaraña por la forma en que se esparce por la zona de impacto. Cada ráfaga de 3 golpes acertados inoculará con tres cargas extra de Oniketsuryū al afectado. Esta técnica se realizará a +10 puntos de velocidad. Si se acierta la totalidad de golpes el afectado quedará paralizado durante 1 turno por el intenso dolor.

El usuario “apuñala” el suelo bajo sus pies, inyectando una gran cantidad de sangre y chakra al mismo tiempo. Tras 2 segundos, en un radio de 20 metros a la redonda, tomando como centro el punto de impacto, empezarán a brotar del suelo un gran número de lo que aparentar ser rosas de color rojo intenso en su totalidad, con una inspección más cercana se podrá dilucidar que estas están hechas de sangre en su totalidad. Tras brotar, las rosas desprenden sus pétalos cubriendo el campo de batalla en la extensión descrita anteriormente, disolviendo cada pétalo poco a poco en una niebla que tendrá las mismas propiedades del Oniketsuryū. Con cada turno que un individuo pase en la niebla será inoculado con una carga de Oniketsuryū, sin coste adicional para el ejecutor de la técnica. El usuario podrá añadir más chakra a la tierra aumentando 5 metros la extensión del campo de rosas.

La técnica de ejecución por excelencia del clan Amagiri, contrario a las anteriores, esta consiste en una sola y precisa puñalada, sacrificando daño explosivo por letalidad. Tras ejecutar el único sello, el color del aguijón en la uña del ejecutor adopta un color carmesí intenso y se engrosa levemente, inmediatamente, se ejecutará el ataque a una velocidad alarmante. Como característica especial, la carga letal en el aguijón produce un efecto multiplicador en las cargas ya presentes en el cuerpo del objetivo, por lo que, de acertar el golpe, las cargas de Oniketsuryū que tenga el oponente aumentarán en 2 sin gasto adicional y en caso de ser 4 o menos, se inoculará al mismo tiempo 5 cargas de Oniketsuryū por el costo de una. Esta técnica se realizará a +10 de Velocidad.

La técnica definitiva del clan Amagiri, pocos son los que la utilizan debido a que va en contra de las enseñanzas y estilo de combate que utilizan, por ser demasiado vistosa y limitar su capacidad de movimiento, aunque su potencia y letalidad es indiscutible. Tras realizar los sellos, la niebla escarlata presente en el ambiente comienza a arremolinarse alrededor del ejecutor de la técnica, quien se mantiene inmóvil mientras la preparación de la técnica se completa en por lo menos 3 segundos. Finalizado este paso previo, la figura del ejecutor es absorbida por una masa carmesí hecha de su propia sangre, que asemeja las raíces y ramas de un árbol, con solo su rostro apareciendo en el tronco. Las ramas y raíces se convierten en afiladas armas prensiles que pueden crearse, extenderse y degenerarse a voluntad, alcanzando una extensión máxima de 20 metros. Cada corte producido a +10 Velocidad por las ramas inoculará en el afectado una carga de Oniketsuryū sin coste adicional. Adicional a ello, si las ramas perforan al objetivo, podrán absorber su sangre para recuperar vitalidad igual a la mitad de la que es restada a la de su víctima. Si los puntos de vida de un afectado por esta técnica llegan a 0 mientras están siendo absorbidos, morirá y quedará como un cadáver disecado.